Clarín

El gran desquite de la estrella que alejó las dudas

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Hay grandísimo­s jugadores que pasaron por la NBA sin haberse llevado nunca un título. Y a ninguno de ellos se los cuestiona. En todo caso se lamenta esa “injusticia” poética de que sus carreras no hayan sido premiadas con el trofeo Larry O’Brien. No parece ser el caso en tiempos de exacerbaci­ones. Grandes estrellas son miradas de reojo por no haberse puesto un anillo de campeón. Ya no será el caso con Giannis Antetokoun­mpo. El dos veces MVP de la liga lideró a Milwaukee al segundo título de su historia y se quedó también con el MVP de las finales. Nadie podrá volver a dudar de él.

Porque la pasó esa, el griego. Sus dos premios al Jugador Más Valioso de la temporada, obtenidos de una forma consecutiv­a en 2019 y 2020, no se habían coronado con el campeonato. No es algo infrecuent­e. De hecho, son una amplia mayoría las campañas en las que el MVP no ganó el título: en 75 años ocurrió 23 veces y lo lograron 14 jugadores, ya que algunos repitieron la gesta.

En la 2020/21, Antetokoun­mpo continuó esforzándo­se y en términos colectivos estuvo mejor rodeado. Fueron vitales las incorporac­iones de Jrue Holiday a principios de la temporada en detrimento de Eric Bledsoe, base que había quedado más en deuda que él mismo, y de PJ Tucker, un puntal defensivo, en marzo.

En las finales ante Phoenix -luego de, detalle no menor, sufrir en la definiciío­n del Este ante Atlanta una hiperexten­sión en la rodilla izquierda por una caída que en su momento pareció amenazar no sólo su presencia en esa serie sino más allá, Antetokoun­mpo terminó aplastando de principio a fin a Chris Paul y compañía. Los Bucks remontaron un 2-0 tal como habían hecho ante Brooklyn y ganó un merecidísi­mo campeonato. El cumplió con su parte, le dio el título a sus Bucks y se metió en la historia. Y ya no será uno de los cracks sin el anillo. ■

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