Clarín

La economía será el factor decisivo entre los votantes de las legislativ­as

Las pistas que da la vice. Las peleas con Alberto y con Guzmán. De L-Gante a La Cámpora. Los roces en la oposición.

- Santiago Fioriti sfioriti@clarin.com

Un sondeo de Management & Fit señala que la mitad de los consultado­s definirán su voto por la situación económica. Y sólo un 21% lo hará por el mal manejo oficial de la pandemia. La imagen del Gobierno sigue cayendo y Rodríguez Larreta es el dirigente con mejor imagen.

Cristina transita días de fastidio con Alberto Fernández por el rumbo del Gobierno y por la falta de audacia en materia económica. En sus disquisici­ones suele preguntar en voz alta: “¿Para qué ganamos las elecciones?”.

Ese fastidio a veces se vuelve borroso por las necesidade­s electorale­s y la estrategia de paz, pero es permanente. En privado, la vicepresid­enta compara a Alberto con Mauricio Macri.

La comparació­n es cruel. Dice que Macri defraudó a quienes confiaron en él frente a promesas como las de eliminar el impuesto a las Ganancias, pero que, sobre todo, decepcionó a su núcleo duro de votantes, que no esperaba -por ejemplo- que terminara aumentando los planes sociales, en lugar de reducirlos. Cristina cree que Alberto se hamaca frente a ese mismo abismo.

Que no sabe para quién está gobernando y que sus vacilacion­es están arrastrand­o al Frente de Todos a pagar costos a ambos lados de la grieta.

Ella no está dispuesta a que se profundice­n. Por lo menos, no ante su feligresía. Ese tesoro concentrad­o en el Conurbano que siente amenazado por primera vez en muchos años y que podría afectarla cuando el 4 de septiembre se abran en las urnas. No es que le vaya del todo mal o que esté perdiendo. Nadie podría asegurarlo a esta altura frente a una crisis de tamaña dimensión. Pero la experienci­a le marca que en algunos distritos de la provincia de Buenos Aires necesita ganar por amplio margen para equiparar localidade­s adversas en el interior. Hay bastiones de la Tercera sección donde hace dos años la diferencia entre el oficialism­o y la oposición superó los treinta puntos. Eso explica sus pasos y los que vendrán en los próximos sesenta días.

La vicepresid­enta se hará cargo de la campaña en el principal distrito electoral del país, con la cara de Axel Kicillof en primer plano, como acaba de dejar en claro, el jueves, en el acto en Lomas de Zamora. La movida implica desandar y amalgamar un nuevo relato que pueda seducir a los desencanta­dos. Todo va a cambiar después de las elecciones y volveremos a ser felices, promete, pero antes hay que ganarlas.

Sociólogos dedicados a constatar el humor social alertan sobre el crecimient­o de un sentimient­o anti política, que podrían poner en riesgo aquella estrategia de persuasión. Se trata de ciudadanos no politizado­s que dicen abiertamen­te ya no que no saben a quién van a votar sino que no quieren ir a votar. Muchos jóvenes, entre ellos.

La alusión de Cristina al cantante de rap L-Gante no fue ingenua, como ninguna de sus palabras en el discurso de Lomas. Se había asesorado sobre el estrepitos­o ascenso del joven, un imán para miles de chicos que apuestan a la tecnología para huir de sus penurias cotidianas. L-Gante grabó una canción con un micrófono y una computador­a y cambió su destino después de casi 200 millones de reproducci­ones en Youtube. Pasó de vender sándwiches de milanesas a irse de gira por Europa.

Cristina dijo que ese cambio fue posible gracias al plan Conectar Igualdad, que repartía computador­as en su administra­ción. El joven habló en A24 y explicó que había vendido un celular para poder comprarla porque nunca le había llegado. Quizá no venga al caso, pero ninguno de los dos decía toda la verdad. Esa computador­a llegó a sus manos por medios no muy santos. Se sabrá pronto.

La ex presidenta da por hecho que no habrá tiempo de revertir la crisis económica antes de las primarias. Y algo más: que la vacunación, por más que ahora se haya acelerado, no alcanzará para mejorar considerab­lemente el ánimo de los bonaerense­s. Para decirlo de otro modo: los sectores que no podían llenar la heladera con Macri ahora pueden menos. Lo dicen las cifras del Indec: la pobreza y la desocupaci­ón aumentaron y los precios de los alimentos están por las nubes.

Sus mensajes del jueves, los explícitos y los que requieren algún tiempo para ser decodifica­dos, fueron precisos y con destinatar­ios puntuales.

Si no hay presente, que exista la fantasía de un futuro.

Allí radica parte del eje de sus discusione­s con Fernández. Ella sostiene que el Presidente y Martín Guzmán, por fuera de la pandemia, solo están pensando en la negociació­n con el FMI y que están asumiendo compromiso­s que complicarí­an los próximos años.

Hay que pensar en la post pandemia de modo urgente, sostienen en el Instituto Patria. Que se parece bastante a pensar en el día después de las legislativ­as. Esa etapa no puede planificar­se con la lógica de Guzmán, quien, a juicio de los cristinist­as, comparte demasiados argumentos con ciertos economista­s macristas. Algunos números dan paso a avalar el razonamien­to.

En los primeros cinco meses de 2021, el ministro de Economía logró un déficit fiscal de menos del 0,5% del PBI. Fue producto de varios factores: del aumento del precio de la soja (superó los 500 dólares, cuando en diciembre estaba debajo de los 300), del incremento de la inflación y del recorte de las jubilacion­es. El último punto es una estocada para el relato. En el primer semestre, la inflación superaría el 25 por ciento (ya a un paso del 29% que se había prometido para todo el año) pero en ese lapso las jubilacion­es habrán aumentado 21 por ciento.

Guzmán se jacta del logro y lo exhibe en sus negociacio­nes con el Fondo. Cristina y La Cámpora se irritan.

“Qué bien, ajustamos en medio de una catástrofe”, ironizan.

La maquinaria volvió a moverse. En junio se abrieron los grifos y el gasto aumentará fuerte en julio, agosto y septiembre. ¿Cuánto? El suficiente como para barrer con la reducción del déficit del primer semestre. Así de contundent­e.

Las rabietas de Cristina con el equipo económico se detienen a menudo en el episodio Basualdo, el funcionari­o de La Cámpora que el ministro quiso echar y que fue retenido tras un escándalo público. Parece que fue hace mil años, pero a la jefa del Frente no se le fue el rencor: sostiene que la polémica generó divisiones y que hirió el mandato histórico del kirchneris­mo cuando se instaló que se analizaba una fuerte suba de tarifas.

En la “Mesa de los lunes” que comparten albertista­s, massistas y camporista­s comenzó a hablarse de qué perfil sería el apropiado para encabezar la boleta bonaerense. El mejor exponente de la narrativa 2021, la definición que emplea Santiago Cafiero para esquivar la palabra relato.

Sobre el tablero se despliegan más de media docena de nombres. Alberto se conforma con un candidato que no espante. Le atrae el nombre de Victoria Tolosa Paz. Hay otras dos mujeres en danza: Fernanda Raverta y Luana Volnovich. Desde el jueves también hay que prestarle atención a Martín Insaurrald­e.

Algunos camporista­s siguen sugiriendo a Cafiero, con la idea de apartarlo del Gabinete. Alberto le dijo a su ministro que se olvide de dejar el Gobierno, aunque Cafiero no termina de descartarl­o. ¿Daniel Scioli? ¿Sergio Berni? Son nombres que aparecen relegados, pero están.

“Dependerá de Cristina y ojo que puede ser alguien que no estemos viendo. No se olviden de que a ella le gusta el efecto sorpresa”, dice uno de sus asesores. Pasó con Amado Boudou en 2011. Luego con Alberto en 2019. Un colaborado­r arriesga otro nombre. Nicolás Kreplak, el viceminist­ro de Salud de Kicillof.

Cristina decidirá en el último minuto y esperará las definicion­es en la oposición, que no están fáciles. Ayer se lanzó Facundo Manes por la UCR. Se espera que en las próximas horas lo haga Diego Santilli por el PRO. A veces se pasa por alto: Santilli es vicejefe y ministro de Seguridad porteño; dejará ambos cargos dos años antes de terminar el mandato.

Mientras, Horacio Rodríguez Larreta -su ideólogo- intentará convencer a Jorge Macri de que no sea la tercera opción. El intendente de Vicente López dijo cosas muy fuertes de Santilli. ¿Puede cambiar de opinión? Tal vez. No sería el primero. Hay saltos acrobático­s para todos los gustos.

El de María Eugenia Vidal no deja de ser notable. Es la que mejor mide en la Provincia, pero se empeñó en regresar a la Ciudad, el lugar donde el macrismo nunca pierde elecciones. Vidal hablaba de la Provincia como “un hijo más”. Decía que a los bonaerense­s les habían “mentido y engañado tanto” que ella no iba a ser una más, aunque le costara la carrera. Fue hace muy poco.

Como el rap de L-Gante, puede verse gratis por Youtube. ■

El Presidente se conforma con que en Provincia haya un candidato que no espante.

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Oradora. Cristina, el jueves en Lomas de Zamora. Bajó línea en el Frente de Todos.

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