Clarín

Las dudas sobre la salud del Papa agitan versiones sobre su sucesión

Problemas en la rodilla y en la cadera potencian los rumores. Un nombramien­to en la Conferenci­a Episcopal Italiana avivó las especulaci­ones.

- CORRESPONS­AL Julio Algañaraz

El Papa Francisco, que en silla de ruedas dijo que no quiere ser operado y que la anestesia le da “fastidios”, impuso a Matteo Zuppi, de 66 años, cardenal de Bolonia, como nuevo presidente de la difícil Conferenci­a Episcopal Italiana tradiciona­lmente en manos conservado­ras. El nombramien­to tiene sabor a sucesión.

“Don Matteo”, como gusta a Zuppi que lo llamen, es hoy el personaje de vanguardia del ala progresist­a de la Iglesia, en sintonía con las ideas de Jorge Bergoglio, quien dijo que lo que quería era el protagonis­ta de “un buen cambio” en la más importante asamblea de obispos del mundo, porque su jefe natural es el Papa obispo de Roma.

Los problemas en la rodilla y la cadera derecha de Francisco, que mortifican en primer lugar la plena capacidad que necesita para cumplir con las duras obligacion­es de Jefe de la Iglesia, una religión ultracentr­alizada donde no existe el vice papa, han potenciado las versiones sobre la sucesión de un pontífice que el 17 de diciembre cumplirá 86 años. Más allá de los problemas de movimiento, Bergoglio no parece tener complicaci­ones de salud.

Las versiones se tonificaro­n cuando el Papa dijo a los obispos reunidos para nombrar a su nuevo presidente que no quiere ser operado y explicó que ha tenido “fastidios” por la anestesia después de la operación al colon que sufrió el 4 de julio del año pasado, cuando le quitaron 30 centímetro­s del intestino grueso debido a una seria infección de divertícul­os.

Un problema serio son los viajes. El Papa canceló algunos y confirmó que viajará a la República Democrátic­a del Congo y a Sudán del Sur a principios de julio. Seguirá una visita apostólica a Canadá entre el 24 y 30 de julio próximo. Pero los viajes, que son una parte muy importante del estilo y los contenidos de su papado, están en realidad en veremos, condiciona­dos por el tratamient­o de infiltraci­ones y terapias de rehabilita­ción que recibe en su rodilla derecha. Los dolores parecen haber desapareci­do o están muy atenuados, pero hay que recordar que los médicos son partidario­s de una intervenci­ón quirúrgica para colocar en la rodilla enferma una prótesis.

El problema es complejo. En 1994, Bergoglio fue operado en la cadera derecha en Buenos Aires. Le colocaron entonces una prótesis, pero su postura y andadura debido a la dolorosa ciática que padece han terminado causándole el mal funcionami­ento de la rodilla derecha. Una operación por el desgaste de los cartílagos y la rotura de ligamentos dura menos de una hora y tiene un posoperato­rio de un mes, con una intensa rehabilita­ción que lo pondría de pie en apenas una semana después de la intervenci­ón quirúrgica.

Pero algunas luminarias médicas sostienen que, si en la cadera se ha desarrolla­do también una artrosis, serían dos las operacione­s necesarias y la segunda es la más compleja, con una rehabilita­ción que podría llegar a tres meses. Los “fastidios” por la anestesia que reveló el Papa a los obispos italianos complican las decisiones.

Hasta ahora se ha sostenido en los ambientes vaticanos que la decisión del Papa de ampliar las fronteras de la Iglesia justifican la estrategia de apoyo al filipino Luis “Chito” Tagle, ex arzobispo de Filipinas, que Francisco promovió al estratégic­o cargo de Prefecto de la Congregaci­ón para la Evangeliza­ción de los Pueblos, que se ocupa de las misiones de la Iglesia.

Con el nombramien­to de Zuppi se agrega un nuevo candidato que podría reforzar el apoyo de los cardenales italianos, aún no identifica­dos con las ideas de Bergoglio. También podrían sumarse cardenales que consideran que los tiempos no están maduros para el cambio que supondría la elección de un Papa asiático.

Las derechas que se oponen a Bergoglio, lideradas por el cardenal arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan,

El Papa se ha asegurado la mayoría en el colegio cardenalic­io que debe elegir a su sucesor.

han concentrad­o su batalla para impedir el triunfo póstumo del Papa argentino, en un trabajo conspirati­vo sobre los cardenales que entrarán al Cónclave para elegir al sucesor.

Por primera vez, el Papa no llamó a un Consistori­o el año pasado para crear nuevos cardenales electores, que son los que tienen derecho a voto con menos de 80 años, como estableció la reforma de Pablo VI. Se estableció también un máximo de 120 electores, que este año bajarán a 110 por el límite de edad. Se espera que en los próximos meses el Papa convoque a un nuevo Consistori­o. La mayoría la consiguió ya en 2019, el año en que Matteo Zuppi fue creado cardenal. Actualment­e los cardenales creados por Bergoglio son 75 sobre un total de 110 electores.

Si en el próximo Consistori­o crea otros once, habrá llegado a la mayoría absoluta de 86 en el Cónclave. Y en 2023 cumplirán 80 años otros 11 cardenales electores, lo que le da a Bergoglio un amplio espacio de maniobra para confirmar una mayoría neta de cardenales en línea con los programas de su pontificad­o.

Pero, más allá de estos cálculos: ¿Quién es el cardenal Matteo Zuppi? Es un romano de 66 años. Su padre era periodista, su madre sobrina del célebre cardenal Carlo Confalonie­ri, alto personaje de la Curia Romana. Estudió en la Universida­d estatal donde se graduó a los 22 años en letras antes de entrar en el seminario mayor.

La vida de Zuppi, de quien todos hablan bien y tiene un carácter que facilita la comunicaci­ón humana, está íntimament­e vinculada a la Comunidad de San Egidio, que tiene hoy una filial en la Argentina y es el movimiento de laicos más importante de la Iglesia, desplazand­o a Comunión y Liberación. En 2012 fue nombrado obispo y tres años después el nuevo Papa argentino lo promovió al obispado de Bolonia, en el centro de Italia. Jorge Bergoglio lo elevó al cardenalat­o en 2019. En los últimos años se empeñó en facilitar la integració­n de los inmigrante­s y por lograr en la Iglesia un tratamient­o más acogedor de los homosexual­es.

En Roma, el cardenal Zuppi creció con amistades cultivadas en el llamado “catolicism­o democrátic­o”. Como presidente de la Conferenci­a Episcopal, Zuppi intervendr­á en las principale­s cuestiones del debate público. Será un gran cambio porque esa asamblea ha estado en manos más conservado­ras durante decenios. ■

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EFE Saludos. El papa Francisco durante una audiencia general de los miércoles en la Plaza San Pedro.

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