Lo legal no siempre es lo éticamente correcto
La decisión de la jueza federal María Eugenia Capuchetti acerca de archivar parte de la investigación que imputa al ex ministro de Salud por el Vacunatorio VIP, basándose en la supuesta “inexistencia de delito” a pesar de reconocer que hubo un “trato especial”, es un claro ejemplo de que lo legal no siempre es lo éticamente correcto. Una buena forma de reflexionar al respecto es lo que se conoce como “ética de mínimos y de máximos”. Las leyes suelen basarse en una moral de mínimos; las reglas mínimas para lograr una convivencia pacífica en una sociedad plural. Por debajo de esa línea, la realidad no sería tolerable.
Lo que se esperaría es que las personas se conduzcan voluntariamente inspirándose en una “ética de máximos”, es decir, incorporando valores y principios para hacer un mundo mejor y más justo, y no simplemente tolerable. Especialmente se espera una “ética de máximos” de quienes por el lugar que ocupan en la sociedad, sus acciones tienen consecuencias en muchas personas. Ocupar un cargo no es un privilegio, es una responsabilidad. Mayor poder implica mayores responsabilidades.
En plena pandemia, con 100 mil muertos, los “tratos especiales” podrán ser legales, pero son éticamente inaceptables. Cuando esto ocurre, no debemos ser más tolerantes con la inmoralidad del acto, lo que debiese modificarse es la legislación que permite una “ética de mínimos” que no es aceptable para la sociedad.
María Laura Aued
Médica - Magister en Bioética (c) lauriaued@gmail.com