En el mercado hay dudas sobre la sostenibilidad de la deuda en pesos
El BCRA destinó unos $ 300.000 millones para frenar la caída de títulos. Menor apetito por la deuda.
Pese a que el Banco Central destinó
cerca de $ 300.000 millones para comprar bonos atados a la inflación y ponerle fin a la sangría de un instrumento clave para el financiamiento del Tesoro, el riesgo sobre la deuda en pesos no parece haberse despejado.
Pese a que los rescates de los Fondos Comunes de Inversión que apuestan por deuda indexada comenzaron a ceder, las cotizaciones de los bonos finalizaron este martes con caídas. El Boncer 2023 perdió 1,51%, mientras el que vence en 2024 cedió casi 2%.
Los analistas de la city creen que la paz puede ser sólo momentánea y que los efectos de la crisis en el mercado de deuda en pesos se mantendrán hasta 2023.
Según cálculos de la consultora 1816, en las últimas cinco ruedas la autoridad monetaria tuvo que imprimir $ 300.000 millones para comprar los bonos y darle salida a los tenedores de deuda en pesos.
La cifra no es nada menor: representa un poco más del 40% del total de los adelantos transitorios que preveía el programa acordado con el FMI para todo este año.
"Los rescates a FCI desaceleraron fuerte en las últimas tres ruedas, pero esta corrida igual marca un antes y un después para los pesos", apuntaron en 1816.
"Muy difícilmente en lo que queda del mandato de Alberto Fernández la deuda soberana en pesos vuelva a ser vista por el mundo corporativo como una deuda de bajo riesgo", añadieron.
"El Gobierno dejó en claro que el reperfilamiento de la deuda en pesos no está en su agenda", dijo la economista de Equilibra, Lorena Giorgio, en un informe para sus clientes.
"Pero el problema -agregó- no es el stock de deuda en pesos, sino la conjunción de un bajo apetito por instrumentos en moneda local, y
tasas que hasta ahora eran bajas".
"Tampoco ayuda que el Banco Central no logre comprar dólares para sus reservas y que se vislumbre que tendrá que seguir emitiendo pesos para financiar el déficit fiscal", apuntó Giorgio, que si bien reconoció que el Gobierno tiene herramientas para estimular el refinanciamiento de los vencimientos de deuda, estas implican "una mayor emisión monetaria y/o riesgo de recalentamiento del frente cambiario e inflacionario".
En la city coinciden en que más allá de la intervención puntual del Central, el paquete de medidas presentado por el Gobierno en los últimos días, puede ayudar a restablecer, en parte, la confianza de los inversores. Pero advirtieron que el foco seguirá puesto en la dinámica cambiaria, fiscal y monetaria.
Este miércoles, el ministro de Economía, Martín Guzmán se reunirá con los representantes de las cámaras bancarias Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) y el día siguiente será el turno de la Asociación de Bancos extranjeros (ABA). El objetivo de estos encuentros será despejar el panorama en un momento de tensión. La semana que viene enfrenta vencimientos de deuda por $ 522.000 millones.
"Los cimbronazos financieros recientes parecen haber sacado al Gobierno del modo 'piloto automático', buscando aplicar una nueva dinámica que muestre cierta gestión para no alejarse tanto de los objetivos acordados con el FMI", afirmaron analistas de Delphos.
"Por ahora vemos medidas que buscan acotar daños, siendo cada vez más complicado para el Gobierno encarar un plan económico que permita anclar las variables, dado que la contienda electoral del 2023 parece haberse anticipado. Un ajuste fiscal creíble se hace cada vez más difícil de implementar, y con el mercado de capitales doméstico más restrictivo, las miradas siguen dirigidas al BCRA", sumaron.w