El boletín y una mala nota en comunicación
Errores de comunicación no permitieron que pudiera avanzar una herramienta pedagógica que buscaba mejorar la comunicación en las escuelas. Parece un trabalenguas, pero eso es lo que pasó la semana pasada en la provincia de Río Negro.
Lo que pasó es que se conoció que el Consejo Provincial de Educación había dictado una resolución que cambiaba el boletín tradicional de la primaria por otro con más información sobre los aprendizajes de los alumnos.
El nuevo boletín, además de la nota conceptual (en Río Negro no hay calificación con números hace años), debía ofrecer a los padres información sobre la participación de los chicos en el aula, qué está enseñando el docente en cada materia, más los indicadores de aprendizaje por los cuales el alumno obtiene la nota.
La nueva herramienta recibió tantas críticas que la provincia decidió retrasar su puesta en vigencia y dar más tiempo a “la recepción de aportes”.
Las críticas vinieron desde dos flancos. Por un lado, el gremio docente provincial, que reprochó no haber sido consultado. Y por otro, cierto periodismo que suele interpretar la educación en términos de grieta y se hizo eco de una “denuncia” de un diputado del PRO (Juan Martin) en el sentido de que el nuevo boletín es “facilista” y busca hacer “pasar a los alumnos sin estudiar”, al estilo Formosa donde se permite a los secundarios tener 19 previas.
Todo quedó envuelto en una gran confusión por fallas de comunicación. Primero, por la forma en que está redactada la resolución, cuyo primer artículo dice que se resuelve “DEJAR SIN EFECTO (...) el instrumento – Boletín de calificaciones de la Educación Primaria - …”, lo que fue presentado por las voces críticas como la eliminación del boletín de calificaciones. Ahora, ¿no se podía haber explicado mejor la idea? Y si se va a cambiar la forma en que deben trabajar los docentes con las calificaciones. ¿No deberían haber hablado antes con el gremio? Otra cuestión de comunicación, relacionada. ¿Realmente es más eficiente dejar de lado la nota numérica y llenar un boletín con descripciones y conceptos? ¿No deberían sumarse, en todo caso? Además, ¿cómo se compensa a los docentes por la nueva tarea? Pocos sistemas son tan complejos como el educativo. Por eso, cualquier medida, por mejor intencionada que sea, difícilmente pueda ser exitosa si no está bien comunicada, tanto adentro como afuera de las escuelas.