Para economistas, el acuerdo con el FMI “patea” los problemas para adelante
Marcan que no resuelve desequilibrios fiscales ni la tensión cambiaria, un año en el que habrá menos dólares.
Para los economistas, el anuncio del acuerdo con el Fondo Monetario no resuelve los problemas centrales de la Argentina. Apuntan que la inflación, el déficit fiscal y la tensión cambiaria seguirán condicionando a la economía aún dentro de un esquema que incluye ajustes del gasto.
“El FMI y el gobierno decidieron patear la pelota para adelante”, dice Guido Lorenzo, de la consultora LCG. “En el corto plazo piden lo típico de un ajuste: acumular reservas, tener tasas de interés reales positivas, ajuste fiscal y compromiso con la inflación”.
“La totalidad de los detalles del acuerdo aún no se ha hecho pública, y este es solo el primer paso en el proceso de aprobación requerido tanto para Argentina como para el FMI”, señala Gabriel Torre, de Moody’s.
“Si el acuerdo da lugar a políticas que conduzcan a una reducción sostenida de los desequilibrios macroeconómicos, esto sería positivo desde el punto de vista crediticio. El cumplimiento de las metas que se establezcan en el programa, en particular la reducción del déficit fiscal y el financiamiento monetario del Banco Central, representará una prueba de gran calado a la voluntad y capacidad de Argentina para realizar ajustes importantes”, indica Torres.
Desde Ecolatina, Federico Moll apunta que “la senda fiscal y monetaria parece razonable, pero no resuelve la tensión cambiaria ni su contracara, el exceso de oferta de pesos”. Moll concluye que “este desequilibrio se salda con mayor inflación y eso políticamente hay que ver cómo se procesa, de esa tensión depende la supervivencia del plan. Las exportaciones no van a crecer con esta brecha y este tipo de cambio real efectivo. Dejemos de vender humo”.
Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, sostiene que lo que se negocia “no es un programa de facilidades extendidas como se dijo alguna vez, es un Stand By, casi ad-hoc. El acuerdo evidentemente todavía hay que armarlo. Con el correspondiente memorándum de entendimiento, el detalle y las metas cuantitativas trimestrales”.La diferencia entre “Stand by” y “Facilidades extendidas” es clave, ya que el segundo es un acuerdo a diez años que implica asumir el compromiso de realizar reformas estructurales. Sin embargo, el ministro Martín Guzmán dijo que este es un acuerdo de facilidades extendidas sin reformas.
El exviceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis se mostró satisfecho. Aseguró que “el acuerdo que alcanzó el gobierno con el FMI sorprende por lo bueno, ya que no contiene reformas estructurales, e impulsa la obra pública, sin ajuste, como era tradicional en los programas del organismo multilateral”. “El Fondo acepta que Argentina tiene que gastar más plata”, dijo el el titular de la consultora PxQ.
“El sendero fiscal de un país es uno de los aspectos centrales de discusión con el FMI. Si se pide posponer pagos sin solucionar el desequilibrio primario, se seguirá generando deuda, eliminando toda posibilidad de generar excedentes en algún momento para hacer frente a los compromisos”, marca Nadín Argañaraz, del IARAF.
Para el economista, “la baja del déficit tiene que ver también con la combinación de ingresos y egresos que se promueva. Lo ideal es que los recursos provengan de ingresos extras derivados de un mayor cumplimiento tributario o de una mayor eficiencia a la hora de asignar los recursos. Pero si se busca la eliminación del déficit, lo esencial es que se concrete a partir de bases sólidas y básicamente sostenibles en el tiempo. Un ajuste no sostenible genera más costos en el tiempo”.
Fernando Marengo, de la consultora Arriazu, asegura que “el acuerdo es una buena noticia dada la alternativa desastrosa de no acuerdo. El sendero fiscal planteado luce muy razonable y alineado con nuestra expectativas de un desequilibrio financiable y sustentable. También la restitución de los pagos desembolsados al FMI hasta el momento es una nueva noticia, incluso sorpresiva”.
Federico Furiase, de la consultora Anker, indica que “el Fondo es más restrictivo en lo fiscal. No pide un salto cambiario, lo que tiene sentido dada la inercia inflacionaria. Para que el programa financiero sea consistente el FMI está pidiendo un esfuerzo fiscal y al poner una restricción monetaria más fuerte pone indirectamente una exigencia fiscal. Si se cumple, eso es lo que le va a poner un techo a los bonos y un piso a la brecha”.
Para Fernando Marull, director de FMyA, “todavía faltan muchos detalles, pero el acuerdo con FMI es una buena noticia porque baja la incertidumbre. Pero la inflación sigue alta, las reservas están muy bajas, la brecha sigue en 100% y los riesgos de descarrilarrestán. Ahora, hay que cruzar febrero y llegar a la cosecha”.
Y según Carlos Pérez de la Fundación Capita, por el lado comercial, tanto por bienes como por servicios, el año 2022 será bastante menos generoso en dólares que 2021. En tanto que la apuesta para acumularUS$ 5000 millones, pasa por la no intervención en la brecha del BCRA y los dólares netos del FMI”.
El acuerdo sorprende por lo bueno, ya que no contiene reformas estructurales, e impulsa la obra pública, sin ajuste, como era tradicional en los programas”
Emmanuel Alvarez Agis
Si se pide posponer pagos sin solucionar el desequilibrio primario, se seguirá generando deuda, eliminando toda posibilidad de generar excedentes”
Nadín Argañaraz
El Fondo no pide un salto cambiario, lo que tiene sentido dada la inercia inflacionaria. Para que el programa financiero sea consistente pide un esfuerzo fiscal”
Federico Furiase
Es buena noticia, baja la incertidumbre. Pero la inflación sigue alta, las reservas están muy bajas, la brecha sigue en 100% y los riesgos de descarrilar siguen presentes”
Fernando Marull
Hay que tener en cuenta que por el lado comercial, tanto por bienes como por servicios, el año 2022 será bastante menos generoso en dólares que 2021”
Carlos Pérez