Los jóvenes, con menos plata que hace 10 años para el arte
Según un informe de la UBA y Unicef, bajó casi un 20% el presupuesto: afecta a 5 millones de adolescentes.
"La intervención estatal, cuando llega, llega tarde". La frase, poco optimista, se desprende de una investigación del Centro de Estudios de la Ciudad de la Facultad de Ciencias Sociales (CECSOUBA), realizada con el apoyo de Unicef, que indica que en los últimos 10 años la inversión destinada a actividades y talleres de arte, deporte y cultura para los sectores más vulnerables del Conurbano disminuyó casi un 20%.
Los efectos de esta desinversión serán distintos según el contexto socioeconómico de cada uno, pero este retroceso afecta 5 millones de jóvenes bonaerenses.
Si los programas de arte, cultura y deporte para adolescentes y jóvenes de poblaciones periféricas y marginales cumplen una función que excede lo meramente recreativo por su rol de contención e inclusión, la ausencia de ellos es aun más alarmente.
A esto hay que sumarle que la pandemia complicó aún más las cosas, aunque el problema venía de antes: buena parte de estas actividades y talleres se suspendieron o postergaron para evitar los contagios por coronavirus, según advierten los responsables del análisis.
Mapear la situación
El informe, basado en un relevamiento que se realizó a lo largo 2019 y culminó a finales de 2020, se propone mapear la situación de las políticas locales de promoción de derechos dirigidas a jóvenes y adolescentes de sectores populares del Conurbano, e involucró, en total, a 17 municipios,
El estudio se realizó a lo largo de 2019 y 2020 en 17 municipios, entre ellos La Matanza y F. Varela.
entre ellos Almirante Brown, Avellaneda, Florencio Varela, La Matanza y Lomas de Zamora.
La cartera de Promoción Cultural de la Provincia, que se topó al inicio de la gestión con que había solamente siete talleres activos destinados al grupo de los más chicos, asumieron el problema y actualmente destinan un fondo de 694 millones de pesos para los espacios culturales, además de la compra de libros, unos 100 mil ejemplares que fueron repartidos en las escuelas del Conurbano.
Las áreas de Deportes y Educación también se enfocan en la difusión de
programas como Juegos Bonaerenses, que contó la inscripción de 80 mil jóvenes, lo que habla a las claras de que el sector de los adolescentes busca este tipo de espacios para incorporarse, formarse y entrar en relación con sus pares, la cultura y el arte.
Entienden que son necesarias políticas públicas específicas para asistir a este sector y apuntan a la activación de los espacios culturales –que ya pueden empezar a funcionar, con un aforo de hasta 20 personas– para reactivar la integración de chicos que integran un sector actualmente desprotegido por el Estado. La oferta crece, pero aún así la magnitud del problema es enorme.
A eso se suma el inconveniente de la virtualidad, que puede ser muy útil en otros casos pero que tratándose de los sectores marginados –que además tienen altos niveles de deserción escolar– debe complementarse idealmente
En Provincia la inversión en programas de ayuda se redujo de 1,7% a 1,3% del gasto público social.
con la presencialidad.
Un presupuesto siempre bajo
En declaraciones periodísticas, Adriana Clemente, directora de la investigación de Unicef-UBA, advierte, sin embargo, que “la inversión pública en adolescentes ya era poca y siempre fue marginal dentro del presupuesto general. De media, todas las iniciativas representan el 1,5% del gasto social de la provincia de Buenos Aires".
De todos modos, aclara que muchas veces los programas no están dirigidos exclusivamente a los jóvenes sino que son para adultos, pero también se los incluye.
Se citan, en ese marco, entre otros establecimientos, el centro cultural de la Fundación Crear Vale La Pena (CVLP), que funciona en La Cava, un asentamiento ubicado en San Isidro, así como el centro comunitario de SonRisas, ubicado en la localidad de Esteban Echeverría.
En la investigación, a la que tuvo acceso Clarín, Luisa Brumana, representante Unicef Argentina destaca que el estudio aporta información valiosa para analizar las políticas públicas dirigidas a los adolescentes que integran los sectores populares en el Conurbano bonaerense.
"En Argentina, hay más de 5 millones de adolescentes que, en muchos casos, enfrentan brechas y restricciones para el acceso efectivo a sus derechos, dependiendo del lugar donde nacen, el clima educativo del hogar y las condiciones sociolaborales de su entorno familiar", detalla.
A su vez, el informe recuerda que "el Estado en sus distintos niveles debe fortalecer sus sistemas educativos, de salud, de protección social e invertir en diversos programas y servicios”, pero sostiene que "las políticas públicas muestran dificultades para llegar con eficacia a este grupo", el de los jóvenes y adolescentes.
Las conclusiones surgen de una combinación de análisis cuantitativos y cualitativos, y de fuentes estadísticas y presupuestarias disponibles y realizando encuestas y entrevistas a actores claves.
Uno de los datos más gráficos es que la inversión en programas e iniciativas para adolescentes y jóvenes de bajos recursos en la Provincia de Buenos Aires se redujo aproximadamente un 20% en términos reales entre 2010 y 2018 y pasó de representar 1,7% a 1,3% del gasto público social.
También se confirma que "existen escasos programas específicos destinados a este sector, el de los más chicos: más de la mitad de las políticas clasificadas como dirigidas a estos son, en realidad, iniciativas diseñadas en función de las necesidades de los adultos, a los que los jóvenes se incorporan, pero que no están pensados para ellos".
En este contexto de reducción generalizada de la inversión, el estudio denuncia a su vez que las iniciativas son, prioritariamente “a posteriori”, esto es, una vez que algunos derechos –como el del acceso a la cultura– ya fueron vulnerados: "La intervención estatal, cuando llega, llega tarde”, remarcan. ■