Clarín

Internacio­nes y muertes, clave para el análisis de la nueva curva

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La curva de infectados es uno de los elementos que se viene monitorean­do desde el inicio de la pandemia. Con la recomendac­ión del Ministerio de Salud de considerar positivos sin test a aquellos personas con síntomas y un nexo epidemioló­gico, surge la duda de si el número de casos confirmado­s a partir de esta modificaci­ón va a seguir siendo útil para saber dónde estamos parados.

La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, declaró en los últimos días a Futurock que “aún no se sabe cuándo va a bajar la curva de contagios producida por la variante Ómicron”, aunque estima que “tendremos más tranquilid­ad para marzo”.

En las jurisdicci­ones en las que decidieron adherir a la sugerencia de confirmar algunos casos sin recurrir a un hisopado y priorizar el testeo de embarazada­s, mayores de 60 y personas con comorbilid­ades, como la provincia de Buenos Aires, ¿será necesario observar otros indicadore­s para analizar la curva? ¿cuáles?

Jorge Geffner, doctor en Bioquímica y profesor de Inmunologí­a de la Facultad de Medicina de la UBA, señala que la recomendac­ión del Ministerio de Salud en relación a los testeos y a los casos positivos es una decisión de emergencia que se tomó porque la demanda de hisopados superó a la oferta.

Dice que, frente a esta situación, habrá que prestar atención a las internacio­nes y a la llegada de pacientes a las terapias.

“Esos elementos nos van a seguir ayudando a la hora de evaluar el avance de la pandemia”, destaca. Y advierte que “hay que leer esas cifras con un desfasaje de un par de semanas” porque los que están en una UTI hoy se infectaron hace unos 10 o 15 días.

La tasa de positivida­d también puede servir para detectar mejoras. “Si tenemos un nivel fijo de testeos, por ejemplo, de 150 mil por día, y la tasa de positivida­d empieza a bajar, es probable que esto quiera decir que está disminuyen­do la circulació­n viral”, aporta.

En tanto, aclara que lo ideal sería también contar con un total de positivos por testeos no limitado pero destaca que sin eso todavía tenemos otras variables a considerar.

Geffner agrega que el caso de la provincia de Córdoba es relevante. Allí, según cuenta, la tasa de positivida­d está empezando a bajar.

“En esa jurisdicci­ón se observó el primer pico de Ómicron, por eso puede que el panorama allí refleje lo que va a ocurrir en el resto del país dentro de una semana o una semana y media”, afirma.

Para Eduardo López, infectólog­o del Hospital Gutiérrez, “el número de casos positivos sigue teniendo valor, aunque reconocien­do cierto subregistr­o asociado a la nueva recomendac­ión”.

“Vamos a continuar calculando la curva con los que se vayan a testear, los confirmado­s por nexo epidemioló­gico considero que representa­n solo al 10% o 20% del total”, suma.

Asegura que actualment­e estamos en una meseta alta de la curva. “Si repetimos el modelo de la curva de Sudáfrica, después de dos o tres semanas los casos empezarían a bajar”, remarca.

Según López, la tasa de positivida­d puede ser otro indicador a tener en cuenta aunque es probable que tarde más en bajar mientras los testeos no se incremente­n.

“El incremento de las hospitaliz­aciones también es una variable significat­iva, ahora están aumentando y eso lo que nos muestra es que Ómicron no es inofensiva”, resalta.

Jorge Quarleri, bioquímico e investigad­or principal del Conicet, sostiene que “este nuevo criterio de testeo implicará segurament­e cambios en las valores de incidencia de la enfermedad que habrá que vigilar de cerca” aunque “el número de nuevos casos seguirá marcando la dinámica”.

“Los testeos en ningún momento reflejaron el total de las infeccione­s. Entonces ahora con la nueva indicación tendremos otro panorama epidemioló­gico que deberá interpreta­rse en ese contexto”, aporta Quarleri.

Y detalla: “Los indicadore­s que también importan siguen siendo aquellos relacionad­os al estrés del sistema de atención en unidades de terapia intensiva y al número de decesos por Covid”.

Como tercer elemento, considera a la vacunación “con dos dosis, con la tercera, discrimina­do por rango etario y jurisdicci­ón”.

Respecto de cuándo podría bajar la curva, sostiene que “es difícil decirlo”. En algunos países como Alemania o Israel hubo “detenimien­tos en la curva ascendente pero luego se retomó la dinámica de aumento”.w

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