La próxima pandemia y cómo prevenirla, según tres expertos
Después del Covid. Amy Austin, Renato Stein y Tomás Pueyo hablan del desafío tras el coronavirus. La clave está en cómo afectarán los desequilibrios naturales.
¿Cómo no pudimos frenar el Covid19? ¿Podremos evitar una próxima pandemia? De esto hablaron tres expertos con Clarín. En primer lugar, Amy Austin, estadounidense que vive en Argentina, doctora en Ciencias Ambientales, investigadora Superior del IFEVA-Conicet, premio L'OrealUnesco por “Las mujeres en la ciencia” (2018).
Además, Renato Stein, especialista brasileño en enfermedades respiratorias pediátricas, profesor de la Escuela de Medicina de Universidad Católica de Porto Alegre. Y Tomás Pueyo, ingeniero franco-español y suerte de gurú de la pandemia, autor del texto “El martillo y la danza”.
Clarín les preguntó qué amenazas de una nueva pandemia identifican, cuándo podrían desplegarse y cómo podríamos frenarlas.
Austin explicó que “el disturbio de los equilibrios evolutivos entre los patógenos y los huéspedes es algo bien preocupante. Hay un montón de ejemplos”. ¿Cuál es el temor? Si prolifera "de más" algún patógeno, el desbalance podría volvérsele en contra a los humanos, en un potencial salto zoonótico.
Para Stein, “es seguro que el futuro de los virus respiratorios deparará nuevos brotes intensos de influenza y coronavirus” con sus variantes.
Sin embargo, “aunque el Covid mate indiscriminadamente a gente pobre y rica", a Stein le preocupan "enfermedades como la tuberculosis y la malaria”. Al afectar poblaciones pobres, esos patógenos se desestiman. El problema está “en los tratamientos incompletos y en las reinfecciones”, producto de la subestimación.
Stein también analizó los riesgos de los virus transmitidos por mosquitos. En especial "preocupa el aedes aegypti, causante del dengue, zika y chikungunya, del cual no tenemos medidas de control sanitario. Tuvimos brotes importantes y se supone que tienen capacidad de variar, replicar y mutar. Son amenazas muy reales y están muy presentes”.
Tomás Pueyo habló de dos hipótesis acerca de dónde podría originarse una nueva pandemia: una convencional y una conspirativa. "El problema no es tanto la vida en las zonas urbanas sino el contacto con animales, en general, y con animales salvajes, en particular. Esos comportamientos deberían ser urgentemente reducidos”, apuntó.
Porque “no es coincidencia que los brotes de Ébola y Covid hayan surgido en países de mucha población y contacto estrecho con animales salvajes. Se pone en juego la forma de organización de sectores pobres”.
En su pronóstico, el riesgo podría estar en África: “El mundo va a ir cambiando. En todos lados baja la tasa de natalidad, menos en África”.
¿La versión conspirativa? “El virus tiene que pasar de un animal a un ser humano. Ese pasaje puede ser natural o artificial. Por eso es importante el debate del origen en Wuhan. No tanto por si pasó o no sino por si podría pasar en el futuro. ¿Qué pasaría si aparecieran bioterroristas?"
Para Pueyo, el mundo está aprendiendo una lección y la próxima pandemia no debería amenazar tan pronto. “En tres generaciones vamos a seguir sensibilizados. El barbijo es un ejemplo: tardamos mucho en usarlo. El R0 del virus era 2,7 y con el barbijo bajó 30% a 40%", señaló.
Stein sugiere que, "lo más probable es que tengamos un intervalo. Es muy difícil estimar si serán 7, 10 o 50 años”. Aunque advirtió: “Influenza y coronavirus tienen una capacidad de mutación muy grande. No hay modelos que puedan predecirlo”.
Para pensar estrategias que cambien el rumbo a otra pandemia, Austin se enfocó en las consecuencias del estilo de vida actual: “¿Cómo hubiera sido la pandemia sin transporte aéreo? Sin dudas hubiera tenido un impacto localizado”. Y agregó: “Como vectores de transmisión global, los humanos somos una fuerza de cambio global”.
Stein habló de recursos: “Hay algunas vacunas interesantes para combatir el dengue, pero -se ve con el Covidtener solo una o dos no va a servir. Hay que tener muchas”.
Además está la vigilancia: “Los médicos y servicios de salud no tienen idea de si en este momento está surgiendo una epidemia de rotavirus o de un virus respiratorio con síntomas intestinales. Se pierde mucho dinero en antibióticos, cuando todo se resolvería con vigilancia estricta”. Desolado, evaluó que “todo lo que pasó con las epidemias de influenza y los brotes de distintos coronavirus se olvidó muy rápidamente".
¿La solución? "Tornar todo mucho más público. Los virus son casi una
abstracción. Un virus se hace real si informás datos reales de circulación e internaciones”.
Pueyo puso el acento en las relaciones globales: “Si tenés un problema multinacional, necesitás coordinar con otros países. Esto implica una
pérdida de soberanía. Si cada uno hace lo que quiere, vamos mal”.
El contacto estrecho con animales salvajes y el transporte aéreo son dos factores a atender.