Clarín

Amaxofobia: las claves para superar el miedo a manejar

Especialis­tas ayudan a destrabar los traumas que hayan desencaden­ado el miedo. En el recorrido, la persona se anima a transitar distancias más largas.

- Axa Pacheco, Maestría Clarín

Cada quien tiene un Everest que escalar o una marca mundial que romper. Para algunas personas, puede ser algo tan aparenteme­nte sencillo como manejar. Es el caso de Flor, que publicó en su cuenta de Instagram la primera vez que logró manejar sola.

Se nota tranquila, pero necesitó cinco años de terapia focalizada en este miedo y 10 sesiones de manejo con acompañami­ento. Esta es una especie de terapia sobre ruedas que Manejate sin miedo y Animate a manejar brindan para los que se paralizan frente al volante.

“Manejaba solo en La Costa, en calles de arena donde no hubiese nadie, donde no pasase una moto; ahí me animaba un poquito, contó Flor a Clarín vía telefónica. “Cuando llegaba a una avenida, entregaba el auto. En Capital, me sentaba en el auto y me ponía a llorar”.

Su psicóloga, recordó, le había planteado que éste era un problema más grande, “había que trabajarlo más a fondo, en la calle”. A pesar de haber tenido la voluntad de inscribirs­e en una autoescuel­a y renovar su licencia, evitó enfrentars­e al problema por años, hasta que decidió contactar al equipo de Animate a manejar a finales de 2021 y esas 10 sesiones fueron el principio de su recuperaci­ón.

Desde 2004, el equipo de psicólogos de Animate a manejar (@animate_a_manejar en Instagram), fundado por Omar Alzugaray, se dedica a ofrecer una solución con un método creado por este psicólogo. “Necesitaba trabajar con temas de salud que tuvieran que ver con los éxitos, los progresos”, compartió con Clarín.

La amaxofobia o miedo a manejar, según expertos, se manifiesta con ataques de ansiedad y otras reacciorec­tamente nes desenfrena­das. Sin embargo, Alzugaray se desprende del tecnicismo para enfocarse en lo primordial: “Más allá de hablar de corrientes psicológic­as, de un miedo o una fobia, se trata de que la persona quiere hacer algo y no puede, a pesar de tener las herramient­as. Nosotros nos dedicamos a destrabar eso”, aseguró.

El psicólogo explicó que la reacción se origina por un trauma vivido di(que el afectado haya tenido un accidente, o haya estado como pasajero) o indirectam­ente (que lo haya presenciad­o o que algún familiar haya fallecido por esta causa).

Flor Zaccagnino, por ejemplo, creció con el pensamient­o que atormenta a su mamá. “Ella tenía 20 años cuando su padre murió –relató-. Tuvo que hacerse cargo de todo porque mi abuela no pudo. Ella dice que creció de golpe. Cuando nos tuvo a mi hermano y a mí, dejó de manejar porque temía que nos pasara algo”.

Nicolás Pérez, psicólogo fundador de Manejate sin miedo (@manejatesi­nmiedo), añadió que existen casos en los que un familiar pudo haber sido demasiado exigente al intentar enseñarle al afectado. Asimismo, otros tipos de maltrato en la adolescenc­ia o la infancia pueden bloquear esta área de aprendizaj­e. También hay casos de mucha autoexigen­cia, personas poco tolerantes al fracaso y la frustració­n, explicó.

Pérez, que lanzó su emprendimi­ento en octubre de 2021, fue parte del equipo de Omar Alzugaray por seis años. Ambas organizaci­ones se dedican a acompañar al cliente en el auto, detectar sus miedos y ayudarlos a controlarl­os, mientras hacen recorridos cortos hasta que la persona sienta que puede independiz­arse.

Este tratamient­o es para personas que ya saben manejar, y es necesario que tengan su registro vigente y un auto propio. “Mi método lo desarrollé sobre la base de la técnica cognitiva-conductual, que es la exposición controlada y progresiva al objeto temido de la forma más real posible, es decir, manejar en la calle con el auto”, detalló Alzugaray.

“Las personas que lo logran son las están decididas a romper esa barrera y nosotros somos su último recurso. Sin el deseo, la voluntad ni la confianza de la gente, nuestro éxito es muy relativo”, insistió Alzugaray.

Todos los requisitos se adaptaban a Flor, una bloguera de viajes (@viajeydesc­ubra) con espíritu libre. “Quise sacarme esa parálisis de encima. Si yo soy independie­nte para todo, ¿por qué no podía manejar?”, se recordaba a sí misma.

Después de avanzar al comprarse un auto, terminó de decidirse cuando, en un viaje, el miedo a manejar le impidió recorrer el lugar en un auto rentado. Hoy, consiguió ponerse en marcha, logró recorrer una autopista

El progreso debe llevar a la aceptación de los errores y el avance depende del esfuerzo.

y manejó de noche, lo que antes la aterraba. No solo el acompañami­ento profesiona­l, sino la contención de su novio, familia y amigos fue clave.

Enseñar a manejar es una misión para Vilma Azcurra, instructor­a de manejo desde hace más de 30 años y directora de VA Escuela de conductore­s (@vaescuela) desde 2009. Azcurra ha sido testigo de innumerabl­es casos de miedo a manejar, lo que la impulsó a comenzar la carrera de Psicología a los 47 años.

“He visto cómo perturban ciertas experienci­as a las personas y eso me llevó a estudiar. No soy una psicóloga que decidió enseñar a manejar, sino una instructor­a que quiso hacer mejor su trabajo y por esa razón fui capacitánd­ome”, expresó. Incluso, se encargó de entrenar a los tres psicólogos que trabajan con ella. Aseguró que es crucial analizar el lenguaje verbal y el corporal, y guiar a la persona a que alcance la autonomía.

“El conocimien­to del espacio es fundamenta­l para una persona que tiene insegurida­des. Es algo metafórico incluso, la persona se pregunta qué lugar ocupa en la vida”, continuó. No ver en qué espacio se mueve el auto cuando se maneja a una velocidad alta, explicó, puede generar paranoia.

El progreso debe llevar a la aceptación de los errores y el reconocimi­ento de que el avance, después de las sesiones, dependerá del esfuerzo de cada quien. No hay límite de edad y también se ha desmentido la idea de que es un sufrimient­o que solo aqueja a las mujeres.

Después del trabajo interno, se debe aprender el autocontro­l ante eventos de intoleranc­ia. La “mirada del otro”, término usado en psicología para referirse a la percepción que otras personas tienen de un individuo, “es lo más perturbado­r”, señaló Azcurra. “Un bocinazo es como un modo de opinar. Yo les enseño a mis estudiante­s que no son invisibles. Si el otro te ve, si es impaciente, hay que tolerar e ignorar esa impacienci­a”.■

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Charlas. Especialis­tas dan apoyo a quienes sufren esta fobia.
 ?? ?? Prueba superada. El de Flor es un buen ejemplo. Consiguió ponerse en marcha, logró recorrer una autopista y hasta manejó de noche.
Prueba superada. El de Flor es un buen ejemplo. Consiguió ponerse en marcha, logró recorrer una autopista y hasta manejó de noche.

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