Los narcos asesinan a dos sacerdotes jesuitas en una iglesia en el norte de México
Los delincuentes, además, se llevaron los cadáveres. Los acribillaron cuando perseguían a otro individuo.
Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en un templo del norte de México y sus cuerpos sustraídos junto a otra víctima por personas armadas, informaron este martes el gobierno y la congregación religiosa. Durante su conferencia matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó los homicidios de los religiosos e indicó que las muertes ocurrieron durante una persecución dentro de una iglesia en Urique, en Chihuahua. Los asesinos, tras matar al tercer hombre, atacaron a los dos religiosos.
López Obrador precisó que las autoridades ya tienen información sobre los posibles responsables de los asesinatos y agregó que en la zona donde ocurrieron los hechos hay “bastante presencia de la delincuencia organizada’’.
La Compañía de Jesús dijo en un comunicado que los jesuitas mexicanos Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron asesinados el lunes en el templo de la comunidad de Cerocahui, del municipio Urique. No trascendió la identidad del otro muerto.
Campos Morales, de 79 años, y Mora Salazar, de 80, tenían más de cinco décadas en la Compañía de Jesús y la mayor parte de su carrera como sacerdotes la ejercieron en Chihuahua. Al condenar los homicidios la congregación religiosa informó que los cuerpos de Campos Morales y Mora Salazar fueron sustraídos por personas armadas y exigió justicia y la recuperación de los cadáveres.
De acuerdo con el relato que ofreció un jesuita sobreviviente, que se encuentra muy conmocionado por los hechos, una persona entró corriendo al templo mientras era perseguida por otra. En ese momento Campos Morales y Mora Salazar le exigieron al presunto delincuente detener el ataque en la iglesia y minutos después fueron todos ejecutados de varios disparos. Los atacantes se llevaron los tres cuerpos a pesar de las súplicas del sacerdote sobreviviente que pidió que los dejaran en el lugar, informó la oficina de prensa de la Compañía de Jesús en México.
Una habitante Cerocahui, que habló en condición de anonimato por temor a represalias de los delincuentes, dijo a The Associated Press que entre los pobladores de la remota localidad hay mucho miedo debido a que Campos Morales, quien era llamado afectuosamente “El Gallo’’, tenía muchos años viviendo entre las comunidades de la Sierra Tarahumara.
La Compañía de Jesús demandó a las autoridades que de manera inmediata adopten medidas de protección para asegurar la vida de los religiosos de la comunidad de Cerocahui que, aseguraron, enfrenta “condiciones de violencia y olvido’’ de parte del Estado. En esa región aún permanecen cinco jesuitas.
La Conferencia Episcopal Mexicana también rechazó los hechos y exigió en un comunicado una pronta investigación y seguridad para la comunidad y sus sacerdotes.