“De las diferencias se nutren los resultados, para eso es la política”
Si nuestros próceres de la época colonial no hubiesen contado con la humildad como para dejar de lado diferencias conceptuales, tanto en lo político, religioso y modo de cómo encarar la lucha en búsqueda del fin que todos buscaban, romper los lazos que nos sojuzgaban y así dejar de ser una colonia, en la actualidad no seríamos una Patria justa, libre y soberana.
Más cerca en el tiempo, ¿no podremos concretar un acuerdo como los españoles en el año 1977 con el Pacto de la Moncloa?
De las diferencias se nutren los resultados, para eso es la política. Destruir es fácil, lo difícil es construir porque requiere la colaboración de todos y el aporte de las herramientas con las que cuentan, unas materiales y otras intelectuales.
La inflación no es un ente con vida propia; nace, crece y se nutre por nuestra incapacidad de unirnos dejando de lado ideales que, si bien son loables, requieren el apoyo y el aporte de quienes cuentan con lo que otros carecen.
Como padre de familia, por experiencia puedo decir que administrar la pobreza es lo más difícil. Hace falta fortaleza para decir “no”, a veces con lágrimas sobre nuestra mejilla. Si hubiese pensado en mi tranquilidad antes que en su bienestar futuro, sólo tendríamos deudas y el rematador tocando el timbre todos los días.
Soy de la época del barquito y el caballito, y el picolé; de la odiada perrera... Pero en estos años pasados nunca nos vi tan desunidos y achacándonos culpas, ya sea por tener trabajo o no, hasta leer un texto impreso es sinónimo de pensar diferente, casi, casi como cuando leer la revista Humor nos etiquetaba de una.
Hasta la torta más dulce requiere una pizca de sal, y también otras cosas, pero todo en su justa medida.
Abel Nicanor Cuyupari abeltcj@hotmail.com