Castillo dio un discurso de “unidad”, buscando superar la división política que vive Perú
El presidente electo le pidió a Fujimori no poner más “barreras ni obstáculos” y trabajar juntos para impulsar el país. Remarcó que será un gobierno inclusivo, “sin discriminación”. No definió aún a sus ministros, clave para calmar los mercados.
El presidente electo de Perú, Pedro Castillo, llamó a la “unidad de todos los peruanos” tras ser confirmado oficialmente su triunfo por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), un gesto político que apunta a romper con la hostil polarización que vive el país desde el reñido balotaje con su rival de derecha, Keiko Fujimori.
Sostuvo que hay que dejar de lado las diferencias para lograr un país “más justo, más soberano, más digno y más humano” cuando asuma el cargo el próximo 28 de julio. “En este momento llamo a la más amplia unidad del pueblo peruano, para forjar y abrir la puerta del próximo bicentenario sellando este bicentenario con todas sus diferencias, con todos sus problemas y con todo lo que hemos vivido”, enfatizó Castillo ante cientos de sus seguidores que llegaron hasta su local partidario en Lima.
El maestro y sindicalista aludió así a que asumirá el mando el mismo día en que Perú celebrará el bicentenario de su independencia. Una fecha patria que le servirá como ancla para vigorizar su gestión en un país complicado por la pandemia, la inestabilidad política y una severa crisis económica donde los mercados aún miran con desconfianza sus posiciones politicas. En esto será clave el nombramiento de sus ministros, cuyos nombres aún se desconocen.
“Traigo acá el corazón abierto para todos y cada uno de ustedes, acá, en este pecho, no hay rencor”, sostuvo en alusión a la fuerte división política que se vivió en los últimos meses y que llevó a Fujimori a denunciar un “fraude”, aunque sin presentar pruebas concretas.
El presidente electo aseguró que ahora “primero está el Perú”. Enfatizó que será “un gobierno de todos, sin discriminación, sin mirar de reojo a los discapacitados, a los afroperuanos, a los quechuas, a los aymaras, a todas las etnias”. Remarcó que será “inclusivo”, aparentemente para aliviar sus posiciones conservadoras sobre el matrimonio gay y el aborto.
Invocó a sus rivales políticos a “acercarse” y específicamente se dirigió a Fujimori para decirle que ya no se pongan “más barreras en esta travesía ni más obstáculo para sacar adelante a este país”. “Este espacio es para hacer un gobierno de todos los peruanos, de todas las sangres, sin discriminación alguna. Este será el gobierno donde nadie se queda atrás. Hago la convocatoria, está abierto este espacio pero con lealtad con transparencia”, enfatizó.
Castillo también ratificó su “compromiso para hacer una lucha contra la corrupción y contra los grandes males que han sellado este bicentenario” de la historia peruana. “Vamos a trabajar juntos, vamos juntos a sacar adelante esta patria”, remarcó antes de aludir a las afirmaciones de sus rivales, que lo acusan de ser “comunista” y “chavista”. El presidente electo remarcó que se opone a “cualquier cosa que vaya en contra de la democracia” y que, por ese motivo, va “a rechazar cualquier pretensión de traer un modelo de otro país”. “Los peruanos sí podemos”, concluyó.
Castillo fue proclamado este lunes, un mes y medio después de los comicios que le ganó a Fujimori, quien retrasó su nombramiento con más de un millar de impugnaciones. Después de declarar infundados los últimos recursos legales presentados por Fujimori, el JNE refrendó los resultados de la votación, donde Castillo consiguió un estrecho triunfo por apenas 44.263 votos de ventaja.
Fujimori anticipó, en un pronunciamiento público, que respetará la proclamación del JNE pese a que la calificó de “ilegítima” por seguir considerando que hubo fraude.
Esta posición crítica de los partidos de derecha se trasladará el Parlamento: la gestión de Castillo deberá enfrentar una bancada fragmentada donde su partido, Perú Libre, sólo tendrá 37 de los 130 escaños. Es un número escaso para imponer leyes.
Otro de los grandes retos será la situación socioeconómica. La economía peruana se hundió 11,12% en 2020 por la pandemia y perdió dos millones de empleos. “Hay que dar claras señales de que el manejo objetivo de la economía será profesional, que se convocará a técnicos sólidos”, afirma el economista Hugo Ñopo, investigador del Grade (Grupo de Análisis para el Desarrollo).
Ñopo apunta que hay expectativas negativas en el sector privado y debe observarse la capacidad de Castillo para imponer su programa. “Una de las urgencias es prestar atención a las expectativas y calmarlas para que el dólar no siga subiendo, para que los precios no se muevan al alza y para que los capitales privados no salgan del país”, asegura.
“Un gobierno de todos, sin discriminación, sin mirar de reojo a los discapacitados”.