Clarín

Racing quedó nocaut en un partidazo definido por un penal

Godoy Cruz fue una tromba con golazos, pero dejó agrandar a su rival, que se repuso y logró igualar dos veces.

- Oscar Barnade obarnade @clarin.com

Seis goles en el tiempo reglamenta­rio, nueve penales convertido­s al hilo en la definición y el héroe en el estadio Kempes de Córdoba fue el paraguayo Juan Espínola, que le atajó el último remate a Copetti, metió a Godoy Cruz en los cuartos de final de la Copa Argentina y, claro, le quitó la ilusión a Racing de ir por el título y el boleto a la Copa Libertador­es. Un partido para aplaudir de principio a fin.

Hay un refrán popular que asegura que “escoba nueva barre mejor”. El dicho se puede aplicar a la llegada del entrenador Diego Flores, ex traductor de Marcelo Bielsa. Con los mismos nombres desde el principio de la temporada, Godoy Cruz mejoró notoriamen­te con respecto a la etapa de Sebastián Méndez. Se nota en la postura inicial. Y cuando va perdiendo intensidad, apuesta por el recambio de nombres para no perderla.

Sorprendió a Racing en el primer cuarto de hora, con una intensa presión, rápida circulació­n y muy precisos contragolp­es. Claro que contó con la complicida­d del equipo de Claudio Úbeda, con malas entregas en posiciones ofensivas y una pasividad sorprenden­te de sus defensores.

Un detalle vale marcar en el arranque del partido. Racing perdió a los 9 minutos a Matías Rojas, lesionado. El cambio no modificó el esquema, porque tanto el paraguayo como Tomás Chancalay tienen caracterís­ticas ofensivas. La obligación de marcar en el medio la tenían Aníbal Moreno y Nery Domínguez.

De un tiro libre a favor y una mala entrega de Moreno nació la contra letal a los 13 minutos: la arrancó Leonel González, tocó con Bullaude, quien alargó para Lomónaco, éste se metió en el área y le entregó la pelota justa a Bullaude, ya en posición de “9”, para una gran definición.

Tres minutos después, el segundo. Es cierto que la perdió Darío Cvitanich en ataque, pero la jugada individual de Burgoa dejó en evidencia la

mala marca de Cáceres. El extremo mendocino se fue metiendo en el área, el lateral lo acompañó, se acomodó y definió con un remate cruzado que superó el esfuerzo de Arias.

Burgoa y Bullaude, por izquierda, continuaro­n complicand­o a Racing, que estaba para el nocaut. Recién se acomodó mejor en los últimos 10 minutos. Y llegó al descuento gracias a la categoría de sus mejores hombres. Desbordó el chileno Mena por izquierda y sacó un centro perfecto para Lisandro López, que definió con un gran cabezazo. El gol le permitió a la Academia, de flojo desempeño, sin juego asociado y con falencias en la marca, en especial por la derecha, soñar con cambiar la historia.

Para el segundo tiempo, Úbeda sacó a Cáceres, de muy floja actuación. Ingresó Alcaraz para sumar juego en el medio y retrocedió Fabricio Domínguez. El equipo se adelantó unos metros. Estuvo cerca del empate con un tiro libre de Chancalay que salvó Espínola con un manotazo. Con una actitud más ofensiva, con mayor confianza, la Academia fue arrinconan­do al equipo mendocino, que no tenía la solvencia de la primera etapa.

Cuando reaccionó el Tomba y llegó al área de Arias, Lomónaco falló dos veces en el remate final. Y Racing no perdonó. Llegó un buen centro de Fabricio Domínguez desde la derecha y Copetti, con otro cabezazo, igualó a los 17 minutos.

Estaba mejor Racing, cerca del tercero, asediando la valla de Espínola. Pero en cada transición Godoy Cruz golpeaba, en especial cuando ya había refrescado el equipo con los cinco cambios. Primero con un remate de Acevedo que dio en el travesaño. Después, con esa gran jugada de Matías Ramírez , de izquierda hacia el centro, con Fabricio Domínguez de acompañant­e y un remate que dejó sin chances a Arias.

Pero había más emociones. Faltando un minuto, Correa, tras un centro de Lovera, empató con un cabezazo hacia atrás, ante una mala salida de Espínola, que se reinvidicó en los penales al atajar el último . ■

 ?? TÉLAM ?? Grito de golazo. Matías Ramírez, ex Ferro, se despacha con sus compañeros tras marcar el tercer tanto de Godoy Cruz en una gran jugada.
TÉLAM Grito de golazo. Matías Ramírez, ex Ferro, se despacha con sus compañeros tras marcar el tercer tanto de Godoy Cruz en una gran jugada.

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