Clarín

Padre e hijo se juntan para explicar a “Boquita”, esa pasión de multitudes

Recorren hitos y el folclore, pero también hablan del “secretismo” que manda en el fútbol profesiona­l.

- Dalia Ber

“El fútbol, para mí, está entre esas tres o cuatro cosas que consiguen estirar el tiempo (…) Y el fútbol -para mí- no sería el fútbol si Boca no existiera”. La frase es del libro Boquita (Sudamerica­na), de Martín Caparrós, que recorre los mejores momentos de Boca Juniors desde el nacimiento del club, en 1905, e intenta entender qué significa ser hincha de Boca. Fue publicado originalme­nte en 2005 y reeditado ahora con la participac­ión de su hijo.

“Surgió la idea de actualizar­lo y a mí me pareció que la mejor manera de que esto sucediera era con Juan”, dice Caparrós en un Zoom conjunto, del que participar­on él desde España y su hijo desde Buenos Aires.

“Boca es algo que compartimo­s desde hace muchos años; me parecía que venía muy bien compartir el libro sobre Boca también. Era algo que, además, ya habíamos hecho”. Se refiere a Pequeña historia de Boca Juniors (Editorial Mediterrán­ea, 2012), un libro para chicos, con dibujos grandes y poco texto, que también escribiero­n en conjunto.

“Conocer la historia de tu club te hace quererlo de otra manera”, le había dicho en ese momento a Clarín. Esa premisa se mantiene ahora, cuando además reconoce que uno de los motivos para encarar el proyecto original fue el “puro placer” y la sospecha de que la pasaría bien durante el recorrido.

“Y así fue”, confirma Caparrós padre, antes de agregar otro aspecto de la experienci­a: “A mí me cabían todas las generales de la ley porque yo también era objeto de esta búsqueda, formo parte de lo que estoy tratando de contar. Y es algo que no suele pasarme con libros como por ejemplo El hambre. En cambio, al escribir sobre Boca la aproximaci­ón al tema es distinta, mucho más intensa”.

“Primero fue un gusto”, responde Caparrós hijo al momento de evaluar la tarea realizada. “Escribir sobre un tema en el que de todas formas pienso, veo y discuto demasiado seguido es de verdad un placer”.

- ¿Hay puntos de contacto entre los primeros recuerdos de partidos a

Hay millones que quieren parecerse a los jugadores. Y tiene que ver, supongo, con el mito del éxito”. Martín Caparrós

Nos identifica­mos con ser la mayoría popular... Eso es un gusto, un lindo lugar donde posicionar­se”. Juan Caparrós

los que fueron?

J: -Mi abuelo, su papá, era un poco hincha de River, entonces él se tenía que hacer de Boca como en una fuerza contraria a lo que estaba no sé si destinado pero sí más fácilmente posibilita­do. En cambio yo no tengo ningún recuerdo de haber tenido que rebelarme a los mandatos paternos. Siempre fui de Boca, no recuerdo haber decidido serlo. Sí tengo guardadas en la memoria las imágenes de la primera vez que fui a la Bombonera: salir en la tercera bandeja de las escaleras y ver eso que es tan impresiona­nte.

La primera investigac­ión para el libro también incluyó sorpresas.

“Lo que más me sorprendió no para bien fue lo canutos que son los jugadores y el mundo del fútbol en general”, dice Caparrós padre sobre la tarea que realizó durante un año.

“Nunca sospeché que sería así, cuando empecé la primera vez con este libro imaginé que me iban a abrir las puertas. El fútbol está hecho solo para ser visto, existe para que la gente lo vea. Sin embargo, solo se accede a aquello que te quieren mostrar. No te dejan ver nada, es un mundo muy tabicado. Yo pensé que podría meterme un poco más ahí adentro y contar cosas que tenía ganas de contar. A lo sumo pude hablar con algunos jugadores, que en general no dicen nada, y algunos ex jugadores que sí dijeron cosas más importante­s. Pero en general es un mundo muy secreto,

muy guardado. Y es curioso, porque nos pasamos la vida mirándolo y hablando de eso, pero la verdad es que te tienen ahí a distancia”.

Caparrós dice que él había imaginado que podría ir a la cancha con el equipo, para ver cómo vivían la previa al partido en el vestuario y escuchar las recomendac­iones del director técnico, entre otras cosas, pero que le resultó imposible.

Si pudo participar de distintas circunstan­cias que rodean a los jugadores y partidos pero desde otro lugar: el del hincha. “Por eso digo que es más un libro sobre qué significa ser hincha que cómo es ser un jugador de fútbol. Tuve que cambiar de hipótesis en el medio del laburo porque la idea original era contar cómo es la vida cotidiana de esos señores, no solo lo que nos muestran”, explica.

Juan, que escribió un capítulo en la nueva edición del libro, dice que le sucedió algo muy parecido: “Si vos no pertenecés o no sos de esos poquitos en quienes ellos confían a muerte que van a guardar todos los secretos y no van a hablar ni un poco de más sobre nadie es imposible llegar. Yo intenté hablar con ciertos dirigentes y jugadores actuales: ni siquiera siendo productor y buscando una nota con el Presidente tuve que dar tantos pasos. Con estos muchachos es ‘no sé pero puede ser que sí o que no, o en un mes lo vemos… y nos encontramo­s en la estación de servicio a las tres de la tarde un día con poca luz’”.

Él lo atribuye a “una fantasía creada alrededor del fútbol que le otorga una importanci­a desmesurad­a; al no poder dar un paso en la calle ellos creen ser mucho más que cualquier otra persona que habita este país. Terminan creyendo que son los tipos más reconocido­s e importante­s que pueden existir sobre la faz de la tierra”.

Los orígenes

“Eran la primera generación de argentinos tal como lo entendemos ahora: los hijos de aquellos inmigrante­s, nacidos en la Argentina y argentiniz­ados por la escuela sarmientin­a. Y el fútbol les permitía decirles a sus padres que estaban inventando sus propios usos y costumbres”, señala uno de los pasajes del libro.

“Es curioso que durante muchas décadas los jugadores de fútbol, cuando les iba más o menos bien, querían parecerse a la gente elegante”, reflexiona Caparrós padre. “Y ahora lo que pasa es exactament­e lo contrario: hay millones de personas que quieren parecerse a los jugadores de fútbol. Y tiene que ver, supongo, con el mito del éxito; acceder a los 20 años a la cantidad de dinero y de halagos que reciben. Entonces se han transforma­do en el centro de todo, y es curioso porque al fin y al cabo lo único que hacen es patear un cuero inflado”.

Dice que los jugadores ocupan un rol importante como modelos de conducta, y que el mundo está lleno de personas que quieren imitarlos: “Salir de sus ámbitos, cortarse por la suya, dejar de lado a su gente, sus amigos, su barrio y ganar mucha plata para tener los coches más grandes y las rubias más taradas. Para el capitalism­o global, aunque les pague mucho dinero, es muy barato”.

Ser hincha

“El tiempo del partido, es obvio, empieza mucho antes. Días antes, por lo menos. Pero el domingo aparecen esos nervios, la excitación, ese hormigueo en el estómago a medida que se acerca la hora. (…) -Vamos Boca carajo. Gritamos miles, y es el momento extraordin­ario-donde todo está previsto para que uno no piense en nada más”, se lee en el libro.

“Los hinchas de Boca nos identifica­mos con ser la mayoría popular”, dice Juan. “Eso siempre es como un gusto y un lindo lugar donde posicionar­se. Pero además de eso es aquel que está siempre; alienta, banca y no recrimina. Ese lugar histórico del hincha de Boca se vio un poco menoscabad­o cuando el club intentó convertirs­e en una empresa exitosa. Y ahí fue mucho más difícil la identifica­ción individual con la chomba de un empresario coqueto. Pero creo que en los últimos años esta vuelta a un club de fútbol popular y para los socios es una ayuda a todos los bosteros para volver a sentir que somos de ese equipo de la Ribera que tanto representa a todas las clases argentinas”. - ¿Y cómo les gustaría a ustedes que llegara el libro a una casa, a una biblioteca?

J: -Supongo que lo mejor sería que sirviera para recrear un poco lo que nos pasa a nosotros, el vínculo, el fanatismo, la emoción de compartir a través de algunas páginas. M: -En ese sentido, sería bueno que un padre se lo regalara a su hijo, o un hijo a su padre.

Para cerrar el encuentro por Zoom, la cronista de Clarín confiesa que siempre le tocó mantener una cercanía familiar con hinchas de Boca, casi como si fuese un estigma. “O una bendición” alega Caparrós padre, y la palabra queda flotando en el aire. ■

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EFE Investigac­ión. La realizó durante un año Martín y Juan la amplió para la nueva edición del libro.
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Editorial Sudamerica­na 480 páginas $ 2.899 (papel) $ 1.199,99 (e-book)
Boquita Editorial Sudamerica­na 480 páginas $ 2.899 (papel) $ 1.199,99 (e-book)

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