En Provincia hay dudas y poca información sobre cómo controlarán la iniciativa
Desde el lunes se podrá ampliar el aforo un 20% con clientes vacunados. Aún no se sabe cómo lo implementarán.
Sorpresa, incertidumbre y falta de datos. Estas sensaciones cruzan a los empresarios gastronómicos de la Provincia después del anuncio de Axel Kicillof de la ampliación del aforo en los locales comerciales para los clientes que puedan certificar su vacunación contra el Covid-19.
La medida regirá desde el lunes 26 pero tiene algunas zonas grises, según reconocen empresarios del sector de bares, restoranes y confiterías consultados por Clarín.
El gobernador bonaerense anunció este lunes que los municipios del AMBA pasarán a fase 4 del sistema de aislamiento social para prevenir los contagios. Esto implica más flexibilización en las actividades sociales, cupos más altos de presencia de personas en eventos culturales, sociales y religiosos y también la vuelta de gimnasios en espacios cerrados (con límite y ventilación) o del fútbol 5.
Pero Kicillof complementó esta apertura con un adicional: un “pase sanitario” adaptado a la situación provincial. La modalidad determina que para aquellos comercios o servicios que tengan que cumplir con porcentaje de aforo ese margen se extiende 20% si el que ingresa tiene el certificado de vacunación.
Entonces, en los municipios que están en fase 2 (son 13, todos del interior, que tuvieron rebrotes en las últimas semanas) que tenían las actividades en espacios cerrados prohibidas, ahora se permite un aforo del 30% pero con la certificación de la vacunación.
Para los distritos situados en fase 3 (son 68, también del interior) el aforo pasa a ser ahora de 50%, porque se agrega un 20% de vacunados. Y, por último, en fase 4, (54 comunas, entre ellas las 40 del AMBA) se extiende un 20%, es decir, hasta el 70%, con personas que demuestren estar inoculadas al menos con primera dosis.
A partir de este esquema surgen interrogantes: ¿quién controlará el cumplimiento?; ¿cómo se constatará que efectivamente haya vacunados entre la clientela “excedida” de la capacidad permitida?, entre otras cuestiones aún no resueltas.
En la Jefatura de Gabinete de la Provincia -organismo encargado de redactar las normativas vinculadas con la pandemia- dijeron que la resolución que anunció Kicillof todavía no fue redactada. “No están los detalles. Se empezará a aplicar a partir del lunes”, fue la explicación.
No obstante aclararon que la mecánica sería así: una vez que se complete el aforo permitido por el sistema de fases (por caso, 50%) sólo podrán
Los gastronómicos están de acuerdo, pero dicen que es de difícil cumplimiento.
entrar vacunados. Y hasta completar un 20% más.
Los empresarios y dueños de locales tienen miradas contrapuestas. Todos los sectores consultados por Clarín coinciden en un punto: es positiva cualquier medida tendiente a mejorar la capacidad de trabajo.
Pero, después de esa afirmación, aparecen los asteriscos. “Todas las cámaras y la Federación Gastronómica siempre estamos a disposición para colaborar, pero para esto no fuimos consultados. Y nos enteramos por los medios”, dijo a Clarín el presidente de esa entidad, Diego Faggioli.
El dirigente admitió que la disposición será “de difícil cumplimiento y que va a requerir mucho control. Por el momento no tenemos claro si cada restaurante tendrá que poner una persona a solicitar los certificados de vacunación o los inspectores serán los que se encarguen”, puntualizó.
Marcelo Fernández, empresario platense que integra IDEAR (Industrias del entretenimiento) consideró “positivo todo lo que pueda ampliar la capacidad de trabajo”. Pero sigue reclamando por alguna apertura en el sector de fiestas y bailables que “están parados desde hace un año y medio. Y sólo fomentan la clandestinidad”, se quejó.
Alejandro Larumbre, representante de los gastronómicos de Quilmes, dijo que “los empresarios ya tenemos muchas responsabilidades delegadas. Creo que se puede cumplir con esto porque somos Pymes con estructuras flexibles y gran adaptabilidad. Nuestros equipos fueron capacitados en la pandemia y aprendieron a tomar la temperatura, a calcular tasas de ocupación y a lidiar con inspectores y el humor cambiante de los clientes que no están de acuerdo con las medidas”, enumeró.