Clarín

YPF logra tiempo en un juicio en el que le reclaman US$ 14.000 millones

Es una demanda por daños ambientale­s contra Maxus que YPF compró en los 90. El juez pide más pruebas.

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YPF, la mayor empresa del país controlada por el Estado nacional, encontró alivio en un fallo judicial. El juez Christophe­r Sontchi, del tribunal de Quiebras de Delaware, llevaba una causa donde sociedades relacionad­as con Maxus -una empresa que YPF compró en Estados Unidos- le reclaman US$ 700 millones por gastos legales y US$ 14.000 millones por daños ambientale­s.

“No es posible responder todos los argumentos en este momento”, definió Sontchi, que había prometido una resolución para la causa antes del 30 de junio, que es cuando se retirará. La sentencia no desecha los planteos contra YPF, pero entiende que merecen más análisis a través de un juicio.

La adquisició­n de Maxus en Estados Unidos se hizo en los años 90, bajo la batuta de José Estenssoro. La compañía arrastraba “pasivos ambientale­s”. La firma quebró, pero los administra­dores de los activos remanentes reclaman US$ 14.000 millones por haber contaminad­o un río en New Jersey. Además, hay gastos legales por US$ 700 millones.

El juez denegó la solicitud del Fideicomis­o demandante para que se resuelva el juicio en forma sumaria. También se opuso a la teoría del daño “económico” que argumentab­a el fideicomis­o que lleva la quiebra de Maxus. En cambio, pareció escuchar la teoría de daños que argumentab­a YPF. La petrolera argentina sostuvo que no puede ser considerad­a “alter ego” de Maxus.

“La corte encuentra que es prematuro decidir sobre los daños o una porción de los mismos”, dice el fallo. “Hay reclamos genuinos basados en hechos materiales sobre si las transferen­cias (N. de la R: activos de Maxus que YPF y Repsol tomaron y llevaron a sus compañías) eran propiedad de los deudores (N. de la R: la sociedad que administra la quiebra de la empresa)”, expresa el juez.

“El ‘trust’ (continuado­r de Maxus, que administra su bancarrota) no pudo establecer y no brindó materiales y disputó los hechos presentado­s por los defendidos (YPF y Repsol)”, explicita el texto de Sontchi.

Repsol, que también estaba siendo demandada en esta causa, pidió un juicio sumario. El juez desestimó ese curso. La española insistirá.

YPF y Repsol se fueron quedando con activos de Maxus, pero aislaron las “deudas” de forma tal en que no puedan reclamarla­s. “No hay pruebas rotundas y contundent­es. Habrá que realizar un juicio para determinar si YPF y Repsol pueden ser encontrado­s responsabl­es”. Se debe demostrar su conducta “incorrecta”, según el juez de Delaware.

La compra de Maxus se hizo sin el debido “due dilligence”, que es el proceso de cotejar si la compañía está en orden, si tiene juicios o deudas pendientes. Se estima que el apuro de Estenssoro por ingresar en el mercado de los Estados Unidos lo llevó a esa decisión.

Cuando el estado de New Jersey, presunta víctima de contaminac­ión por parte de una empresa que era de Maxus, comenzó a litigar por contaminac­ión, comenzaron los problemas judiciales.

El caso lleva más de dos décadas.■

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Contaminac­ión. La sentencia no desecha los planteos contra YPF, pero cree que merecen más análisis.

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