Polémica por la financiación de las represas en Santa Cruz
En pleno festejo en China por los cien años de su potente partido comunista, en los que inclusive el jueves 6 va a participar de manera virtual el presidente Alberto Fernández, salió a la luz la tensión que impera entre los dos países por dos de las obras de infraestructura hídrica que desde hace años los chinos esperan concluir en la Argentina. Fue el sitio especializado Econojournal el que hizo evidente el cuadro de situación al asegurar que “China suspendió el crédito para las represas de Santa Cruz y la Argentina negocia una prórroga para no caer en default”. Un hecho que desde el Gobierno salieron a relativizar pero que otras fuentes ligadas a estas negociaciones dieron por cierto.
Según el portal, China ha dejado en claro que quiere recobrar los US$ 1.500 millones que bancos de ese país pusieron para las dos represas de Santa Cruz, que están pendientes de construcción, pero que sufrieron demoras políticas, técnicas pero también de índole económica por falta de divisa extranjera.
Las obras ni siquiera generan ganancias. Con la amenaza china ahora de cortar el crédito, el proyecto se vuelve más incierto, aseguró la publicación. Las represas en cuestión son los proyectos hidroeléctricos Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic -cuyos nombres el gobierno de Mauricio Macri había modificado y ahora volvieron a su mote K-, que se proyectaron sobre el río Santa Cruz. El gobierno asegura que en marzo del año pasado estaban paralizadas y que hoy están en un avance físico promedio del 21,8%.
Clarín pudo confirmar que hubo reuniones entre negociadores chinos con el ministro de Economía, Martín Guzmán; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz: y el embajador en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, donde los argentinos dejaron en evidencia su temor de que entren a regir las cláusulas cross default, que suelen ser parte de la letra chica: si no se paga una cuota entra en default toda la deuda. Ambas represas, ubicadas a 135 kilómetros de El Calafate, bastión de la vicepresidenta Cristina Kirchner, están a cargo de la unión transitoria de empresas (UTE) integrada por la empresa china Gezhouba y las nacionales Electroingeniería e Hidrocuyo. Una alta fuente dijo que más allá de que seguramente no se va a entrar en default, lo importante es el mensaje que los chinos están queriendo dar. Es decir: presionan a los argentinos para que decidan el pago de la deuda y su construcción.