Poco respeto y autos sucios, entre las quejas de viajeros de Uber, Cabify y DiDi
Un relevamiento en las redes muestra las críticas más habituales de los pasajeros. Qué responden las apps.
El mapa de movilidad urbana en la ciudad de Buenos Aires se reconfiguró después de la pandemia. No sólo proliferaron en las calles los autos particulares y las bicicletas sino que, además, se redujo considerablemente la cifra de taxis -los clásicos negros y amarillos- a manos de Uber, Cabify y DiDi, las plataformas más usadas en la Argentina. Muchos taxistas vieron la posibilidad y decidieron mudarse a las aplicaciones.
Hay un antes y un después en los taxis de Buenos Aires y las principales ciudades del país. “Antes de la pandemia estaban habilitadas 39 mil unidades y circulaban diariamente 33 mil. En 2021, al levantarse las restricciones por el coronavirus había 25 mil taxis habilitados, pero sólo marchan 15 mil: más del 60 por ciento menos de coches”, afirma José Ibarra, titular del Sindicato de Conductores de Taxis. Desde la Secretaría de Transporte y Obras Públicas están de acuerdo “con que la forma de viajar en la ciudad se modificó radicalmente. Pero no coincidimos con los números que maneja el Sindicato de Taxis: en 2021 se renovaron 33.294 licencias, contra las 33.275 de 2019 y 20.566 de 2020. El de taxista es uno de los oficios más castigados, pero oficialmente manejamos estas cifras”.
Desde la mirada del peatón, el número de taxis parece haberse reducido. “Faltan peones. Se fueron todos a las plataformas. Yo soy uno de ellos, no laburo más para un jefe que me obliga a estar doce horas con el traste acá adentro. Lo reconozco, yo puteaba contra las aplicaciones, pero son más accesibles. El taxista es cabeza dura, no evoluciona y esto es para mejor”, reflexiona Marcelo, quien, después de diez años como chofer, trabaja un auto para Uber.
Combatidas por los sectores más tradicionalistas, las app de movilidad siguen siendo el blanco de las críticas de los taxistas, pero ya se adaptaron y forman parte del tejido urbano. Y, si bien funcionan de manera masiva, al punto de crecer exponencialmente la cantidad de clientes, hay cinco quejas que se repiten entre ellos, según un relevamiento que hizo Clarín a través de las redes sociales.
Entre los temas que más quejas generan están el vehículo sucio y con olor a cigarrillo, la velocidad excesiva en calles sin semáforo, poca empatía del conductor, el inesperado cambio de ruta respecto de lo prefijado en la app y la cancelación abrupta de viajes. “Hay choferes que no te dejan en la dirección exacta sino que te piden que te bajes a la vuelta o en una esquina. Si estoy sola me da miedo. Me quejé y no te dan bola y, si te responden desde la aplicación, empiezan a preguntarte un montón de cosas sin tomar cartas en el asunto”, dice Débora (32), vecina de Barracas.
“La falta de empatía y el poco respeto no tienen nombre. No sólo no me quisieron pasar la matrícula del auto al cual me subí sino que me faltó el respeto y me agredió. Cuando me comuniqué con la empresa, la respuesta fue que no se me informó por la ley de protección de datos”, hizo saber Jimena (31), de Beccar.
“¡Hay cada loquito! Teléfonos sin verificar, autos súper sucios. Las plataformas te piden que les informes, pero te quejás y no pasa nada. Atravesé una situación con un chofer dudoso, me comuniqué para pedir ayuda y me hicieron mil preguntas en vez de resolver. Y me cobraron el viaje que no hice por no sentirme segura”, exclama Valeria (28), de Monserrat. “Estaba con una amiga volviendo de un cumpleaños después de la medianoche y un chofer nos obligó a bajar a mitad de camino porque le sugerimos que usara barbijo”, se indigna Celina (21), que vive en Núñez.
“Soy habitué de la mayoría de las empresas, tengo conocimiento y experiencia. Es evidente que todas bajaron el servicio, los autos vienen sucios, hechos mierda, no hay control y, encima, el precio aumentó”, responde Carlos (33), de Barrio Norte.
“Reservé mi viaje varias horas antes. Me canceló sin motivo y se quedó en la zona para que lo tome de nuevo. Pedí otro, dijo que estaba pero era mentira. Una truchada bien argentina”, dice Angel (51), de Avellaneda.
Hay que remarcar que,si bien hay quejas, no son masivas, pero se imponen por sobre los elogios o las bondades del servicio. “¿Quién va a escribir para piropear? ¿acaso ustedes publican las buenas noticias?”, pincha
el vocero de una aplicación.
El titular del gremio de los taxistas dice que “por diferentes motivos, 10 mil autos no pueden volver a las calles. Están parados, con pedidos de prórroga, porque no pueden renovar la licencia, por no poder tener el auto en condiciones. Las aplicaciones digitales ilegales destruyeron el mercado legal y estas aplicaciones manejan el mercado de taxis”.
A Ibarra le indigna “la desventaja
con la que trabajamos nosotros, a quienes se nos exige todo, desde el certificado de antecedentes policiales, pasando por la verificación técnica vehicular hasta el seguro para transportar pasajeros, entre tantas otras cosas, mientras que aplicaciones como Uber, Cabify y el resto gozan de una protección inexplicable
de parte del Gobierno de la Ciudad y de la Nación. Pero vamos a seguir luchando contra la peor pandemia que son estas aplicaciones digitales”.
Las plataformas contradicen a Ibarra. “De ninguna manera no cumplimos las normas. Cabify respeta las regulaciones de cada ciudad y trabaja con conductores habilitados que tienen licencia profesional, seguro de remís, VTV al día, unidades de no más de diez años de antigüedad. Todos los drivers son monotributistas y facturan por los viajes que realizan”, describe Diego Céspedes, a cargo del Area de Negocios de la empresa.
Director de Comunicación de Uber, Juan Labaqui considera: “son obligatorias la licencia profesional, el certificado de antecedentes penales, la constancia de monotributo, la cédula verde, azul o blanca y el seguro del automotor vigente. También exigimos que los autos tengan una antigüedad no más allá de 2008. Si no se cumplen estos ítems se desactiva la cuenta”, puntualiza el directivo.w