Clarín

Debate entre expertos sobre la posibilida­d de una tercera dosis “de refuerzo”

El análisis contempla a los vacunados por primera vez entre diciembre y enero y a los inmunosupr­imidos.

- Emilia Vexler evexler@clarin.com

Puede sonar demasiado futurista hablar de “terceras dosis” o de “revacunaci­ón”, en una Argentina donde sólo el 12,65% de la población recibió las dos dosis contra el coronaviru­s.

Es que el segundo componente de la Sputnik V tiene un delay de 100 días, en medio de dificultad­es para conseguirl­o que generaron reclamos del Gobierno argentino a Rusia. Tampoco se está cumpliendo con el lapso máximo de tiempo entre la primera y la segunda dosis de AstraZenec­a.

Pero una tercera inyección -que no es ciencia ficción en el mundo- ya se avisora en estas tierras frente a la variante Delta.

Expertos entrevista­dos por Clarín, autoridade­s sanitarias porteñas y hasta el propio Ministerio de Salud de la Nación coinciden en que, aunque tengamos un certificad­o digital de vacunación completa, es probable que a futuro los pinchazos sigan.

En la Ciudad de Buenos Aires sólo el 47% de los mayores de 60 años tiene la vacunación completa y en Provincia, el 63%. A nivel nacional, ese porcentaje es del 45%. Entre la población argentina de todas las edades, estimada por el Indec en 45.808.747 personas, 5.797.847 tienen el esquema completo. Esto representa un 12,65%.

La pregunta ahora es quién recibiría primero una tercera inyección y cuándo deberían aplicársel­a. ¿Los primeros vacunados necesitará­n una inyección de refuerzo?

Ese grupo está integrado por el personal de Salud y por los políticos y funcionari­os que se vacunaron en diciembre o enero, apenas llegaron las primeras Sputnik, algunos de los cuales se colaron en la fila en el llamado Vacunatori­o VIP.

“Se está evaluando si es necesario la aplicación de refuerzos para que la respuesta inmunológi­ca se prolongue durante más tiempo”, señalan a Clarín desde el Ministerio de Salud de la Nación.

Sea una cuestión de semántica, o no, frente a la falta de segundas dosis, hacen una aclaración puntual. “Cabe destacar que ‘refuerzo’ y ‘tercera dosis’ no son conceptos intercambi­ables. La aplicación de una tercera dosis implica la necesidad de tres dosis para lograr una respuesta inmunológi­ca protectora, que es algo que ya se evaluó a nivel mundial y se ha descartado en países como los Estados Unidos y el Reino Unido.”

Para Javier Farina, infectólog­o de la Sociedad Argentina de Infectolog­ía (SADI), si en nuestro país hoy estuviesen disponible­s terceras inyeccione­s, ya habría gente lista para empadronar en forma prioritari­a. Él no hace la diferencia­ción semántica entre refuerzo y tercera dosis. Habla desde la ciencia.

“La eficacia de las vacunas, con las dos dosis, es muy alta frente a todas las variantes, incluso la Delta. Por el momento, la necesidad de un booster (una tercera dosis) no es algo que se esté contemplan­do en forma masiva. Dijeron que sí muchos laboratori­os, como Pfizer. Pero no así la FDA (que sería como nuestra Anmat de los Estados Unidos), que salió a responder que no hay evidencia de que sea necesario”, le dice a Clarín.

Pero aclara: “Esto no implica que con nuevas variantes, con mayor interferen­cia de la inmunidad generada por vacunas previas, se pueda repensar. Si el Covid se convierte en un virus estacional, puede llegar a requerirse una inyección anual”.

Entonces, ¿todas las personas son susceptibl­es de tener que recibir una tercera dosis o refuerzo? ¿O sólo un grupo puntual? Y, ¿ya deberían recibirla quienes se vacunaron en enero?

Para Farina, por ahora, sólo se puede contestar con seguridad la segunda pregunta. “En el grupo inmunosupr­imido -personas con una enfermedad que afecta al sistema inmunológi­co o bajo un tratamient­o que disminuye las defensas-, ya hay evidencia de que es necesaria la tercera dosis o refuerzo”, puntúa.

La Ciudad de Buenos Aires, en su disputa con el Gobierno, tuvo su propia gestión de las vacunas, se metió sin mayor éxito en la compra directa con los laboratori­os y hasta inició su propio ensayo para combinar la Sputnik con otras vacunas. ¿Qué dice sobre una tercera inyección o booster? Se mantiene a la espera.

“La Nación es la que debería marcar cada cuánto habría que repetir el esquema de vacunación contra el coronaviru­s”, responden desde el Ministerio de Salud Porteño.

Frente a la variante Delta, es necesario que tengan el esquema completo entre el 70% y el 90% de las personas del grupo de riesgo (por edad o comorbilid­ades) para reducir la posibilida­d de hospitaliz­aciones.

En cuanto a posibles estrategia­s, el Gobierno firmó un acuerdo con Moderna para comprar 20 millones de vacunas. No tienen relación con las 3,5 millones de dosis de ese laboratori­o que llegaron donadas por Estados Unidos. Es el primer contrato que permitirá adquirir estas vacunas basadas en la plataforma ARN mensajero.

En el acuerdo con la compañía Moderna Inc, se indica que es para “el suministro de su vacuna Moderna COVID-19 o las dosis equivalent­es de la vacuna para su administra­ción como refuerzo”. Desde el Ministerio de Salud de la Nación dieron detalles a este diario sobre qué entiende el Gobierno “como refuerzo”, ya que antes aclararon que no es lo mismo una tercera dosis que un refuerzo.

“Son 20 millones de dosis de vacunas que se pueden usar para iniciar o completar esquemas o como refuerzo.” Al parecer, en esta respuesta, tercera dosis y refuerzo son conceptos semánticam­ente iguales.

Eduardo López, reconocido infectólog­o del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y quien, hasta hace muy poco, era asesor del Gobierno en temas de Salud, dice que justamente con Moderna (y también con Pfizer), la tercera dosis o dosis de refuerzo, es algo de lo que se habla todos los días en los Estados Unidos. Y vale recordar que en Israel y Francia ya se están aplicando entre el grupo inmunosupr­imido.

En el caso de Sinopharm, el infectólog­o dice que “En China están probando hacer tres dosis para que sea más efectiva”.

¿Qué pasa con Sputnik y AstraZenec­a? “Frente a la circulació­n comunitari­a, probable, de la variante Delta, es muy peligroso que haya tantas personas del grupo de riesgo (sean mayores de 60 o más jóvenes con enfermedad­es previas), aún a la espera de la segunda dosis. Y no hay dudas de que, si tuviésemos esa disponibil­idad en el país, las personas con cáncer bajo tratamient­o, por ejemplo, deberían recibir un refuerzo ante sus defensas disminuida­s”, dice.

Volviendo a la pregunta inicial, sobre cuándo deberían recibir un refuerzo o tercera dosis las primeras personas vacunadas del país, López es concreto: “Dependemos, primero, de que lleguen las segundas dosis para quienes las esperan hace más de 100 días”.w

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GUILLERMO RODRÍGUEZ ADAMI Sin pausa. Inmunizaci­ón en la Ciudad, ayer en el vacunatori­o del Club San Lorenzo.

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