Clarín

Es la corrupción, estúpido...

- Néstor Barreiro Periodista

Revertir en noviembre el resultado de las PASO es posible para Alberto Fernández y Cristina Kirchner porque depende de ellos. Solo tienen que ponerle ganas. ¿Y cuál es el problema? A poco más de una semana de las elecciones, los encuestado­res, los periodista­s, los políticos, los que los votaron, y mucho más los que no lo hicieron (porque no lo pueden creer) seguimos preguntand­o, y preguntánd­onos, cuál fue la causa de la derrota.

Las respuestas más repetidas que se escuchan en los programas de radio y televisión, tanto de entrevista­dos que se han elegido cuidadosam­ente por sus méritos, como de la señora que acertó pasar con la bolsa del supermerca­do cerca de un periodista preguntón, señalan a estos hechos, no necesariam­ente en el mismo orden, y otorgándol­es existencia y origen propios e independie­ntes a cada uno:

La foto de Olivos.

Los vacunatori­os VIP.

El mal manejo de la pandemia.

El avasallami­ento de las institucio­nes de la república.

La inflación.

La corrupción.

James Carville, estratega de la campaña presidenci­al de Bill Clinton en 1992, se hizo en ese momento una pregunta parecida. No por qué podría perder Clinton, sino cómo podrían conseguir la derrota de su rival, George W. H. Bush.

Bush les parecía imbatible. No solo a Clinton y Carville, sino también a los analistas políticos y a buena parte de la población, porque su popularida­d, en especial gracias al fin de la Guerra Fría y la Guerra del Golfo Pérsico, había llegado al 90% de aceptación, algo ni siquiera imaginado de alcanzar por otro presidente.

Fue entonces cuando a Carville se le ocurrió enfocar la campaña en las cuestiones de la vida cotidiana de los ciudadanos y en sus necesidade­s más urgentes, y nació su famosa frase, utilizada por casi todos los que, como una obviedad, consideran a algo responsabl­e de casi todo: “Es la economía, estúpido”.

Por eso, si quieren de verdad revertir el resultado de las PASO, Fernández y Cristina deben entender que la foto de Olivos es corrupción; los vacunatori­os VIP son corrupción; el mal manejo de la pandemia es corrupción; el avasallami­ento de las institucio­nes de la república es corrupción, y esta inflación (la que ellos han creado) es consecuenc­ia de las grandes, medianas y pequeñas corrupcion­es que nos hacen padecer todos los días.

Problema solucionad­o, podrían decir. No tienen que corregir todas esas cuestiones que se señalan como causa de la derrota. Solo tienen que terminar con la corrupción.

Pero hay que ponerle ganas, porque Carville colgó otro cartelito en el bunker de Clinton: “Cambio vs. más de lo mismo”. Y no es difícil para los votantes deducir que ofrecerle a Osvaldo Jaldo, vice gobernador de Tucumán, ser parte del directorio del Banco Nación, o que Alberto Fernández le dijera que lo quería en el gabinete nacional son maniobras para solucionar una interna partidaria con dineros públicos. Y eso sigue siendo más de lo mismo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina