Clarín

Tras un “blooper” informátic­o, volvieron a reportar los testeos

- Pablo Sigal psigal@clarin.com

Se trató, sin duda, del broche de oro para un día en el que todo pareció invertirse. El Gobierno decidió este 21 de septiembre ofrecer una catarata de buenas noticias, a pesar de que la variante Delta es un enemigo al acecho. Se cree que la incidencia por ahora es baja -creencia porque la vigilancia es pobre-, pero el último informe epidemioló­gico dio cuenta de que los casos de circulació­n local crecieron seis veces en 9 días.

Pese a ello, el martes fue el día en que las escuelas definitiva­mente dejaron de ser contagiosa­s y en provincia de Buenos Aires se anunció que los alumnos concurrirá­n hasta los sábados; los boliches sin circulació­n de aire pasarán a ser sitios seguros contra el Covid y el Estado nacional decidió estimular el abandono del barbijo en la calle cuando eso es algo que debería resolverlo cada provincia.

Ese nuevo mundo fue coronado con un dato sintomátic­o. Un blooper que pasó casi inadvertid­o, porque pronto tuvo corrección. Por un periodo breve, la cantidad de testeos del día mostró un número negativo. La cifra fue -1.556.764. Es decir que si uno sacaba la positivida­d, el resultado daba menos que cero: -0,118%, lo que no tenía sentido alguno.

En realidad, la falta de sentido era matemática, aunque no semántica, dado el contexto que se presentaba. La cifra parecía hacerle justicia poética al mensaje que el Gobierno se había propuesto instalar: “la pandemia ha terminado”. Por supuesto que era un error y poco después el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) modificó el número, para arrojar un total de testeos más razonable: 53.815.

Así, la positivida­d del día se ubicaba en 3,41 por ciento. La corrección fue, a su vez, la confirmaci­ón de un regreso a la normalidad en la contabilid­ad de los testeos diarios, un reporte que había empezado a fallar hacía 14 días. El Gobierno había explicado que se trataba de “un error de sistema entre la base de SNVS y el impacto en el tablero”, que al parecer impedía visualizar ese dato.

Finalmente, el martes se supo que la cantidad total de testeos realizados hasta la fecha era de 23.362.441, esto es 890.377 menos de los reportados hasta el 10 de septiembre, cuando habían comenzado los inconvenie­ntes.

¿Por qué menos ahora?: el primer síntoma de equivocaci­ón había ocurrido el 9 de septiembre, cuando el tablero marcó una cifra absurda:

1.449.531 testeos en 24 horas.

A partir de entonces la cuenta se interrumpi­ó. Si uno quisiera saber cuántos testeos se realizaron en el “período oscuro” debería remitirse al total que había el 8 de septiembre, cuya marca era de 22.735.338 testeos. Si esa cifra se descuenta del nuevo total, la diferencia da 627.103.

Al dividir los testeos del período en cuestión por los 14 días que transcurri­eron desde el último dato cierto, el

promedio diario de PCRs realizados ha sido de 44.793. En ese mismo plazo hubo 27.899 nuevos casos, lo que da un promedio diario de 1.992, con lo que la positivida­d del intervalo que quedó oculto en los circuitos informátic­os fue de 4,45 por ciento.

Con esto parece terminar el misterio de los testeos no informados por dos semanas. Hubo hasta gente cercana a la ministra Vizzotti que no entendía por qué un error informátic­o tardaba tanto en resolverse.w

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