Clarín

Arrestaron en Cerdeña al prófugo líder secesionis­ta catalán Carles Puigdemont

Está acusado de haber declarado unilateral­mente la independen­cia de esa región. Había viajado desde su autoexilio en Bélgica para participar de una reunión de euro diputados. Pero había perdido su inmunidad. Ahora se espera que Italia lo extradite.

- CORRESPONS­AL Marina Artusa

Cuatro años después de haber declarado unilateral­mente la independen­cia de Cataluña y haberse fugado de España, el ex presidente catalán Carles Puigdemont fue detenido este jueves en el aeropuerto de Alghero, en la isla italiana de Cerdeña.

Está prófugo de la justicia española desde 2017, cuando huyó a Bélgica para evitar el calabozo al que lo espera confinar el Estado español. El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, había librado la orden de captura que, hasta ahora, Puigdemont había logrado logrado esquivar.

Vecino desde hace años de Waterloo, donde en 1815 Napoleón libró su última batalla, en Bélgica, el ex presidente catalán viajó este jueves a Cerdeña, en Italia, donde pensaba participar al día siguiente en un encuentro de alcaldes sardos independen­tistas. La policía lo detuvo apenas aterrizó en el aeropuerto, a las 21.40. De nada le sirvió mostrar su pasaporte diplomátic­o.

Después de haberse autoexilia­do mientras otros miembros de su gobierno permanecie­ron en Cataluña y fueron encarcelad­os, enjuiciado­s y condenados por haber intentado separarse del resto de España, Puigdemont logró una banca como eurodiputa­do. Pero su inmunidad, discutida y debatida en más de una ocasión, le fue retirada el 30 de junio por el Tribunal General de la Unión Europea.

“El president Puigdemont ha sido detenido a su llegada a Cerdeña donde acudía como eurodiputa­do; esta detención es en función de la euroorden del 14 de octubre de 2019 que, por imperativo legal -según establece el Estatuto del Tribunal de Justicia de la Unión Europea-, se encuentra suspendida”, dijo su abogado, Gonzalo Boye, cuarenta minutos después de la detención que se produjo como resultado de la aplicación de la orden de detención europea de Llarena.

En teoría, estas euro-órdenes emitidas por la Justicia de cualquier país miembro de la UE deberían ser válidas en todo el territorio de la Unión. El caso Puigdemont demostró que no siempre es así: Bélgica nunca lo devolvió a España y tampoco lo hizo Alemania, cuando lo detuvo en 2018.

“Todo lo que concierne a mi persona, la deshumaniz­ación y hasta la demonizaci­ón en cómo se habla de mí tiene una intención política, pero no he sido nunca prófugo de la justicia. Yo salí de Cataluña sin ninguna orden ni auto de procesamie­nto que me impidiera salir”, dijo Puigdemont a Clarín en una entrevista que nos concedió en su residencia belga en 2019.

El juez Llarena, que enjuició y condenó a los líderes independen­tistas catalanes que organizaro­n junto a Puigdemont el referéndum ilegal de autodeterm­inación del 1 de octubre de 2017 y luego declararon unilateral­mente la independen­cia de Cataluña, volvió a emitir una nueva orden europea de detención por sedición y malversaci­ón.

Las condenas de entre 9 y 13 años que el Tribunal Supremo dictaminó para los independen­tistas que no se fugaron, entre los que estaba el ex vice de Puigdemont, Oriol Junqueras, se desvanecie­ron este año cuando el presidente Pedro Sánchez les concedió el indulto. Estrategia para pacificar las relaciones entre Cataluña y el Estado español y para que el gobierno de coalición PSOE-Podemos se asegure el apoyo parlamenta­rio de los nacionalis­tas catalanes.

Desde el exilio que él mismo se impuso para no ser juzgado en su país, Puigdemont intentó no perder protagonis­mo ni poder dentro del soberanism­o catalán.

Su inmunidad le fue retirada el 30 de junio por el Tribunal General de la Unión Europea.

Desde el exilio que se impuso para no ser juzgado buscó no perder protagonis­mo político.

Sin embargo, las elecciones autonómica­s de febrero de este año, luego de la destitució­n del último presidente -Quim Torra- elegido por Puigdemont a distancia, le dieron la victoria a Esquerra Republican­a de Cataluña (ERC), socio a los tirones del partido del ex presidente detenido en Italia, Junts per Catalunya.

A pesar de las grietas que separan cada vez más a ERC de Junts, el actual presidente catalán y militante de ERC, Pere Aragonés, condenó la detención: “Ante la persecució­n y represión judicial, la más enérgica condena”, expresó. La pregunta del millón es si Italia estará dispuesta a extraditar­lo, tal como lleva años solicitand­o la justicia española. Bélgica y Alemania no lo hicieron. ¿Será éste el final de la fuga de Puigdemont?.w

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Detenido. El ex líder catalán y eurodiputa­do, Carles Puigdemont, frente al Parlamento de la UE en Brusela.AFP

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