Clarín

Danny Boyle Cómo convertir en serie la anarquía de los Sex Pistols

El director de “Trainspott­ing” cuenta secretos de “Pistol”, su ficción de seis episodios sobre la mítica banda punk británica.

- The New York Times y Clarín Roslyn Sulcas

“¿Son escupidas?" pregunta un hombre de entre la multitud del 100 Club, pequeño espacio subterráne­o de paredes rojas, con hedor a cerveza derramada, humo de cigarrillo y mil noches perdidas a la vuelta de la céntrica calle Oxford de Londres.

Sí, eran escupidas. El club fue escenario de una de las primeras actuacione­s de los Sex Pistols, y en junio del año pasado se lo recreó para Pistol,

serie de seis capítulos sobre la banda británica, dirigida por Danny Boyle, que emitirá Disney+ en la Argentina a partir del próximo martes.

Los Sex Pistols fueron los “filósofos y el código de vestimenta” de la revolución punk, dice Boyle, que en el set de filmación parecía estar en todas partes, hablando con los extras sobre el comportami­ento del público, chequeando las cámaras y mirando atentament­e los monitores mientras los actores interpreta­ban la canción Bodies y el público enloquecía.

“Traté de hacer la serie de manera caótica y fiel al manifiesto de los Pistols”, comentó el director en una entrevista reciente. Eso significó adoptar un enfoque experiment­al en el rodaje: “Hacíamos escenas e interpreta­ciones enteras sin saber si habíamos logrado la toma 'correcta'. Todo lo que te enseñaron a no hacer”.

Thomas Brodie-Sangster, que lleva a cabo con virtuosism­o el rol del manager de la banda, Malcolm McLaren, piensa que el enfoque de Boyle

es diferente a todo lo que él había experiment­ado antes en un set. “Sentías que algo podía salir mal, pero podías confiar en Danny y lanzarte a experiment­ar: ¡muy Sex Pistols!”

El resultado es un retrato cargado, visceral, cubista del ascenso extravagan­te y la explosiva caída de los Sex Pistols, cuya breve existencia de 1975 a 1978 convirtió al punk rock en fenómeno mundial y cuyas canciones anárquicas (God Save the Queen, Pretty Vacant) se convirtier­on en himnos para los descontent­os.

Escrita por Craig Pearce, la serie se basa en las memorias Tales of a Lonely Boy (“Cuentos de un chico solitario”), de Steve Jones, el guitarrist­a de la banda. Pero aunque la historia de Jones era “una forma maravillos­a de entrar”, Boyle explicó que él y Pearce procuraron pintar un cuadro compuesto de todo el grupo y el mundo de los ‘70 del que surgió.

La banda estaba formada originalme­nte por Jones, el cantante John Lydon ( conocido como Johnny Rotten), el baterista Paul Cook y Glen Matlock en bajo, sustituido en 1977 por Sid Vicious. El primer episodio se inicia con un montaje de imágenes de archivo: la reina británica saludando a la muchedumbr­e, una escena bufonesca de la larga serie de películas Carry On, una actuación de David Bowie, trabajador­es en huelga y basura amontonada en las calles.

Cuando lo vemos por primera vez, Jones (Toby Wallace) está ocupado robando equipos de sonido de un concierto de Bowie. Se lo ve a Jones y sus compañeros de banda enojados, aburridos y “tratando de reunir lo suficiente para otra pinta de cerveza”, les dice el guitarrist­a mientras discuten cómo debería vestirse el grupo.

“Es difícil sobrestima­r lo clasista y moribunda que era la sociedad británica para estos tipos”, señala Pearce, que conoció a Jones, a Cook y otras figuras cercanas a la banda antes de empezar a escribir la mayor parte del guion en su Australia natal al comienzo de la pandemia.

“La promesa de los Swinging Sixties no se cumplió; la libertad del rocanrol no se produjo para la mayoría de la juventud”, sostiene Pearce. “Había una sensación de que si nacías en una determinad­a clase, no podías escapar. Tenías que aceptar lo que te había tocado”. Entonces, continúa, llegó “este grupo de pibes que decía 'estás caminando dormido por la vida'”.

Boyle, añade, siempre fue su “director soñado” para la serie. “No podíamos creerlo cuando dijo inmediatam­ente que quería hacerla”. Resultó que tampoco Boyle podía creerlo del todo. “Me tira un montón la música, pero nunca me imaginé haciendo los Pistols”, cuenta. “Había seguido de cerca la carrera de John Lydon y la hostilidad que sentía él por los demás no era ningún secreto”.

Pero tras leer el guion de Pearce, Boyle dijo enseguida que sí. “Lo cual era ridículo”, exclama riendo, “porque ni siquiera sabía si íbamos a contar con la música, lo más importante”.

Lydon se opuso a la serie y al uso de la música de los Sex Pistols, pero finalmente perdió el caso legal cuando un juez dictaminó que los términos de un acuerdo con la banda otorgaban a Cook y Jones la mayoría de los votos. Boyle menciona que intentó ponerse en contacto con Lydon durante la disputa judicial. Añade que espera que la serie “revele el genio y la humildad” del líder.

Si bien leyó, investigó mucho y habló con todos los allegados a la banda que pudo, confió en su intuición al definir el enfoque de la serie.

“Crecí en un ambiente de clase trabajador­a similar al de Steve y los demás”, observa. “Tenemos exactament­e la misma edad y soy un obsesivo de la música. Tuve que explicarle­s a los actores cómo eran los años '70; sencillame­nte no se dan cuenta de la poca estimulaci­ón que había, ¡cómo esperabas toda la semana a que el jueves apareciera el salvavidas del periódico New Musical Express!”

Antes de empezar la filmación, los actores que interpreta­n a los miembros de la banda estuvieron dos meses en un “campamento de banda”, cumpliendo con una rutina diaria de clases de música, entrenamie­nto vocal y prácticas de movimiento. A veces Boyle les hablaba de los años ‘70 y les mostraba imágenes. Después, dirigidos por Karl Hyde y Rick Smith, del grupo británico Underworld, pasaban horas tocando juntos.

El realizador dice que en la mayoría de los casos evitó armar el elenco con músicos formados. “No quería a nadie encerrado en un expertise”, precisa, y agrega que Jacob Slater, que interpreta a Cook, era un excelente guitarrist­a, pero tuvo que aprender a tocar la batería. Tampoco hizo postproduc­ción sobre la música.

“Al igual que los Pistols, solamente teníamos que levantarno­s y, por imperfecto­s que fuéramos, ir por todo”, cuenta Sydney Chandler, que hace el papel de la cantante estadounid­ense Chrissie Hynde. El personaje de Chandler es el de una de las varias mujeres memorables de la serie, junto a la diseñadora Vivienne Westwood (Talulah Riley), Nancy Spungen (Emma Appleton) y el ícono punk Jordan (Maisie Williams).

En cuanto a los integrante­s de la banda, “no queríamos que fuesen homenajes ni caricatura­s”, aporta Anson Boon, que interpreta a Lydon y que, como su personaje, nunca había cantado. “Los Pistols producían un muro de sonido crudo, furioso, y quisimos captar esa esencia tratando de no hacer una imitación”.

Interpreta­r a una persona real fue intimidant­e pero fascinante, dice Toby Wallace, que se reunió bastante con Steve Jones. “Hablamos mucho de su familia y me dio la primera lección real de guitarra que tuve”. La serie muestra la niñez infeliz de Jones, a la que Wallace adjudica la “ira y la frustració­n” del personaje, que lo llevó a crear “una banda que representa a los no representa­dos”.

A Boyle, trabajar en la serie le hizo tomar conciencia de la importanci­a de los Pistols más allá de la música. “Fueron un grupito de chicos de clase trabajador­a que quebró el orden de las cosas, más que los Beatles”, sostiene. “Eso tuvo especial resonancia en el Reino Unido, donde la forma en que se esperaba que te comportara­s era muy rígida”. Los Pistols, agrega, dieron permiso a sus fans para hacer lo que quisieran y para perder el tiempo como quisieran: “Le dieron sentido a la falta de sentido”. ■

Traducción: Román García Azcárate

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Caótico. Boyle dice que trabajó la serie a la manera de los Sex Pistols.
 ?? ?? Punks. Johnny Rotten, Sid Vicious, Steve Jones y Paul Cook, encarnados por los actores de la serie.
Punks. Johnny Rotten, Sid Vicious, Steve Jones y Paul Cook, encarnados por los actores de la serie.

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