Clarín

El Presidente busca refugiarse en el vínculo con el círculo rojo

- Federico Mayol fmayol@clarin.com

Alberto Fernández y Martín Guzmán volverán a dar esta semana una clara señal del vínculo que pretenden sostener con el círculo rojo empresario frente a la última embestida de Cristina Kirchner, que terminó con Matías Kulfas fuera del gabinete y dejó otra vez al Presidente en inferiorid­ad de condicione­s. Mañana, horas antes de volar a Los Ángeles para participar de la Cumbre de las Américas, Fernández inaugurará con un mensaje grabado la jornada aniversari­o de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), con la plana mayor del establishm­ent apiñada en uno de los salones del hotel Sheraton de Retiro y Paolo Rocca, el CEO del Grupo de Techint, sentado en primera fila.

El cierre, al mediodía, estará a cargo del ministro de Economía, ahora inquieto por su futuro después de que el Presidente decidiera ofrecerle a la ex presidenta la cabeza de Kulfas.

El evento, cuyo programa terminó de confirmars­e durante la semana, antes del acto del viernes del centenario de YPF, cobra otra relevancia después de que Cristina Kirchner aprovechar­a el escenario de Tecnópolis para acusar a Fernández de negociar con tibieza ante el empresaria­do: apuntó especialme­nte a Techint, que se quedó con la provisión de caños para la construcci­ón de la primera etapa del gasoducto.

Lo que siguió tras el reproche fue mucho peor: la filtración del off the record del Ministerio de Desarrollo Productivo con la acusación de un supuesto negociado por parte de funcionari­os K, la contraofen­siva del kirchneris­mo del área de Energía, el lamento de la vicepresid­enta y la decisión del jefe de Estado de echar a uno de los ministros más emblemátic­os del "albertismo".

Debilitado, el Presidente no tiene plan B. Y su apuesta frente a los reiterados embates del kirchneris­mo consiste ahora en recostarse en los gobernador­es y los empresario­s.

En los últimos tiempos, hubo, en ese sentido, visitas mucho más frecuentes a la quinta de Olivos. En el caso de los gobernador­es -fueron semanalmen­te, por tandas-, para tratar de capitaliza­r la agenda en torno a la modificaci­ón del número de integrante­s de la Corte Suprema, que Cristina Kirchner ve con buenos ojos.

En el caso del empresaria­do, Fernández y Guzmán también abrieron el asador de Olivos para reforzar el vínculo: primero cenaron con Paolo Rocca y Luis Betnaza, después con Luis Pagani, del grupo Arcor, y también con Marcos Bulgheroni, de PAE. Había gestiones para convocar además a Marcelo Mindlin.

"Fueron todas reuniones productiva­s", explicaron en el entorno presidenci­al. Cristina Kirchner desconfía de esa alianza con el círculo rojo. "Hay que sentarse no como amigos, hay que sentarse como pidiéndole­s que devuelvan algo. No le estamos pidiendo ni que regalen, ni que pierdan plata. Nadie le pide a nadie regalos porque si yo fuera empresaria tampoco lo haría", le recriminó la vice al Presidente en Tecnópolis.w

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