Peronista de familia y guardiana de las fronteras
Le dicen “Flor” y algunos, en su provincia natal Santa Fe, la llaman “La Gringa”. Este último apodo se relaciona con su padre, Raúl “El Gringo” Carignano, quien fuera el primer presidente del peronismo santafesino desde el regreso de la democracia. Al tiempo, Carignano se enroló en la “Renovación”, junto a Antonio Cafiero y Carlos Grosso, y enfrentando a Carlos Saúl Menem, quien venció en la interna justicialista. Más tarde, con Menem Presidente, “El Gringo” fue embajador en Paraguay y en Uruguay y también, diputado nacional.
Su madre fue una camarista federal , bisnieta de Joaquín V. González. Por la vocación de su padre, el micro escolar la dejaba a la salida del colegio en la sede partidaria del PJ. Pero a pesar de que de niña vio a un padre hiperactivo y dedicado de lleno a la política más que a la vida hogareña, Florencia Carignano replicó el modelo y hoy, como directora de Migraciones atiende llamados hasta las 3 de la mañana en medio del conflicto por los varados en el exterior.
Esta madre de tres hijos (Martu, Emi y Nacho) y casada con un ingeniero nuclear no siguió el camino del peronismo tradicional sino que, en el año 2009, se sumó a La Cámpora, en un lote de jóvenes en el que estaban también Ivan Heyn y Sabino Vaca Narvaja. Lo hizo tras un paso de estudios en la Universidad de Salamanca y un Magister en la Universidad de San Andrés. En la agrupación creada por Máximo Kirchner, sus máximas afinidades son Martín Alaniz, Luana Volnovich, Mariano Recalde y Anabel Fernández Sagasti.
Durante las gestiones de Cristina Kirchner como presidenta, pasó por los ministerios de Justicia y Seguridad. Luego, durante el gobierno de Mauricio Macri, trabajó en la Auditoría General de la Nación y tuvo a sus dos hijos menores. En esa época, y a pesar de no ser creyente, bautizó a sus niños con el Padre Gustavo Carrara, de la Villa 1.11.14. Con este cura, además de con el Padre Todo -de los curas villerostiene una relación casi familiar, que gestó cuando creó los Centros de Acceso a la Justicia, desde el Ministerio de Justicia que encabezaba Julio Alak y donde el secretario era el camporista Julián Álvarez.
Pero con la vuelta del peronismo al poder, y de la mano de su referente máximo, el ministro del Interior Wado De Pedro, fue elegida como la primera mujer en conducir la Dirección Nacional de Migraciones, un organismo donde priman los hijos de militares o de policías.
Carignano se sentó en esa silla caliente y con la pandemia, debió lidiar con la crisis del cierre inicial de las fronteras y el regreso de esa política, en junio de 2021, que la llevó a tener frases duras como “gobernamos para una mayoría, no para un grupo que viaja”. Sus ratos libres son para acompañar a sus hijos en las tareas o para ver a Colón de Santa Fe, su equipo futbolístico, acompañado de la música de “Los Palmeras”, el grupo de cumbia santafesino, ya conocido internacionalmente por su tema “Yo soy sabalero”.