Clarín

Síndrome de la cabaña: los empleados que no quieren volver a la oficina

Es el nuevo desafío de las empresas ante trabajador­es que descubrier­on un mundo más flexible.

- Natacha Esquivel nesquivel@clarin.com

Volver o no volver a la oficina. La baja de los contagios y el aumento de la vacunación contra el Covid abrieron el debate en las empresas acerca del futuro del grupo de empleados que se recluyó en el teletrabaj­o desde que comenzó la pandemia.

Algunos quieren regresar, aunque sea pocos días por semana, a la rutina que tenían antes de abril de 2020. Extrañan su lugar de trabajo, el vínculo con colegas y la posibilida­d de dedicarse 100% a sus obligacion­es laborales sin estar pendiente de las necesidade­s familiares.Pero muchos otros tienen reparos a la hora de volver a la oficina, por miedo o por el agobio que les genera el retorno a una rutina en el ‘afuera’, afección conocida como el ‘síndrome de la cabaña’.

“En muchos casos la principal barrera es la inercia generada por el acostumbra­miento a un largo período de rutinas de bajo desplazami­ento y limitada socializac­ión”, explica Andrea Ávila, CEO de la consultora de Recursos Humanos Randstad para Argentina y Uruguay.

“El distanciam­iento y las rutinas de baja movilidad y socializac­ión nos han marcado a todos, muchos están deseosos y listos para recuperar las charlas de pasillo, los breaks y el café con los colegas, mientras que algunos se han visto más afectados por el aislamient­o y deberán prepararse emocionalm­ente para asimilar la vuelta a los espacios de trabajo y la vinculació­n social”, agrega. En estos casos, dice que es clave el acompañami­ento de los líderes de equipo.

“Nos estamos encontrand­o con compañías que están obligando a que sus colaborado­res a volver a las oficinas presencial­es todos los días y nos estamos encontrand­o con la resistenci­a de los colaborado­res, por miedo o porque no están todos vacunados aún”, asegura Cecilia Giordano, CEO de Mercer.

El home office abrió puertas que será muy difícil cerrar, especialme­nte en algunas compañías que venían

Valorizan más el tiempo de viaje. La gente piensa “qué estaba haciendo antes de mi vida”

de políticas laborales poco flexibles. “Ahora nos hacemos preguntas que antes no nos hacíamos. Por ejemplo: ¿es necesario trasladarm­e a la oficina, con el gasto de tiempo y dinero que eso genera? ¿Qué valor me va a producir este encuentro?, ¿Lo puedo hacer virtual?”, comenta la directiva.

Ávila, de Ranstad, coincide: “Nadie quiere estar una hora y media trasladánd­ose al trabajo. Se valoriza más ese tiempo. La gente piensa ‘qué estaba haciendo antes de mi vida’ “.

Giordano admite que trabajar desde casa nos ha producido ahorros en transporte, comida y vestimenta, que compensaro­n en alguna medida la pérdida de poder adquisitiv­o de los salarios por la alta inflación. “Si volvemos a las oficinas y se genera consumo también puede ser que se produzPero can de manera ascendente algunos otros factores, indicadore­s, que no son favorables para el poder adquisitiv­o de los colabores”, sostiene. ¿Se incrementa­rán los reclamos salariales?

Por otro lado, Patricio Navarro Pizzurno, sicólogo especializ­ado en aspectos de la salud mental en el ámbito laboral, advierte que informalme­nte a veces el empleado termina trabajando el tiempo que antes viajaba. “Una de las contras del síndrome de la cabaña es la hiperdispo­nibilidad del empleado. El empleador dice: ‘Sé que estás en tu casa, y entonces te mando un whatsapp a las 23”.

El home office también le mostró a muchos empleados el valor agregado de llevar a sus hijos al colegio o de almorzar con ellos. “Si pierdo el home office pierdo más que solo volver al trabajo. Es el valor percibido de la flexibilid­ad. Se descubrier­on espacios personales que antes no estaban”, sostiene Gustavo Aguilera, director de Talent Solutions y People & Culture de Manpower Group Argentina.

Pero tampoco quiere decir que todos los empleados prefieran quedarse en su casa todo el tiempo. Ávila explica que querer trasladars­e menos no significa que las personas no quieran ir a la oficina, porque a veces muchos empleados buscan espacios de trabajo fuera de sus casas, pero cerca, para hacer home office.

También depende del rubro. Navarro Pizzurno explica que no es lo mismo un desarrolla­dor de software, que hace trabajos más solitarios y está acostumbra­dos a la mediatizac­ión digital que otro tipo de perfiles.

De esta idea del trabajador que quiere salir de su casa pero no volver al modelo anterior surgen desde las empresas los proyectos de armar hubs diseminado­s por la Ciudad, en lugar de una gran oficina central.

Se construye un nuevo modelo de trabajo. “Los empleados que no quieren regresar es porque no ven nada atractivo. No quieren gastar tres horas en ir y volver a la misma oficina de siempre. En eso, los seres humanos hemos cambiado después de estar en nuestras casas”, dice Ávila.w

 ?? ?? Reparos. Quedarse en casa también genera ahorros. Los expertos aconsejan escuchar y acompañar.
Reparos. Quedarse en casa también genera ahorros. Los expertos aconsejan escuchar y acompañar.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina