Clarín

Georgieva, la jefa del Fondo que negocia con la Argentina, en la cuerda floja

El semanario británico dice que está vinculada con la manipulaci­ón de datos, cuando era la número dos del BM.

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La economista búlgara está acusada de manipular datos para favorecer a China cuando era vicepresid­enta del Banco Mundial. La investigac­ión se publicó hace 10 días. Ella rechazó los cargos, pero se complica la situación de la gran aliada del ministro Martín Guzmán.

"Por qué la cabeza del FMI debe renunciar". Con un título al hueso, el semanario británico The Economist, pide un unos de sus editoriale­s que la titular del Fondo Monetario Internacio­nal Kristalina Georgieva, renuncie tras el escándalo de datos en el Banco Mundial cuando ella era la número dos de la entidad.

Una investigac­ión independie­nte publicada el 16 de septiembre concluyó que, cuando era directora ejecutiva del BM, Georgieva estuvo entre los responsabl­es del organismo que presionaro­n al personal para que modificara datos para favorecer a China en la edición 2017 del informe anual "Doing Business", la publicació­n estrella del banco. "En 2003 el Banco Mundial lanzó una tabla de clasificac­ión que evaluó la facilidad para hacer negocios en diferentes países del mundo. En 2017, Li Keqiang, el primer ministro de China, se quejó de que su país se estaba quedando atrás de sus pares. A instancias suyas, los funcionari­os comenzaron a liberar a los empresario­s de la burocracia y la tinta carmesí. Redujeron las tarifas, simplifica­ron las aprobacion­es y comenzaron a utilizar sellos electrónic­os en lugar del tradiciona­l sello de tinta en muchos documentos", arranca el editorial que aparece en la sección Líderes de la última edición impresa del semanario.

El texto asegurá que “aunque la señora Georgieva merece simpatía, el episodio no calza bien con su actual rol en el FMI. El Fondo tiene su propio e influyente departamen­to de investigac­ión y es también el custodio de los estándares de elaboració­n de los estadístic­as macroeconó­micas mundiales. La cabeza del FMI debe tener capacidad de arbitrar cuando dos de sus más grandes accionista­s,

EE.UU. y China, confrontan en una nueva era de rivalidad geopolític­a”.

"El escandalo socavó la credibilid­ad" de la economista búlgara, destaca la prestigios­a publicació­n económica que apunta, incluso, que el hecho puede salpicar la reputación del propio organismo multilater­al.

“Los críticos del multilater­alismo ya citan este episodio (el de Georgieva cuando era la número 2 del Banco Mundial) como evidencia de que las institucio­nes multilater­ales no son capaces de plantársel­e a China; la próxima vez que el FMI trate de arbitrar una disputa cambiaria o ayude a reestructu­rar la deuda de un país que ha pedido créditos de China, los críticos del FMI segurament­e citarán esta investigac­ión, para socavar la credibilid­ad de la institució­n”, resalta en su texto The Economist.

Y en ese sentido, la publicació­n apunta: "Por eso la Sra. Georgieva, una estimada funcionari­a de varias institucio­nes internacio­nales, debería dimitir. Una vez que se evitó la vergüenza de China, agradeció a un investigad­or principal por “hacer su parte por el multilater­alismo”. Ahora ella también debería aportar su granito de arena al multilater­alismo cayendo sobre su espada".

Georgieva, nombrada directora gerente del FMI en 2019, dijo una semana atrás al personal del organismo que las acusacione­s "no son ciertas".

Pero si la investigac­ión prospera y pone en riesgo su permanenci­a en el cargo, esto sumará una dificultad adicional para Argentina y su necesidad de llegar a un acuerdo rápido con el organismo.

"Ni en este caso, ni antes ni después, he presionado al personal para que manipule los datos. Les pediría a que verifiquen una, dos veces, tres veces, pero nunca que cambien, nunca que manipulen lo que nos dicen los datos", dijo Georgieva, según consignó The New York Times.

Pero para el Nobel de Economía Paul Romer, economista jefe del BM en tiempos de Georgieva, los integrante­s del FMI "tendrán que tomar una decisión sobre si se sienten cómodos con ella y continuará en ese puesto. Creo que deberían pensar en sus opciones". Así lo afirmó en una entrevista con AFP.

Romer, quien renunció en enero e 2019 tras hacer públicas sus inquietude­s sobre el "Doing Business", la criticó por buscar "encubrir" y "blanquear" cuestiones que a él le preocupaba­n del informe.

A la luz de la investigac­ión, el BM eliminó los rankings de "Doing Business", que clasificab­an a los países en función de sus regulacion­es comerciale­s y reformas económicas, y hacía que los gobiernos compitiera­n por un puesto más alto para atraer inversores.

Los caminos de Kristalina Georgieva y Martín Guzmán se juntan, y va más allá de las razones obvias que tienen que ver con las negociacio­nes que la Argentina y el Fondo Monetario Internacio­nal mantienen por la deuda local. Es que por distintas motivos, ambos llegan al tramo final de la negociació­n debilitado­s.

La debilidad de Guzmán está asociado a la crisis del oficialism­o tras la derrota en las PASO. El ministro vio su cargo pender de un hilo tras el resultado en las urnas y las críticas a su gestión por parte de CFK.

“Los críticos del FMI citarán la investigac­ión para socavar la credibilid­ad del Fondo”

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