“Lo que más espero es estar a la altura como lo hicimos en Río”
En la casa de Victoria no hay camisetas de Argentina. Menos aún está la medalla olímpica de oro. Ahí, Pedro Ibarra (35 años) es el papá de Santos (9), Esmeralda (6) y Justo (3), el compañero de Martina desde hace casi dos décadas aunque la libreta roja diga siete años. “Un mes y medio, largo, largo”, dice el capitán de los Leones sobre su ausencia para ir a disputar sus terceros Juegos Olímpicos tras aquellos olvidables de Londres 2012 y los históricos de Río de Janeiro 2016.
“Yo siempre digo que el alto rendimiento es cruel y que los recuerdos que a uno le quedan como deportista siempre dependen de los resultados. Con esto quiero decir que los de Londres fueron mis primeros Juegos y por supuesto que los disfruté porque son un evento único y magnífico; ya estar ahí es un sueño. Pero para mí Londres es la peor ciudad del mundo porque a mí no me fue bien. Y Río, que decían que en la villa Olímpica no andaban las duchas, que la comida no era tan buena, para mí es Disneyworld porque mi recuerdo es de campeón”, explica.
Qué recuerdo le quedará de Tokio es algo que se fabricará próximamente. El seleccionado masculino de hockey sobre césped no es ese de hace cinco años que fue de oro; de hecho, solo habrá ocho de esos campeones en la nueva cita olímpica. En el medio, además, hubo varios cortocircuitos, desde renuncias de jugadores como Gonzalo Peillat a cambios bruscos de entrenadores. “Esto es una Selección y así como hay cambios de jugadores hay cambios de técnicos. Es el alto rendimiento, estamos acostumbrados y es así. Del último cambio ya pasó un año -N. de la R.: Mariano Ronconi asumió en septiembre por Germán Orozco- así que nos encuentra hoy en un momento muy bueno, donde estamos todos muy compenetrados y con un objetivo muy claro. Eso es lo más importante. Cada vez que hay problemas siempre afectan pero hoy, con redes sociales y con la atención que tienen los Leones, llaman más la atención. Pero son cosas que pasaron, van a seguir pasando y que a veces no se pueden manejar. Hoy en día creo que está todo muy claro y lo más importante es que el equipo sabe dónde quiere ir”, aclara.
-¿Se puede comparar aquel equipo campeón con este?
-No me gusta mucho comparar procesos porque, primero, el equipo de Río era completamente diferente y de un plantel de 30 personas sólo se repite el 30 por ciento. También llegaba completamente diferente, veníamos de un ascenso constante desde 2013 a 2016 jugando finales casi todos los años, obteniendo un tercer puesto histórico en el Mundial en La Haya. Y creo que ahora llegamos de otra manera: un recambio generacional, un cuerpo técnico nuevo, el Mundial como última cita con un séptimo puesto. Llegamos de maneras muy distintas y sumado lo que provocó la pandemia: un año y medio sin poder medirte ni competir. Es muy difícil saber dónde estamos y fue muy difícil llevar el día a día este año porque a todos los deportistas nos gusta competir, no nos gusta entrenar por entrenar. Y el entrenamiento de alto rendimiento es muy exigente y hacerlo un año y medio seguido, mucho más.
-¿Cuánto los afecta no competir?
-La competencia afecta un montón. El ritmo de juego internacional no se puede compensar con nada. A las Leonas por ahí les pasa lo mismo pero al competir contra equipos de varones acá pueden complementar un poco lo que es el ritmo de juego. Pero los varones no porque no hay un equipo que pueda llevarte a un ritmo internacional. Afecta un montón pero ya está, ya pasó, es la realidad que tenemos y la aceptamos así. No queda otra y hay que mirar para adelante.
-¿Cuán alta está la vara?
-Estuvimos viendo el Europeo que se jugó hace unas semanas en Holanda y los equipos están muy bien, con un ritmo importante, preparándose muy fuerte como siempre. Así que la vara va a estar alta. Como siempre en un Juego Olímpico porque es la cita más importante en el mundo del hockey. Pero lo que más espero es estar a la altura como lo hicimos en Río y tratar de llevar a la Argentina siempre a lo más alto. ■