El inoxidable Sand festejó su cumpleaños 41 con un doblete y un nuevo récord
Superó en torneos de Liga a Angel Labruna, cuyo último tanto lo había hecho con 40 años y un mes en 1958.
Cincuenta y tres kilómetros dividen las ciudades correntinas de Bella Vista, donde creció José Sand, y San Lorenzo, lugar de origen de José López. Y veintiún años separan a los goleadores de Lanús: el emblema que en el día de su cumpleaños 41 superó a Angel Labruna, que había convertido con 40 y un mes, para ser el goleador más veterano de Primera División, y el pibe que inicia su camino con el mejor espejo al lado. Cuando el Pepe convirtió el primero de sus 285 goles en Primera su compañero de ataque ni había nacido.
Hay una franja etaria que se esfuma en el fútbol argentino. En los planteles suelen convivir juveniles que emergen con experimentados que transitan la última curva de su carrera. Lanús es el mejor ejemplo.
Y encima sintió la ausencia de tres de sus nuevas joyas que están en la otra punta del mapa por jugar los Juegos Olímpicos. A Belmonte y a De la Vega los extrañó porque careció de volumen de juego en el medio. Y a Lautaro Morales porque su reemplazante en el arco, Lucas Acosta, no estuvo seguro, sufrió hasta con el viento fuerte -un protagonista más del juego- y fue responsable de los dos goles visitantes.
Fue un partidazo principalmente porque los dos defendieron muy mal. Y lo ganó Lanús por saber golpear en momentos bisagra: en la última bola del primer tiempo y en cada extremo del complemento.
También lo ganó por el peso de sus individualidades de ataque: alcanzó un ratito del Laucha Acosta para generar la jugada del penal que abrió la cuenta; la potencia de López para hacer el trabajo sucio, la jerarquía de Malcorra que debutó con repertorio completo: asistencias y festejo para liquidar el resultado. Y Sand, claro: el optimista inoxidable al que todos los rebotes le desembocan en la red.