La polémica con Budapest repercutió en la Eurocopa con críticas a la UEFA
Alemania se vistió ayer con los colores del arcoíris antes del partido de la Eurocopa que jugaron Alemania y Hungría, mientras arreciaron las críticas hacia la UEFA y Hungría por la discriminación hacia los homosexuales.
Desde el jefe de la diplomacia alemana a la presidencia francesa, numerosas capitales europeas criticaron el rechazo de la UEFA a permitir que el estadio de Mutambién nich, que albergó el partido, se ilumine con los colores arcoíris, que representan a la comunidad LGBT.
Al denegar a la ciudad de Munich su solicitud, la UEFA desencadenó las críticas y suscitó un movimiento de solidaridad en Alemania. Para tratar de calmar la tempestad, la asociación del fútbol europeo, organizadora de la competición que se desarrolla en 11 ciudades de diferentes países, reafirmó su “firme compromiso” contra la homofobia y vistió en Twitter su logo con elarcoíris. Su presidente, Aleksander Ceferin, se defendió de las críticas denunciando iniciativas “populistas” de personas que “intentan demasiado a menudo utilizar a asociaciones deportivas para sus propios fines”.
Anoche, el ayuntamiento de Munich lucía en dos pisos de su fachada seis grandes banderas arcoíris. Varios estadios de la Bundesliga fueron iluminados con esos colores, desde Frankfurt a Colonia, pasando por Wolfsburg, Augsburgo y Berlín. Varios periódicos, como el Süddeutsche Zeitung y el Bild, adhirieron con sus portadas coloreadas. Los pesos pesados de la economía bávara, Siemens o BMW, también lucieron los colores arcoíris.