Un torneo sin cracks, pero con algunos nombres bien interesantes
Faltarán figuras como Mbappé, Havertz, Vinícius Junior, Gabriel Jesús y hasta Lautaro Martínez.
Veintisiete horas y media antes de la ceremonia inaugural, el torneo olímpico masculino de fútbol comenzará a disputarse hoy con el duelo que protagonizarán España y Egipto en Sapporo, a 1.100 kilómetros de Tokio. Y hoy mismo el seleccionado argentino dirigido por Fernando Batista se estrenará ante Australia en un torneo que no será una constelación de estrellas, pero que contará con algunos futbolistas con nombres de peso y roce en las competencias más importantes del planeta.
Varios factores influyen para que el torneo, la cita más relevante para cualquier deportista de otra disciplina, resulte un campeonato de un segundo orden en el universo del fútbol súper profesional. La principal es la limitación de edad que la FIFA impuso desde Barcelona 1992: los planteles de 22 integrantes sólo pueden incluir tres jugadores mayores de 23 años. En la actual edición y debido a la postergación de 364 días que sufrieron los Juegos por la pandemia de coronavirus, la frontera se trasladó a los 24 años (pueden intervenir los nacidos después del 1° de enero de 1997).
Pero esa limitación no es la única causa que atenta contra la presencia de jugadores de elite. Incluso tomando en consideración esa restricción, Francia podría contar con Kylian Mbappé. Alemania podría disponer de Kai Havertz. Brasil podría recurrir a Vinícius Júnior, Gabriel Jesús, Lucas Paquetá o Eder Militão. Argentina podría alistar a Lautaro Martínez, Nicolás González, Exequiel Palacios o Gonzalo Montiel. Ninguno de ellos estará en Tokio.
La reciente disputa de la Copa América y la Eurocopa, la proximidad del inicio de los campeonatos locales en Europa (la Liga Premier, La Liga y la Bundesliga comenzarán seis días después de la final olímpica) y la posibilidad de los clubes de negar la sesión de los jugadores conspirarán también para que la crema del fútbol no dé el presente. De todos modos habrá hombres sobre quienes posar la mirada con atención.
Si de nombres se trata, ninguno seduce tanto como Dani Alves. Multicampeón con Barcelona, Paris SaintGermain, Juventus, Sevilla y el seleccionado mayor de su país, el lateral derecho brasileño reconvertido en mediocampista desde su regreso a San Pablo encabezará, a los 38 años, el combinado que intentará repetir el oro conseguido hace un lustro en Río de Janeiro y que también contará con Richarlison, titular en seis de los siete partidos de Brasil en la Copa América que se jugó en su país y finalizó hace menos de dos semanas.
Más allá del impacto que genera la presencia de Dani Alves, no parece ser Brasil el gran candidato a trepar al escalón más alto del podio sino España. Para su equipo, el entrenador Luis de la Fuente recurrió a los mejores jugadores disponibles dentro de la franja etaria de los Sub 23 y, entre ellos, habrá seis que tuvieron una importante participación en la Eurocopa en la que España llegó hasta las semifinales y perdió por penales frente a Italia.
El arquero Unai Simón, los centrales Pau Torres y Eric García, el mediocampista Dani Olmo y el delantero Mikel Oyarzábal acompañarán a Pedri, el joven maravilla de Barcelona. A ellos se sumarán tres mayores con experiencia en clubes de elite: Marco Asensio, Dani Ceballos y Mikel Merino. Eso sí, no todas son buenas para los españoles: no podrán contar con la otra gran promesa de Barcelona, Ansu Fati, quien se recupera de una compleja lesión en la rodilla izquierda.
Muy distinta será la apuesta de los otros dos gigantes europeos que intervendrán en el torneo, Alemania y Francia, que presentarán sendos planteles integrados mayormente por jugadores de equipos de segunda línea de las ligas locales e, incluso, algunos de Segunda. El DT francés Sylvain Ripoll les dará lugar también a dos futbolistas mayores que se desempeñan en México y que llegaron a disputar un Mundial con la camiseta de su seleccionado: André-Pierre Gignac (participó en Sudáfrica 2010) y Florian Thauvin (Rusia 2018).
Al margen de las candidaturas a priori, habrá otros seleccionados que depositarán sus esperanzas en jóvenes de buen presente en Europa o en veteranos de 1.000 batallas. Takefusa Kubo, de destacada temporada en Getafe y cuyo pase pertenece a Real Madrid, será la bandera de Japón. Franck Kessié, figura del Milan subcampeón de la Serie A, será el estandarte de la ilusión de Costa de Marfil. Y México contará con la seguridad del inoxidable Guillermo Ochoa, de 36 años, quien representó a su país en los últimos cuatro Mundiales y defendió el arco de su seleccionado en 114 encuentros.
¿Y Argentina? Batista se la jugó por futbolistas a quienes conoce de sobra: 11 de los 22 integrantes del plantel participaron en el Campeonato Sudamericano o en el Mundial Sub 20 de 2019 bajo el mando del entrenador. Todos ellos tienen más horas de vuelo e incluso algunos tienen experiencia en ligas importantes como Adolfo Gaich o en el seleccionado mayor como Facundo Medina.
Junto a ellos aparecen otros pibes de grandes condiciones (e interesantes recorridos en la Primera argentina y, en algunos casos, también en el exterior) como Alexis MacAllister, Ezequiel Barco, Thiago Almada, Martín Payero o Tomás Belmonte que hacen pensar que no será una misión imposible pelear por la tercera medalla de oro para el fútbol argentino en su novena participación olímpica.
Se recuerda: los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008, de la mano de Marcelo Bielsa y Sergio Batista (el hermano del propio Fernando) respectivamente, trajeron para el fútbol nacional una revancha luego de las dos medallas de plata conseguidas en Amsterdam 1928 y Atlanta 1996. ■
No parece ser Brasil el gran candidato a trepar al escalón más alto del podio sino España.