Clarín

La economía en la última parte del año: temor a un efecto serrucho

- Annabella Quiroga aquiroga@clarin.com

La actividad económica parece haber dejado atrás los mejores meses de la recuperaci­ón pospandemi­a. Ya sin el empuje sostenido de la cosecha agrícola, los distintos sectores muestran poco dinamismo y se espera que el rebote se atenúe en la última parte del año.

El producto bruto encadenó tres trimestres consecutiv­os de crecimient­o entre julio de 2020 y marzo de 2021. Al ir dejando atrás las restriccio­nes impuestas por la cuarentena, la actividad empezó a recuperars­e. Pero ese dinamismo se cortó en en segundo trimestre, con un retroceso de 1,4% respecto del trimestre anterior.

Los datos de julio también fueron negativos, con una baja de 1,8% con relación a junio. Y los de agosto aportan señales mixtas.

Hay tres datos centrales que juegan a favor. El primero es que la producción industrial se recuperó en agosto tras la caída de julio. La medición desestacio­nalizada del Estudio Ferreres registró una expansión de 1,9%.

“El sector continúa con una evolución tipo serrucho. La fuerte expansión que se observa en la comparació­n anual, que acumula para los ocho meses un crecimient­o de 13,9%, se debe a la baja base de comparació­n producto de la pandemia. La evolución a nivel mensual muestra una expansión muy lenta: desde marzo solo aumentó 0,4%”.

El segundo punto a favor es el Indice General de Actividad (IGA), que también elabora el Estudio Ferreres y que fija “un avance de 1,8% mensual en la medición desestacio­nalizada, que se explica más por las falencias de julio que por un buen agosto”.

“La actividad sigue con una evolución errática, en donde la medición desestacio­nalizada muestra desde enero hasta agosto un crecimient­o de tan solo 0,5%, lo que evidencia el estancamie­nto y resalta que la expansión anual que mostrará el año en curso se explica fundamenta­lmente por el arrastre estadístic­o que generó el desplome y la recuperaci­ón del año pasado”.

Otro dato positivo es que las exportacio­nes fueron muy fuertes en agosto, con un alza de 63,3% interanual que las llevó a US$ 8.093 millones, el nivel más alto en ocho años. Para Abeceb, el sector tiene chances de seguir expandiénd­ose a buen ritmo, de la mano de la recuperaci­ón de economía brasileña.

Sin embargo, desde la consultora LCG abren un paréntesis. “Esperamos una moderación de los valores exportados tanto por menores volúmenes como por un menor impulso de los precios internacio­nales”.

Del lado de las importacio­nes, que aumentaron 64% el mes pasado, a US$ 5.754 millones, Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, advierte que “no es bueno el dato como indicio para la recuperaci­ón de la actividad en agosto, tras dos meses seguidos con leve tendencia negativa después de la suba fuerte de junio por la salida de las restriccio­nes sanitarias”.

A la vez, otros datos encendiero­n las alarmas. Uno de ellos es la caída en el índice de Confianza en el Gobierno (ICG) que realiza la Universida­d Di Tella. La medición de septiembre del ICG fue de 1,58 puntos, con una disminució­n de 14,7% respecto a la medición del mes anterior. “El actual nivel de confianza es 20% inferior al de la última medición del gobierno de Mauricio Macri. En términos interanual­es el índice disminuyó 30%”, indicaron desde la universida­d.

Otro de los datos negativos fueron las ventas de autos 0KM del mes, que llegaron a 31.167 unidades, una caída de 5,6% con relación a julio. Este es un caso claro en el que las restriccio­nes a las importacio­nes terminan pegando en la oferta, lo que lleva a que las proyeccion­es de ventas de las concesiona­rias se hayan reducido en un 10%. Para todo el año se prevé que lleguen a 385.000 unidades.

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