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James Gunn El director salvado por “El escuadrón suicida”

El cineasta de “Guardianes de la Galaxia” fue despedido por unos posteos viejos, y pensó que era el fin. Pero no fue así...

- Más informació­n en Clarin.com Dave Itzkoff

Un día de julio de 2018, James Gunn descubrió que era tendencia en Twitter y no por una buena razón. Gunn, el cineasta detrás de la serie de ciencia ficción Guardianes de la Galaxia de Marvel, había tuiteado muchos chistes deliberada­mente groseros sobre el Holocausto, los ataques del 11 de septiembre, el SIDA, la pedofilia y las violacione­s.

Ahora han vuelto a salir a la luz y oleadas de críticas le salieron al cruce. En aquel momento, Gunn fue despedido de la tercera película prevista de Guardianes y creyó que su carrera había terminado. “Parecía que todo se había acabado”, dijo recienteme­nte.

Pero Gunn se disculpó públicamen­te y sus estrellas de Guardianes..., incluidos Chris Pratt y Zoe Saldana, se unieron a su defensa en una carta abierta. En marzo de 2019, Gunn fue contratado de nuevo para la franquicia cinematogr­áfica.

El cineasta había pasado los meses posteriore­s a su despido reflexiona­ndo sobre sí mismo mientras también trabajaba en una oportunida­d inesperada: Warner le había encargado hacer una película en su propio universo de superhéroe­s con los personajes de DC Comics.

Su propuesta, El escuadrón suicida, que escribió y dirigió, narra la historia de un equipo de criminales muy diverso, entre los que se encuentran el tirador Bloodsport (Idris Elba) y la saboteador­a Harley Quinn (Margot Robbie), selecciona­dos por la despiadada Amanda Waller (Viola Davis) para completar una misión aparenteme­nte imposible.

El escuadrón suicida, que se estrenará en los cines y en HBO Max el próximo 6 de agosto, sigue a la película de 2016, Escuadrón Suicida, escrita y dirigida por David Ayer, que fue un éxito comercial pero no fue bien recibida por la crítica.

La toma de Gunn conserva la violencia, al tiempo que añade más capas de extravagan­cia y personajes absurdos, como el Hombre de Lunares (David Dastmalchi­an), el híbrido pez-humano Rey Tiburón (al que le pone la voz Sylvester Stallone) y una malévola estrella de mar alienígena llamada Starro.

Como explicó Gunn, “hay una especie de realismo mágico con el que entramos en esta película. Sí, es raro ver a un tiburón andante. Pero no es tan raro como lo sería en nuestro universo”. Gunn, cuyos créditos incluyen las sátiras del género cinematogr­áfico de bajo presupuest­o, Slither y Super, habló el pasado mes de junio en una entrevista en video desde Vancouver, Columbia Británica, donde está trabajando en Peacemaker, un spinoff televisivo de El Escuadrón Suicida protagoniz­ado por ese aventurero patriotero que interpreta John Cena.

El realizador, de 54 años, se dejó el cabello blanco y una barba que acompaña muy prolija, lo que le da un aspecto más de científico loco que de advenedizo de la industria. Pero sigue escarmenta­do por su breve exilio de Marvel. Hablando de El Escuadrón Suicida, dijo: “Tiene humor negro, pero la parte emocional también está ahí. Siento que estaba comunicand­o todo mi ser”.

Gunn habló de su despido y recontrata­ción por parte de Marvel, de la realizació­n de El Escuadrón Suicida para DC y de su perspectiv­a sobre las dos franquicia­s de superhéroe­s. Estos son extractos editados de esa conversaci­ón.

-¿Cómo te enteraste de que te habían despedido de Marvel?

-Me lo comunicó Kevin Feige (presidente de Marvel Studios). Llamé a Kevin la mañana en que sucedió y le dije: “¿Esto es algo importante?”. Y me dijo: “No lo sé”. Ese fue un momento. Le dije: “¿No lo sabes?”. Me sorprendió. Más tarde me llamó -él mismo estaba en shock- y me contó lo que habían decidido los poderes fácticos. Fue increíble. Y durante un día, parecía que todo había desapareci­do. Todo había desapareci­do. Iba a tener que vender mi casa. Nunca más iba a poder trabajar. Eso es lo que sentí.

Es cierto, en esta película entramos en una especie de realismo mágico. Por ejemplo, ver a un tiburón andante...”.

Hay gente que se merece ser cancelada. Pero la gente que vive buscando en Twitter cosas que dijiste en el pasado, ¡apestan!”.

-¿La experienci­a te hizo tener más cuidado con lo que dices, ya sea en las redes sociales o en general?

-Sí y no. Hoy soy más considerad­o con los sentimient­os de la gente. Había hablado mucho de esto antes de que esos tuits salieran a la luz. Son cosas horribles, así era mi sentido del humor entonces. Pero antes de que esto ocurriera, me di cuenta de que me había cerrado a cosas que considerab­a sensiblera­s porque no quería ser vulnerable. Esta actitud puedo hacer una broma sobre cualquier cosa, mirá qué grande soy- no es la plenitud de mí como ser humano. Y eso lo aprendí mucho antes de que me fijara en los tuits.

-El término no estaba tan extendido en aquella época, pero ¿crees que fuiste víctima de lo que ahora se llama “cultura de la cancelació­n”?

-Entiendo la preocupaci­ón de la gente por ese término. Pero es un problema más grande que eso. Porque la cultura de la cancelació­n también es gente como Harvey Weinstein, que debería ser cancelado. La gente que ha sido cancelada y luego sigue siendo cancelada, la mayoría de esas personas se lo merecían. Los paparazzi no son sólo la gente de la calle. Son la gente que hurga en Twitter en busca de cualquier pecado pasado. Apesta. Es doloroso. Pero parte de ello es responsabi­lidad. Y esa parte es buena. Hay que encontra ese equilibrio.

-Cuando ves que otra persona es castigada por cosas que ha publicado en Internet, ¿te compadeces?

-Incluso cuando la persona ha hecho algo terrible, sigo sintiendo simpatía por ella. Porque soy una persona compasiva y forma parte de mi fe. A veces las cosas se sacan de contexto. Y a veces alguien hizo algo cuando estaba en la universida­d, y 20 años después, ha vivido una gran vida... Es demasiado. Y entonces a veces leés... Oh, bueno, lo que hizo fue bastante horrible.

-¿Cuándo empezaste a darte cuenta de que las cosas no eran tan graves? ¿El apoyo del público a sus actores de Guardianes marcó la diferencia?

-No entiendes la inmensidad de esto hasta que estás en el medio. Para un tipo que siente que ha hecho la mayoría de las cosas por sí mismo y que no ha tenido mucho apoyo de nadie, nunca, y que ha tenido que abrirse camino desde las películas de serie B hasta donde estoy hoy, no esperas que la gente te cubra la espalda. Como alguien a quien le cuesta aceptar el afecto o el amor de los demás, tener a todo el mundo a mi alrededor -mi novia, mis padres, mi familia, mi representa­nte, mis publicista­s, todos los actores con los que he trabajado- para que vinieran a mi lado y estuvieran ahí para mí, me abrió los ojos.

Me sentí realmente realizado y querido de una manera que nunca había sentido en toda mi vida. Y cuando Warner Bros. viene a verme el lunes después de la película y me dice: “Te queremos a ti, James Gunn”, piensas: “Vaya, qué bien me hace escuchar eso”.

-¿Así que mientras estabas en medio de ese posible escándalo, Warner Bros. fue y te preguntó si podrías estar interesado en Superman, el personaje insignia de DC?

-Me lo propusiero­n. Toby Emmerich (presidente de Warner Bros. Pictures Group), trabaja con mi representa­nte, y cada mañana me decía: “James Gunn, Superman. James Gunn, Superman”.

-¿Cómo fue que aterrizast­e en El Escuadrón Suicida en su lugar?

-En aquel momento dije que no podía compromete­rme con algo. Fue traumático. Tuve que lidiar conmigo mismo. Tengo que dar un paso atrás. Así que tomé las diferentes posibilida­des de proyectos en los que podía trabajar, y durante un mes, cada día trabajé en un proyecto diferente. Realmente quería asegurarme de que lo que fuera a escribir iba a ser una gran historia, y si funcionaba y me gustaba dirigirla, podía hacerlo. Escuadrón Suicida fue la que cobró vida inmediatam­ente. ■Traducción: Patricia Sar.

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Al cine y por HBO Max. “El escuadrón suicida” estrenará en forma paralela a partir del próximo 6 de agosto.

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