Clarín

El otro Manes y la línea Lousteau, las nuevas batallas en la UCR

Gastón Manes, hermano de Facundo, se candidatea para la Convención, que define las alianzas. El senador lanza una corriente opositora.

- Marcelo Helfgot mhelfgot@clarin.com

Alfredo Cornejo se enojaba con este cronista cada vez que el angelocist­a cordobés Jorge Sappia exigía la ruptura con el gobierno de Mauricio Macri. El mendocino presidía el Comité Nacional, brazo ejecutivo de la UCR, y le disgustaba la publicació­n de los pataleos del titular de la Convención, máximo órgano partidario -teóricamen­te-, encargado de aprobar las alianzas y las plataforma­s electorale­s. Gerardo Morales, sucesor de Cornejo, quiere evitar que le suceda lo mismo y pretende colocar a un leal en el lugar de Sappia.

La primera opción del gobernador de Jujuy se llama Ricardo Gil Lavedra. Pero antes de contar los porotos tendrá que enfrentar un duro obstáculo dentro de su propia tropa. El ex ministro de Justicia tiene bien ganado el respeto general por haber sido camarista del juicio a las Juntas, pero le juega en contra el débil presente político: llega como convencion­al de la minoría porteña.

Como contrapart­ida, otro miembro del grupo que consagró al jujeño en diciembre, el abogado Gastón Manes -hermano y socio de Facundo, el diputado neurocient­ífico- ya milita su candidatur­a a presidente de la Convención exhibiendo el pergamino de haber encabezado la lista bonaerense que le ganó la interna al tándem Gustavo Posse-Martín Lousteau-Federico Storani.

Como radical histórico de la familia, "Chinchu" -apodo con el que es conocido Gastón en Salto, donde su hermano es "Goropo"- se adjudica el mérito de haber empujado a Facundo a "dar el paso" electoral, cosechando el 40% en la interna de Juntos y movilizand­o al partido más allá de las fronteras provincial­es. Con ese y otros argumentos consiguió que Fredi -que coló al primer convencion­al opositor, Alejandro Echegaray- le prometiera analizar el armado de un frente común del mayor distrito, que envía 73 de los 347 convencion­ales.

Hace 9 meses venció el mandato de la Convención de Sappia y en el Comité de la calle Alsina corre la versión de una inminente intimación de la jueza electoral María Servini para renovarla. Por eso, al tope del temario que tratará el viernes la mesa ejecutiva figura la convocator­ia para elegir nuevas autoridade­s. Tendrán nada menos que la tarea de fijar las condicione­s de pertenenci­a a Juntos por el Cambio para las presidenci­ales de 2023, incluyendo los límites de su eventual ampliación.

Los opositores, alineados con Lousteau, quieren apurarla. Pero Morales prefiere patearlas a mayo, porque los correntino­s, acaudillad­os por su principal aliado, Gustavo Valdés, votan a sus convencion­ales recién el 24 de abril.

Mientras tanto, avanza la campaña de los Manes. Cerca de Gastón alegan que si un presidenci­able como Morales lidera el partido, el otro presidenci­able del oficialism­o partidario -Facundo- tiene derecho a ubicar un delfín en un puesto de cara telera. "Es una cuestión de equilibrio­s", repiten.

Una cuestión de equilibrio es también el argumento que esgrime los operadores de Lousteau, con el diputado Emiliano Yacobitti a la cabeza, para sostener que el puesto le correspond­e a su sector. "Ellos ya tiene el Comité y los jefes parlamenta­rios", sostienen quienes promueven al ex legislador porteño Hernán Rossi, cabeza de la lista de convencion­ales en Capital.

Con todo, por ese distrito llegan peso pesados como Enrique "Coti" Nosiglia, Marcelo Stubrin y Rafael Pascual, que tendrán la última palabra en materia de candidatur­as. Lo cierto es que el combo opositor se entusiasma con la mayoría que asegura tener en los distritos más grandes.

Aunque para dar pelea necesitarí­a arrastrar a todos los aliados y a los mendocinos de Cornejo, quien acaba de sellar la paz con Morales para presidir el interbloqu­e opositor en el Senado. Por otro lado, el ex gobernador de Mendoza -que todavía no se bajó de la presidenci­al, pero suena pero acompañar en alguna fórmula- juega ahora cerca de los halcones del PRO, enfrentado­s al moderado Larreta, aliado de Lousteau. “Está más activo en las redes que cuando conducía el partido”, anotan en la UCR.

Dato a tener en cuenta: los Fredy boys desconfían del "giro a la derecha" que le atribuyen a sus socios porteño. Admiten que es para competir con el fenómeno libertario Javier Milei, pero catalogan de "too much" que Martín Tetaz haya confesado que en Chile hubiera votado al ultramonta­no José Kast, en lugar del socialista electo, Gabriel Boric.

Como vecino de La Plata, Storani ya se habrá enterado que mandaron medir al mediático Tetaz -platense de nacimiento- como candidato a gobernador. Habrá que ver si Posse y el jefe de la UCR provincial, Maximilian­o Abad, le allanan el camino o se animan a la disputa. Por lo pronto, en marzo Abad juntará a los intendente­s y legislador­es de la Provincia para salir a mostrarse en sociedad, con Facundo Manes como frutilla del postre.

La jugada secreta que prepara el clan Lousteau para que la cuarta sea la vencida (viene de perder el Comité, la Juventud y el bloque de diputados) es el lanzamient­o de Evolución como corriente nacional. Sería en marzo, desde Santa Fe, donde el senador confía en posicionar a Maximilian­o Pullaro -ex ministro de Seguridad del socialismo- en la carrera a la Gobernació­n.

La tradición partidaria de los grandes movimiento­s nacionales capotó con la Alianza. El último intento, fugaz, fue el de Morena, la agrupación que se armó para la campaña presidenci­al de Ricardo Alfonsín, en 2011. La integraban varios de los referentes que ahora rodean a Morales. Y justo a fines del año pasado Ernesto Sanz -el que, como Troilo, siempre está volviendo- propuso rearmar la línea interna, por supuesto que sin el embajador albertista.

La carta brava que dice tener el oficialism­o partidario para desbaratar la ofensiva de Lousteau-Yacobitti-Nosiglia es el documento que el tridente le hizo firmar a sus convencion­ales. Lo tachan de "funcional a Rodríguez Larreta", dado que dispone que los candidatos presidenci­ales deberán aceptar que se les cuelgue cualquier lista que participe de las PASO. Traducido: Larreta no podría negarse a que Lousteau le pegue una eventual boleta a jefe de Gobierno porteño y el dirigente del PRO quedaría habilitado a pescar listas radicales en el resto del país.

Morales y compañía creen que Lousteau aún no declinó la carrera presidenci­al para seguir reforzando a su tropa fuera de la Ciudad, pero dan por seguro que el jujeño y Manes son los únicos que se mantendrán en esa pista hasta el final. Es decir, hasta pispear si una fórmula encabezada por la UCR será realmente competitiv­a frente a Larreta o Patricia Bullrich, los aspirantes macristas.

"A fin de año tenemos que definirnos por Morales o Manes y que salgan a caminar para ver hasta dónde llegan", explican operadores del gobernador.

El best-seller de la neurocienc­ia ya avisó que su candidatur­a está condiciona­da a que el oleaje que provocó en el radicalism­o bonaerense se extienda al resto del mapa. Otra ola, la del Covid, demoró su relanzamie­nto, que arrancará esta semana en Rosario, Santa Fe y Paraná. A Entre Ríos fue invitado por Valdés, organizado­r de un campamento de la Juventud, que está bajo el mando de su discípula correntina Valeria Pavón.

Rosario es una obsesión para el médico, dado que quiere ser el puente de regreso del intendente Pablo Javkin a las orillas de la UCR como hizo con Margarita Stolbizery sumarlo a la carrera por la Gobernació­n.

Morales también eligió Santa Fe para iniciar el tour del Comité Nacional mediante el que buscará posicionar­se. Será el 17 de febrero -con Javkin de invitado- un día antes del encuentro de la mesa de Cambiemos en esa capital. Para el 11 de marzo prepara un encuentro de los más de 500 intendente­s de todo el país y para semanas más tarde un congreso de referentes nacionales.

La gran duda es si el partido llegará a tamañas citas con la unificació­n del bloque de diputados, el grano que les pica a los votantes de la UCR desde diciembre. A cambio de la vicepresid­encia segunda del Comité, Lousteau habría acordado que la bancada de 12 que le responde se acoplaría a los 33 de Mario Negri en marzo.

Pero Rodrigo de Loredo, jefe de los rebeldes, le aseguró a Clarín que no tiene apuro por sumarse al bloque oficial y que sus prioridade­s son otras. Una es mantener la convivenci­a del Comité Nacional. La otra es participar de la elección del jefe del interbloqu­e, aunque ese ítem probableme­nte quede reservado a Negri, el lilito Juan López y el macrista Cristian Ritondo, favorito a asumir tales funciones. Eso sí, debería esquivar el veto de Elisa Carrió.

Hablando de vetos, la diva de la Coalición Cívica no le perdona a Lousteau el que le impuso a su amigo Negri. Y le está dando frutos una venganza: su propio veto a Juan Nosiglia -el hijo de Coti-, a quien Larreta por ahora no se anima a nombra r en el Gabinete porteño. ■

Los 347 convencion­ales definirán los límites de las alianzas. Lousteau cree que dará pelea.

Morales y Manes son los más lanzados para las presidenci­ales. Medirán si alguno es competitiv­o.

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Hermanos. Gastón y Facundo Manes, una sociedad política.
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¿Líder nacional?. Martín Lousteau lanza Evolución como línea interna.

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