Cancillería: Cafiero mantiene parte del equipo de Solá y busca quedarse hasta 2023
Con escasa experiencia, el desplazado jefe de Gabinete da señales de diálogo, y de apoyarse en el ala diplomática.
Después de ser desplazado de la jefatura de Gabinete de Ministros y reemplazar de un plumazo a Felipe Solá como canciller, Santiago Cafiero
busca recuperar el ánimo político.
No habría razones para quejarse, pues ya está instalado desde esta semana en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
El piso 13 del emblemático edificio de Arenales y Esmeralda protagoniza un corre-corre de nuevos y antiguos funcionarios que buscan informar a los recién llegados sobre lo que ocurre en La Casa y los hechos más relevantes que el país tienen en política exterior al menos a corto plazo. En ese contexto y para evitar mayor tensión, Cafiero decidió mantener parte buena parte del equipo de Solá en la cartera. Además, busca darle un enfoque económico.
De hecho, en su primera reunión, Cafiero recibió el martes a directivos de los principales unicornios y a algunas pymes de base tecnológica.
Entre ellos los de Ualá, de Mercado Libre, Globant, Q Services del Polo IT de la Ciudad de Buenos Aires. El funcionario transmitió que busca fomentar la "exportación de talento" y la "economía del conocimiento".
Cafiero se hizo cargo del ministerio en medio de la fuerte crisis que atraviesa Alberto Fernández conla embestida por parte de Cristina Kirchner tras la derrota en las primarias. El ex jefe de Gabinete era el principal blanco del Instituto Patria.
A los 42 años, Cafiero es cuestionado por su escasa experiencia para un cargo muy relevante en el mundo aunque no así para el actual Gobierno, que pareció colocarlo ahí casi como un consuelo. Pese a ello, Cafiero dio muestra de un hábil juego politico para ser un recién llegado en Cancillería. Por empezar, mantuvo a la cúpula que tenía Solá, dio señales de diálogo y continuidad, buscando apoyarse en los diplomáticos que ya estaban en cargo de relevancia.
Por empezar, resistió a quienes desde la Casa Rosada querían imponerle a un vicecanciller político y por el contrario mantuvo a Pablo Tettamanti. Embajador de carrera, kirchnerista y crítico de los medios, Tettamanti es un diplomático con experiencia. También seguirá a cargo de la secretaria de Culto el experimentado Guillermo Oliveri.
Por otro lado, Cafiero se llevó con él a quien fue su vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco, y quien pasó a ser la Secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, en reemplazo de Jorge Neme, ahora dos de Juan Manzur en Gabinete.
El martes, Cafiero mantuvo su primera reunión con sus pares del Mercosur, sumergido en una fuerte crisis por la decisión uruguaya de ir a acuerdos de comercio con terceros países con aval o sin aval del bloque. Decisión que resiste Argentina.
Cafiero también se llevó con él a
Pablo Delgado de la Secretaría de Coordinación Administrativa, y quien será ahora el secretario de Coordinación de la Cancillería. Es decir, el hombre que manejará la caja en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Por otro lado, Luciana Tito, hermana de la cónsul en Roma, será la nueva jefa de Gabinete de asesores. Desempeñaba el mismo cargo en la Rosada. Y Javier Porta seguirá siendo su vocero. En paralelo, define quien reemplazará a Daniel Filmus como secretario de Malvinas.
Cafiero llegó dando señales de que no tiene intenciones de ser un Canciller transitorio, sino que busca quedarse con el Ministerio de aquí a 2023. Queda en duda, así, la estantería de nombres que dan vueltas para reemplazarlo si el Gobierno sufre otra derrota el 14 de noviembre.
Tan sólo a corto plazo, la Cancillería debe además lidiar con una serie de conflictos de alta intensidad con los países vecinos, a excepción de Bolivia. Es una crisis inédita dado el nivel de conflictividad simultánea del Gobierno con sus socios naturales.
Argentina viene de sufrir varias derrotas en las carreras por conseguir la presidencia para el BID, para la CAF Banco de América Latina, y la CELAC. En los grandes lineamentos que tiene por delante el nuevo ministro está el equilibrio que se necesita en la relación entre EE.UU. y China. Más la explosiva situación en Cuba, Venezuela y Nicaragua. ■
Cafiero no quiere ser un canciller transitorio, pero mucho depende de la elección de noviembre