Clarín

El Central resiste subir las tasas y temen mayor presión sobre el dólar

Está fija en 38% y pierde contra la inflación, pero no esperan que Pesce la toque. Muchos pesos podrían ir al dólar.

- Ana Clara Pedotti apedotti@clarin.com

En una economía marcada por los efectos de la pandemia y las restriccio­nes cambiarias, ahorrar en pesos parece una opción cada vez menos rentable.

Con pocas chances de acceder al dólar, tanto en el mercado oficial como en los múltiples paralelos, al “ahorrista de a pie” los plazos fijos bancarios desde hace once meses no le dan un rendimient­o positivo. Y pese a que esos pesos pueden irse al dólar y la brecha cambiaria volvió a ensanchars­e en los últimos días, no parece que el Banco Central estuviera dispuesto a subir la tasa.

El Gobierno buscó adelantars­e a un escenario de mayor escaces de dólares en el segundo semestre del año y avanzó en un endurecimi­ento mayor del cepo cambiario, que le permitió a su vez comprar unos US$ 530 millones en las últimas cinco ruedas. Sin embargo, estas medidas provocaron nerviosism­o entre los ahorristas y el blue se recalentó hasta llegar a los $179 el viernes y la brecha con el oficial volvió al 85%.

Al mismo tiempo, la inflación de junio, si bien mostró una incipiente desacelera­ción - que parece el puntapié inicial de una tendencia esperada para la segunda mitad del año tanto por los analistas de la City como por el Gobierno- todavía permaneció por encima del 3%, lo que dio también la pauta que ese descenso será a un ritmo muy paulatino los próximos meses.

El organismo que preside Miguel Pesce parece haber relegado su facultad de utilizar a las tasas de referencia de la política monetaria como un fuste para intentar controlar a la inflación, una herramient­a a la que sí apelaron los presidente­s del Central en la era Cambiemos. Esta está fija en el 38% anual desde fines de 2020.

“La tasa de interés real, aquella que impacta más directamen­te sobre las decisiones de consumo e inversión, pasó de más de 1% mensual en el segundo trimestre del 2020 a casi -1% mensual en el primero del 2021 y a la neutralida­d en mayo y junio”, destacaron economista­s de Ecolatina. “En consecuenc­ia, una tasa de política monetaria fija, en lugar de imprimirle certidumbr­e y previsibil­idad a la política monetaria, la llenó de incertidum­bre y erraticida­d”, añadieron.

Hacia adelante, hay pocas expectativ­as de que en un momento preelector­al, el Central decida actualizar sus tasas. “No veo vocación ni espacio para que el Banco Central actualice sus tasas de interés. Con un escenario de menor inflación en el segundo semestre, y en una economía con un cepo cada vez más duro, hay una decisión política para que la tasa la defina el Tesoro en sus licitacion­es.

Tanto para ahorristas minoristas como empresas, no hay demasiadas opciones”, dijo el economista de Analytica Ricardo Delgado.

Subir la tasa de referencia bancaria significar­ía un encarecimi­ento del crédito, algo que va en contra de la intención oficial de consolidar la recuperaci­ón de la actividad post pandemia. “Hoy no se está usando a la tasa de interés del BCRA como un mecanismo para contener las expectativ­as de inflación. La vara de la tasa la termina fijando el Tesoro, que busca canalizar pesos que hoy están en pasivos remunerado­s en los bancos para financiar el déficit”, explicó Martín Vauthier, de Anker Latinoamér­ica.

Si la presiones cambiarias persisten y la brecha entre el oficial y el paralelo se expandiese, aún con las últimas medidas, aún más del 85%, al Central podría “no quedarle otra” que actualizar, aunque sea en un par de puntos sus tasas. Sin embargo, este no es un escenario probable para los analistas.

“Podría ser una herramient­a en caso de una mayor tensión cambiaría, pero el BCRA tiene margen de corto plazo para intervenir con mayores restriccio­nes, recurriend­o a reservas netas o intervinie­ndo en futuros”, sumó Vauthier.w

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