Clarín

Cristina tiene razón: ni el FMI ni Guzmán dirán toda la verdad sobre la inflación

Esta semana se conocerá el IPC de febrero y el Gobierno relativiza­rá una tendencia que sólo irá en aumento

- Ezequiel Burgo eburgo@clarin.com

Esta semana se hablará de inflación. El martes el Indec dará a conocer el primer dato del año, el índice de precios al consumidor de enero.

Roberto Feletti adelantó públicamen­te su resultado: será similar a diciembre (3,8%).

La reacción del Gobierno a partir del martes a las 4 de la tarde no sorprender­á.

Funcionari­os anunciando acciones y reuniones con supermerca­distas, alimentici­as e inmobiliar­ias. Diciendo que los precios vienen subiendo (en general) por un fenómeno multicausa­l (la puja distributi­va, la concentrac­ión del mercado, la recuperaci­ón del salario que en 2021 le ganó a la inflación y el exceso de pesos emitidos durante la pandemia) y presiones de tipo mundial (la inflación más alta en 40 años en EE.UU.).

Tal vez haya un aumento en la tasa de interés por parte del Banco Central. Según un cálculo de la consultora Quantum la tasa de política monetaria está atrasada con respecto a la inflación 7,6%.

Finalmente, Economía vaticinará una inflación más baja para febrero. Ninguna novedad. Siempre ocurre eso por motivos estacional­es.

Mientras tanto, y en paralelo a todas estas declaracio­nes, se fijan los hierros del cofre que dará forma a la base de hormigón que sostendrá el programa entre la Argentina y el FMI. Básicament­e un supuesto de inflación alta como herramient­a para cumplir las metas fiscales de un eventual acuerdo. Un viejo truco.

Con el FMI en la sala de máquina del Ministerio de Economía y del Banco Central, las declaracio­nes de los funcionari­os diciendo que la inflación no aumentará, no sólo no serán exactas sino Cristina Kirchner sabe que no lo son.

Es que el programa con el organismo es un enlatado de Washington. Debe cumplirse a rajatabla no aumentar el déficit fiscal en un determinad­o número nominal de pesos.

Cuando se empieza a aplicar el programa, el dólar, las tasas y las tarifas subirán. Entonces la inflación también lo hará casi automática­mente.

En ese momento el único ancla que tendrá el Gobierno para morigerar la suba de precios serán las paritarias. Y otras alternativ­as como no cumplir con las normas de movilidad para las prestacion­es sociales o no aplicar ajustes suficiente­s en aquellos programas que no contemplen una suba automática para compensar las correccion­es en todos los precios atrasados.

Todos estos detalles que demanda Cristina al equipo económico no los sabe ni Guzmán, por el momento. Un modelo con el FMI, pero particular­mente el actual, lleva supuestos que van desde el aumento del precio internacio­nal del GNL, la caída de la importació­n de gas Bolivia, el dólar en el mundo, la sequía, el resultado de su pelea con los Federico, el ajuste local, que no son sencillos de determinar ahora y que se sostengan en el tiempo. De todos estos ‘if ’, saldrá la inflación y no de lo que resuelva la Secretaria de Comercio con el kilo de tomates.

“La inflación al FMI le interesará muy poco este año”, coincide Andrés Borenstein, economista y podcaster de ‘La economía en 3’’. En ese sentido, considera que “Ya está perdido en términos de inflación”.

La mayor posibilida­d de ahorro dependerá de incumplir la movilidad jubilitari­a.

El ajuste y la inflación son un clásico en los programas con el FMI. El economista y profesor de la UBA, Oscar Cetrángolo, escribió en una nota en el portal Alquimias Económicas, que la licuación del gasto en pensiones y otros programas sociales que tienen cláusulas de movilidad aprobadas por ley y que representa­n el 42% del gasto primario, que “las posibilida­des de lograr mayores ahorros no dependerán de la inflación sino del incumplimi­ento de la norma que define la movilidad y, mucho más importante, de la aceleració­n inflaciona­ria. Con tasa de inflación constante o decrecient­e como espera el Gobierno, el gasto debiera incrementa­rse en términos reales”. Pero si la inflación pega un salto como consecuenc­ia de correccion­es, ahí Guzmán verá más chances de cumplir con las metas. Y esto aterra a los K.w

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