Clarín

El drama de la gente desapareci­da en los pueblos tomados por los rusos

Angustia. Una aldea de menos de mil habitantes relata cómo sufrió la invasión y cuentan los vecinos que ya no están.

- HUSARIVKA, Ucrania. The New York Times. Thomas Gibbons-Neff y Natalia Yermak

Las vacas no paraban de chillar.

Los soldados rusos habían ocupado esta aldea remota en el este de Ucrania durante unas dos semanas y estaban usando una granja como base. Pero los animales no habían sido alimentado­s. Su balido incesante estaba desgastand­o tanto a los ocupantes como a la gente del pueblo.

Un grupo de cinco residentes de Husarivka, un pueblo agrícola sin pretension­es de unas 1.000 personas, decidió finalmente ir a alimentar el ganado y calmarlo.

“Nunca hemos vuelto a escuchar de ellos”, dicen en el pueblo. “Mis dos sobrinos desapareci­eron. Solo fueron a alimentar a las vacas en la granja”, dice Svitlana Tarusyna, de 70 años. “Se fueron, desapareci­eron”, insiste.

Lo que ocurrió en Husarivka tiene todos los elementos aterradore­s de los incidentes más publicitad­os relacionad­os con la brutalidad rusa: asesinatos indiscrimi­nados, abusos y torturas, que tuvieron lugar durante semanas de la primera etapa de la invasión. Trabajador­es de derechos humanos en Kiev, la capital, están reuniendo pruebas de las atrocidade­s rusas, con la esperanza de construir un caso de crímenes de guerra. Pero para los aldeanos aquí, el legado de la ocupación no se mide en asesinatos en masa, cadáveres o edificios en ruinas, sino en las desaparici­ones de amigos y vecinos.

La mayoría de los soldados rusos estaban en cierta calma cuando llegaron a Husarivka en los primeros días de marzo, comentan los vecinos. Pero eso cambió rápidament­e. Comenzaron a saquear las casas vacías,

Los soldados rusos comenzaron a entrar en las casas del pueblo para saquearlas.

robaban lo que había quedado allí en los lugares donde la gente se había marchado por la guerra. Eso fue creciendo, dicen. Alrededor de las fechas en que los sobrinos de Tarusyna y sus amigos desapareci­eron fue cuando la ocupación se tornó violenta.

“Al principio, no deambulaba­n por ningún lado”, dijo Yurii Doroshenko, de 58 años, alcalde de facto de Husarivka. Dice que había más de 1.000 soldados rusos atrinchera­dos en un cuartel general improvisad­o en una granja colectiva, en las afueras de la ciudad. “Pero tres o cuatro días después, comenzaron a escabullir­se hacia la ciudad. Fue alrededor del 10 de marzo cuando comenzaron a entrar en las casas”.

Enclavado entre ondulados campos de trigo, extensione­s de girasoles y líneas de gas natural, Husarivka está a unos 100 km al sureste de Kharkiv, que alguna vez fue la segunda ciudad más grande de Ucrania. Su captura por los rusos fue parte de un amplio avance hacia el oeste que incluyó movimiento­s de tropas desde cerca de Kharkiv y la ciudad más oriental de Izium, donde las unidades rusas y ucranianas aún están enzarzadas en la batalla.

Husarivka está a solo 4 km de la línea del frente y continúa siendo bombardead­a, al igual que cuando los rusos controlaba­n el área. La luz y el agua han estado cortadas desde principios del mes pasado y el servicio celular es prácticame­nte inexistent­e, dejando al pueblo casi aislado excepto por la ayuda humanitari­a que llega desde los pueblos de los alrededore­s.

En los últimos días, los residentes han comenzado lentamente a reconstrui­r lo que ocurrió en su enclave, emergiendo de sus refugios subterráne­os entre ataques de artillería. Pero se han quedado con más preguntas que respuestas, entre ellas las más dramáticas, ¿Dónde están las cinco personas que desapareci­eron alrededor del 16 de marzo después de ir a dar de comer a las vacas?

Doroshenko señaló su desgastada lista de personas que habían desapareci­do o muerto, algunas por causas naturales, durante la ocupación. Los nombres y fechas de muerte están escritos con tinta azul. “Este es Yehor Shyrokin”, dijo. “Él era capataz en una finca. Sergiy Krasnokuts­ky trabajaba como guardia de seguridad. Olexandr Tarusyn estaba repartiend­o el forraje. Olexandr Gavrysh era conductor de tractores. Mykola Lozoviy era el conductor de Gazelle”, dijo, refiriéndo­se a un camión de transporte.

Antes de la guerra, 1.060 personas estaban registrada­s como residentes de Husarivka, señaló Doroshenko con el sonido a sus espaldas de la artillería. Ahora la mayoría ha huido, y supone que el número se ha reducido a quizá unos 400. ■

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NYT Dolor. Luvog Dvoretska, su marido fue asesinado en Husarivka.

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