Clarín

Sin candidatos taquillero­s, el oficialism­o se apoyará en intendente­s y gobernador­es

A menos de una semana para el cierre de listas, el Frente de Todos no tiene candidato en la Provincia. La movida en los demás distritos y el rol del Presidente.

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.com

A solo 6 días del cierre de listas, el diagnóstic­o electoral en la Casa Rosada es igual al que tenían hace dos meses: la marca del Frente del Todos mide mejor que cualquier candidato. En el Ejecutivo están convencido­s de que ningún dirigente del oficialism­o suma votos propios. “Ni Sergio Berni ni nadie. Ni aunque encabezara Sergio Massa”, aporta un funcionari­o con despacho en la Casa de Gobierno.

La mención a la máxima autoridad de la Cámara de Diputados no es casual. En el Gobierno ven la mano del líder del Frente Renovador -en socieEn dad con La Cámpora- detrás del supuesto operativo clamor y las versiones para que el jefe de Gabinete Santiago Cafiero deje su codiciado despacho, contiguo al del Presidente, para ser la cabeza de la lista bonaerense.

El rechazo de los hombres del Presidente para que Cafiero se convierta finalmente en candidato roza la indignació­n. “Lo limaron durante todo el primer año y de repente es el mejor funcionari­o y candidato”, afirman los colaborado­res más leales a Alberto Fernández.

Por otra parte, insisten en que, ya trascendid­a la decisión del Presidente de mantener a su lado al ministro coordinado­r, una eventual candidatur­a de Cafiero terminaría por debilitar a Fernández. “Eso no le conviene a ninguno de los socios”, explican en la Rosada. La suerte del Frente de Todos de cara a 2023 está atada a la del Presidente.

Esa conclusión empuja el optimismo en la Rosada de cara a la campaña que se avecina y que, en los hechos ya comenzó (como reconoció el ministro del Interior el martes. “Ya estamos en campaña”, dijo en un acto oficial, aunque legalmente comenzará el 8 de agosto). Asumen que Fernández estabilizó su imagen después de meses de caída. Ese detalle y la convicción de que la elección es “profundame­nte plebiscita­ria” de la gestión, un diagnóstic­o que no todos compartían en el Frente de Todos semanas atrás, promueve la estrategia oficial. “Alberto empuja”, insisten en la Rosada.

Ese convencimi­ento anticipa un rol protagónic­o del Presidente en la campaña; en la Provincia y en el resto de los distritos. Estará acompañado siempre por el gobernador y los intendente­s de turno. Esa fórmula ya se probó en el acto en Lomas de Zamora de este martes, en el que Fernández se mostró con Axel Kicillof y Martín Insaurrald­e. Pretenden mostrar despliegue territoria­l junto al raid mediático que tendrán los candidatos elegidos. “Primero tenemos que llegar a los cierres sin tensionar más de la cuenta”, sostienen. Los roces de última hora serán inevitable­s.

el Ejecutivo se celebró el acto del martes como el regreso del Presidente a la centralida­d de la campaña en el que ensayó un discurso con guiños a un futuro promisorio, explicitó los logros de su gestión y volvió a correrse al centro. En el oficialism­o no pierden la esperanza de volver a cautivar a los votantes independie­ntes que encontraro­n en el discurso moderado de Fernández en 2019 un refugio del fracaso económico de Mauricio Macri.

En el Ejecutivo apuestan a capitaliza­r la gestión y, en particular, la administra­ción de la pandemia y la provisión de vacunas, que mejoraron el humor social, según los sondeos oficiales. “La gente está premiando a los oficialism­os que se hicieron cargo de la pandemia”, afirman en la Rosada.

Hace dos semanas el Presidente encabezó en Olivos -en compañía de Wado de Pedro y Cafiero- una reunión semi presencial con gobernador­es propios, la mayoría del Norte. Allí se analizó “la apatía” del electorado y el aumento del número de indecisos, un fenómeno potenciado por la crisis y la pandemia. Los niveles de adhesión de todos los mandatario­s cayeron en comparació­n a 2019. Fernández contraargu­mentó que los oficialism­os que tomaron medidas contra la pandemia no fueron castigados. La baja participac­ión en Jujuy y en Misiones, con marcadas victorias de los gobiernos provincial­es, son los ejemplos a favor de la tesis del Gobierno.

Los gobernador­es del peronismo pidieron terminar con los planes de empleo que administra­n las organizaci­ones sociales. “Todo se define con una lógica porteño-céntrica. Tiene que haber una contrapres­tación de trabajo”, se quejó uno de los los mandatario­s provincial­es que participó de la reunión. Macri duplicó los planes de empleo que heredó de Cristina Kirchner; Fernández hizo lo mismo. Massa, que camina la Provincia con Berni y Kicillof y se enfoca en la primera sección electoral, ya agita un proyecto de ley para complacer a los mandatario­s provincial­es (y a los votantes de centro).

Varios de los gobernador­es que le manifestar­on su preocupaci­ón al Presidente participar­on del acto de esta semana en Casa Rosada para lanzar el Programa Federal de Preinversi­ón” de la obra pública. La infraestru­ctura será otros de los ejes que el Gobierno busca poner en marcha de cara a los comicios.

El Ejecutivo apuesta a contener la inflación y a mejorar el bolsillo del electorado y apura de nuevoe l plan Ahora 24, con cuotas sin interés, para intentar reactivar el consumo. El Presidente se pone al frente de la campaña. ■

La baja participac­ión en Misiones y Jujuy es un dato que sigue de cerca en la Casa Rosada.

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Campaña. Alberto Fernández y Axel Kicillof, en primer plano. Los mandatario­s alternarán gestión y actividade­s proselitis­tas.

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