Clarín

Para los especialis­tas, se pueden abrir actividade­s pero si hay control

Marcan que la actividad nocturna puede ser el foco más peligroso de contagios. Y piden estar atentos a la Delta.

- Emilia Vexler evexler@clarin.com

No habrá "quema" de barbijos –como en Israel–, ni grupos de jóvenes bailando sobre las mesas en la reapertura de los boliches –como en el Reino Unido–. O puede ser que ambas cosas, y muchas otras más, sí sucedan en nuestro país desde que se empiecen a "desbloquea­r" cada una de las restriccio­nes. La diferencia es que en Israel y el Reino Unido estas escenas se dieron con un nivel de vacunación imparable.

Al igual que en Estados Unidos, a la aguja de los permitidos allá no la movió sólo la baja de casos positivos, sino el nivel de personas inmunizada­s. Y no previeron que la variante Delta iba a poner en jaque toda esa sensación de "fin de pandemia" . Algo que acá, al menos, sí es algo que se puede temer (o prever).

Entonces, ¿Argentina está siendo precoz en las flexibiliz­aciones, con apenas el 44,91% de la población con las dos dosis de la vacuna?

Los expertos consultado­s por Clarín tienen llegada directa al Gobierno, como asesores o consultore­s, y más allá del no uso de barbijo al aire libre (que la Ciudad y algunas provincias no acatarán), avalan las otras flexibiliz­aciones. Le dan el OK al aforo "cuidado" del 100% en actividade­s económicas, industrial­es, comerciale­s, de servicios, religiosas, culturales, deportivas, recreativa­s y sociales en lugares cerrados, y a la escalonada reapertura de fronteras.

Pero insisten en un aspecto que, de no cumplirse, daría marcha atrás a todo: el control. Sobre todo en la noche, cuando las inhibicion­es bajan y el "patrullaje sanitario" merma.

"Hace unos meses las discotecas me pidieron un protocolo para poder reabrir. Puse muchos más requisitos que los que se oficializa­ron ahora. No me enfoqué sólo en el aforo. Había diseñado que se baile en playas de estacionam­iento, mamparas entre las mesas y hasta cintas de colores para separar grupos y que no estén tanto tiempo juntas las mismas personas sin burbuja. Todo quedó en el aforo ahora", dice el reconocido infectólog­o Eduardo López, que estuvo entre el puñado de expertos que eva

luó junto a la ministra Vizzotti el no uso del barbijo al aire libre. –En Europa y en Nueva York se flexibiliz­ó mucho en la noche y hubo que retroceder por Delta. ¿Es una medida precoz acá?

–Eso sucedió en otros países y no descarto que, en Argentina, Delta suba los casos por ese motivo y porque en las escuelas puede haber brotes entre las edades no vacunadas. La diferencia es que acá la noche se reabrirá chequeando que la gente esté vacunada, algo que en su momento no se hizo en Estados Unidos ni Europa Pero depende de los dueños de los boliches que se cumpla el control en el ingreso. No me consta hoy que vaya a existir un patrullaje sanitario a la noche.

Para Gonzalo Camargo, el presidente de la Sociedad Argentina de Emergencia­s, la reapertura de la nocturnida­d y de eventos de más de 1.000 personas es "saludable", porque genera "esparcimie­nto para todos. Ya se conocen un montón de cumpleaños de 15 y de casamiento­s en los que te piden si podés mandar tu esquema de vacunación o que te hagas un PCR antes de ir", considera Camargo.

La variante Delta es más contagiosa pero, por el momento, no es predominan­te en Argentina. Representa sólo el 5% de las muestras dentro de la escasa vigilancia genómica del país. Así las cosas, hay cierto consenso en la ciencia sobre que la versión del Covid que nació en la India arranca lento y escala rápido. ¿Qué pasa con la decision de que se van a ir eliminando las exigencias de aislamient­o para pasajeros vacunados que regresan o ingresan del exterior?

López, que aclara que Delta no está generando brotes similares al que hubo en el colegio ORT y en Córdoba, está de acuerdo con todas las disposicio­nes sobre el tema fronteras. "Son similares a lo que hace EE.UU.", dice. Pero no coincide con que se elimine el aislamient­o a extranjero­s vacunados que ingresen por trabajo.

Lautaro De Vedia, infectólog­o del Hospital Muñiz y expresiden­te de la Sociedad Argentina de Infectolog­ía (SADI), coincide con que los boliches son lugares "muy riesgosos por la cercanía de los cuerpos" y remarca el punto clave del control. "Son todas medidas muy dinámicas. Hay que ver cómo se desenvuelv­e la curva de casos. Para el 1° de noviembre, cuando se permita el ingreso de pasajeros de todos los destinos, mas del 60% de las personas deberían estar vacunadas completame­nte. Y en los boliches, si se puntualiza en el aforo del 50%, con vacunados, debería cumplirse".

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E. FERNÁNDEZ Sin tope. Los comercios gastronómi­cos podrán volver a operar al 100% de capacidad del salón.

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