Piden a Israel que frene la exportación del polémico programa espía Pegasus
El sofware, de la firma israelí NSO, fue utilizado por varios países para hackear a políticos y periodistas.
La polémica sobre el alcance del espionaje en algunos países a través del programa Pegasus sigue creciendo. Ayer miércoles, la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) escaló las críticas y pidió directamente al gobierno de Israel que frene la exportación del software, elaborado por la compañía de ciberseguridad NSO.
El programa está en el centro de un escándalo mundial por el uso de este tipo de métodos de inteligencia militar en el rastreo de información privada de periodistas, políticos y defensores de derechos humanos, entre otras víctimas.
Las organizaciones Forbidden Stories y Amnistía Internacional obtuvieron una lista de 50.000 números de teléfono, seleccionados por los clientes de NSO desde 2016 para ser potencialmente espiados, y la compartieron con un consorcio de 17 medios que revelaron su existencia el domingo pasado.
Habría una decena de países que compraron el programa, entre ellos México, Marruecos, Arabia Saudita, Hungría, India, Ruanda y Azerbaiyán.
En México, el gobierno anterior de Enrique Peña Nieto espió a través de Pegasus a periodistas, activistas e incluso al entonces líder opositor y actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, según Edith Olivares, directora interina de Amnistía Internacional México.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, el rey de Marruecos, Mohamed VI, y el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, figuran en la lista de posibles objetivos de Pegasus, al igual que más de 180 periodistas de todo el mundo que habrían sido espiados por los Estados que han tenido acceso al software de NSO.
Pegasus puede instalarse en un teléfono para recuperar mensajes, fotos y contactos, y para activar micrófonos y cámaras a distancia. “Programas desarrollados por empresas israelíes como Pegasus de NSO implican claramente al Estado de Israel. Aunque las autoridades israelíes solo hayan desempeñado un papel indirecto, no pueden eludir su responsabilidad”, afirmó Reporteros Sin Frontera en un comunicado.
El software no sirve para proteger sino para infiltrarse en sistemas informáticos, por lo que se considera un producto de ciberseguridad ofensivo y debe recibir luz verde del ministerio de Defensa israelí para ser vendido a terceros países.
“Hacemos un llamamiento al primer ministro israelí Naftali Bennett para que imponga inmediatamente una moratoria a la exportación de tecnología de vigilancia hasta que se establezca un marco normativo de protección”, dijo el secretario general de RSF, Christophe Deloire, en el comunicado.
En una conferencia sobre cibertecnología en Tel Aviv, Bennett, que hizo su fortuna en el sector tecnológico antes de entrar en política, defendió el miércoles este floreciente sector israelí. “Por cada 100 dólares que se invierten en ciberdefensa en el mundo, 41 se invierten en empresas israelíes”, dijo, atribuyendo la prosperidad del sector a las unidad.
También la empresa NSO Group rechazó ayer la investigación que implica a su software, y denunció que hay “una campaña despiadada y calumniosa” en su contra. “A la luz de la reciente campaña mediática planificada” por el consorcio de medios Forbidden Stories e “impulsada por grupos de interés especiales, y debido al total menosprecio de los hechos, NSO anuncia que ya no responderá a las preguntas de los medios”, afirmó.
La empresa israelí alega que solo vende su servicio a Gobiernos o agencias de seguridad para combatir el terrorismo o el crimen organizado, pero ya fue acusada en el pasado de proporcionar su software espía a países con déficit democrático que lo utilizaron para perseguir a activistas o disidentes políticos, como denunciaron Amnistía y Forbidden Stories.