Reserva Ecológica Costanera Norte, el nuevo paseo que ofrece la Ciudad
La ley que la creó fue sancionada hace diez años. Un bosque, un humedal y un pastizal recubren las 23 hectáreas de tierras ganadas al río.
Después de diez años de haber sido creada por ley, la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria - Costanera Norte (RECU-CN) ya abrió sus puertas al público. Es una extensión de 23 hectáreas de tierras ganadas al río, dominadas por tres ambientes (humedal, bosque y pastizal) más una riqueza inédita: en los últimos diez años fueron registradas 220 especies de aves. Se trata de un punto panorámico con una vista franca y abierta hacia el Río de la Plata. A la derecha se alcanza a ver la costa de Quilmes; a la izquierda, Vicente López. Hacia el frente, la inmensidad del río.
A diferencia de lo que ocurre con las otras dos reservas urbanas en territorio porteño -Costanera Sur en Puerto Madero y Lago Lugano en Villa Soldati-, ésta tendrá un manejo y una administración compartida, entre el Gobierno de la Ciudad y la Universidad de Buenos Aires (UBA). Un desafío enorme, teniendo en cuenta que los inicios de esta cogestión arrancó con algunas intermitencias.
Para llegar hasta la reserva (abre de martes a domingos de 9 a 18) hay que ingresar al predio de la Ciudad Universitaria y buscar el “puente rojo” detrás del tercer pabellón, el de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU). Por allí se atraviesa el humedal, el primer ambiente de la reserva. El sendero que aparece frente al único ingreso es de tierra y pasa por el bosque.
El recorrido continúa sobre un sendero de concreto que rodea el tercer ambiente, el pastizal. Por el momento es el único camino habilitado, de un kilómetro de extensión. Se recorre fácil y rápido. También hay sitios para descansar y pasar el rato sobre el césped. Hay, además, mobiliario urbano: bancos de concreto y grupos de sillones BKF frente al río. También están las escalinatas y otras construcciones accesibles.
Según la información oficial, los sábados y domingos ingresan entre 250 y 300 personas por día, aunque también se registraron días con 500 visitas. Luego de la presentación oficial de apertura ante los medios esperan recibir más gente. Por eso era necesario previamente realizar entrenamientos con bomberos y personal de Defensa Civil.
“Se hicieron trabajos de ejercicios con los bomberos y se probaron electrobombas que toman agua del río y permiten disponer de este recurso de manera inmediata si ocurriera un incendio. Se hicieron tareas con Defensa Civil, que, además, estuvo a cargo de los planos de evacuación”, contó Germán Ausina, gerente operativo de las otras dos reservas urbanas y ahora también de la RECU-CN.
Más allá de los acuerdos políticos y de gestión entre áreas que dependen de órbitas diferentes, Ausina estará acompañado por Germán Pérez, intendente de Ciudad Universitaria. Ambos llevarán adelante el trabajo en territorio. Nueve de las 23 hectáreas de la reserva son Urbanización Parque (UP, mayormente el frente cementado que da hacia el río) y el resto constituye el “Area de Reserva Ecológica”. El Plan de Manejo se diseñó en 2018 y empezó a implementarse recientemente. La Secretaría de Amcio biente porteña explicó: “el plan está aprobado e iniciando su ejercicio. Es muy reciente el comienzo de los trabajos. Por eso faltan aspectos del comanejo a desarrollar. Se hacen actividades de investigación, se colocó cartelería indicativa, mobiliario y seguridad. Se realiza monitoreo de flora y fauna, control y vigilancia”.
“Las tres reservas constituyen un biocorredor fundamental para la biodiversidad. En el Día Mundial del Ambiente -mañana- celebramos que los vecinos puedan visitar esta reserva ecológica, que constituye un espavalioso que ofrece zonas de aire puro, contribuye a regular la temperatura, es un espacio de protección para la fauna autóctona y mejora la calidad de vida de todos”, aseguró Inés Gorbea, secretaria del área. El rector de la UBA, Alberto Barbieri, se manifestó en coincidencia: “La reserva representa un espacio muy valioso para la comunidad universitaria. En base al Plan de Manejo se tomarán las medidas necesarias para el mantenimiento del equilibrio ambiental, la protección de la flora y fauna y la preservación del patrimonio natural, paisajístico y cultural”.
Para la UBA, la reserva funciona como una “aula a cielo abierto”. Estudiantes, docentes e investigadores de las facultades cercanas (Ciencias Exactas y Naturales, además de Arquitectura y Diseño Urbano) utilizan la reserva con fines recreativos, educativos y de investigación. “Es un espacio ideal para la realización de trabajos prácticos, seminarios y proyectos de investigación. Incluso hay una escalinata que se encuentra frente al río, que parece un anfiteatro”, dijeron desde el Rectorado. Este lugar incluso posee una hilera de árboles que protege de la brisa que ingresa desde el río.
El Plan de Manejo apunta a realizar un trabajo integral de diez años, de 2021 a 2031. Al igual que en Costanera Sur se creará un Centro de Interpretación, se colocará cartelería informativa, se agregará mobiliario y pérgolas y se construirán sanitarios.
Iván Eroles Monllor, estudiante de Biología en la UBA y coordinador del Club de Observadores de Aves de la reserva, reveló a Clarín las particularidades del lugar: “Tengamos en cuenta que en Argentina se estima que hay mil especies de aves registradas. Y aquí, solo en los útlimos diez años, se detectaron 220 especies. En cuanto a registros históricos, 256 especies. Es impresionante”.
Monllor ofrece a los vecinos y vecinas entrar en contacto con uno de los pocos espacios -más allá de Costanera Sur- que conserva “un poco del ambiente natural que solía predominar en Buenos Aires y que ahora se ve modificado. Para la comunidad
Una vista abierta del río y la franja costera marca el punto final de la caminata por un sendero.
universitaria también es importante. Los estudiantes la usamos diariamente como espacio de recreación y descanso entre las cursadas. Estudiantes de carreras afines se involucran en la conservación ambiental y en la investigación”. El COA RECU-CN está integrado mayormente por estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
“Para muchos es parte de nuestra formación y entendemos que la mejor forma de cuidarla y protegerla es darla a conocer, que la gente venga y la disfrute”, sintetizó. En la Web oficial de COA RECU-CN publican la evolución histórica del lugar y el registro de cada especie detectada.
La zona surgió sobre tierras ganadas al río en los años ‘70, cuando se construyeron los pabellones de Ciudad Universitaria. Durante la dictadura militar 1976-1983, las obras quedaron paralizadas. Sobre esta franja de tierra comenzó la acción de la naturaleza, poblando cada metro disponible. En 1990 se podían distinguir sus ambientes principales: el humedal, el bosque y el pastizal. Entre 2004 y 2006 se construyeron la defensa costera y la zona de amortiguación, que evita que el agua horade la tierra. Durante décadas fue un territorio peligroso, sin control en el ingreso ni vigilancia. En 2012, la Legislatura porteña votó la ley que le dio entidad de Reserva Ecológica y durante varios años las autoridades de la Ciudad y la UBA dirimieron cómo hacer para avanzar en su mantenimiento.