Clarín

Boca y River apuntan a la Libertador­es y se armaron fuerte: ¿cuál se reforzó mejor?

Gallardo, con un equipo que funciona aceitado, fortaleció y alargó el plantel. Battaglia, que todavía busca una idea, salió a buscar titulares probados con los juveniles como emergentes.

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El tiempo y la mirada de cada uno de los analistas dirán quién de River y de Boca se reforzó mejor. Está claro que ambos apostaron a la jerarquía con la Copa Libertador­es como objetivo máximos. Pero hay matices que se pueden observar si se pone la lupa. Y ahí River encuentra un pequeña ventaja porque incorporó futbolista­s para fomentar la competenci­a interna y para proyectarl­os a futuro. Algo más: tres de los que llegaron, Emmanuel Mammana, Leandro González Pirez y Tomás Pochettino, realizaron toda la pretempora­da bajo las órdenes de Marcelo Gallardo. Boca, en tanto, fue más específico y salió a buscar nombres rutilantes con pasado en el club: Darío Benedetto y Guillermo Pol Fernández.

River es que ya tiene la idea aceitada y el equipo titular definido. Ese es el punto de partida para este 2022. Boca aún está en formación. Fue un 2021 raro el del equipo xeneize: consiguió muy buenos resultados pero no convenció desde lo futbolísti­co, ni con Miguel Angel Russo ni con Sebastián Battaglia. Lo que es primordial en Boca es establecer una filosofía de juego definida y mantenerla con convicción. En eso anda el DT, que el semestre pasado apostó primero por los pibes y culminó jugando con Cardona, Villa y Pavón en el ataque.

La búsqueda de Boca, como en tantos otros mercados de pases, se enfocó en resolver la falta de un centrodela­ntero. Y finalmente lo encontró en Darío Benedetto, quien llegó para resolver una cuestión clave en el equipo de Battaglia para este 2022. ¿Pero cómo jugarán las fichas que se mueven alrededor?

El DT, ya sin Cardona en el plantel, apostó en los ensayos por un 4-3-3 flexible, en el que los extremos clásicos pueden cambiar y ser no solo los veloces (Villa, Pavón -a quien se le vence el contrato en junio-, Zeballos) sino que puedan acompañar el goleador como una segunda punta. Así, con esta idea, Salvio y Orsini (ya lo hizo en Lanús con José Sand) son alternativ­as válidas para que Boca pueda mutar a un 4-4-2 para acompañar al goleador que llegó desde España. El presente de Luis Vázquez puede adaptarse a esa idea, aunque en principio peleará por un lugar con Benedetto. ¿Si llega algún otro punta? Ahí puede emigrar uno de los delanteros.

¿El enganche no va más? Aaron Molinas no se movió en esa posición en las pruebas del verano; fue un conector de líneas pero desde la mitad de la cancha, ahí en donde abundan apellidos de caracterís­ticas similares por derecha e izquierda. ¿Puede ser el retorno de Pol Fernández lo que le devuelva a Boca una elaboració­n extraviada en el último tiempo? El volante central (Varela, Campuzano o Rolón) con dos internos no parecen negociarse en la idea del DT, pero tiene en Ramírez, Molinas y Almendra a quienes pueden desdoblars­e de la mitad de la cancha para sumarse al ataque. Hay un tema a mejorar: el aporte de goles desde el mediocampo.

La defensa es la que menos se resintió en las piezas titulares, pero Boca sumó a Nicolás Figal ante la partida de Lisandro López y el retorno de Gastón Ávila desde Rosario Central le armará una pareja de centrales nueva (y mucho más ágil y técnica) para afrontar la fase de grupos de la Copa Libertador­es, con Izquierdoz y Marcos Rojo sancionado­s. Pero más allá de los nombres, buscan que el equipo pueda defender unos metros más adelantado y que los laterales (Advíncula y Fabra se imponen como titulares) ataquen con decisión. En el arco, Agustín Rossi está afirmado y sumó al juvenil Leandro Brey para que tome ritmo en la Reserva.

En River, se repite, los pilares sobre los que Gallardo armó la base para esta temporada son los de sostener el crecimient­o futbolísti­co, fomentar la competenci­a interna, fortalecer los vínculos humanos y trabajar a fondo cuestiones físicas y tácticas. Y para darle un salto de calidad al plantel que fue campeón del torneo local en 2021, el Muñeco fue en búsqueda de varios refuerzos.

Eso sí, pese a que los nombres del mercado de pases prometen, la primera idea que tiene el cuerpo técnico en cuanto a la formación es sostener lo que ya funciona. Los últimos meses de 2021 mostraron un equipo integral, compacto, sólido y contundent­e, con un juego aceitado en un esquema táctico en el que los volantes son los principale­s protagonis­tas. Y al parecer, al menos en el arranque de este año, habrá una continuida­d de esa idea de juego, ya que, en principio, River saldrá a la cancha con un 4-3-2-1, un dibujo que en verdad pue

Los dos gigantes de la Argentina, a fuerza de billetera, parecen sacarle distancia a los demás.

de ir mutando, no solo de partido a partido, sino en el mismo encuentro, dada la versatilid­ad de los volantes.

Franco Armani es el dueño del arco, Robert Rojas y Milton Casco los laterales y Paulo Díaz y David Martínez los centrales. En el durante, los de las bandas competirán codo a codo con Alex Vigo y Elías Gómez, y los de la zaga con Mammana, González Pirez, Maidana y Pinola. Aún negocian con Marcelo Herrera, de San Lorenzo,

mientras Fabrizio Angileri resuelve su problema contractua­l.

En el mediocampo, los cinco nombres parecen salir de memoria. Enzo Fernández y Enzo Pérez son los dueños del eje, con Bruno Zuculini como alternativ­a. Más adelante, Santiago Simón y Agustín Palavecino se sostienen tras un gran semestre de ambos y el DT aguarda por la adaptación física que está realizando Nicolás De La Cruz, ya recuperado de la trombosis venosa en el pie izquierdo. Como variantes para la zona ofensiva están: Pochettino, Paradela, Carrascal y Juanfer Quintero, el refuerzo estrella. Una incógnita a develar es el lugar que tiene pensado el Muñeco para Esequiel Barco.

La delantera es el punto más crucial. Hoy por hoy, Julián Álvarez es la gran referencia del ataque y permanecer­á en el club al menos hasta julio. Y puede sumarse Braian Romero, en caso de que el entrenador opte por jugar con dos atacantes. En tanto, se espera por la recuperaci­ón de Matías Suárez, que puede darle la alternativ­a de jugar como extremo o como punta.

River rompió el mercado con varios y buenos fichajes, mientras que Boca apostó fuerte por lo seguro. ¿Quién se reforzó mejor? Como siempre en el fútbol, la respuesta la tendrán los resultados en cancha. ■

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