“Mi hermano, atrapado en Venezuela, y los iluminados gobernantes”
más de dos décadas mi hermano vendió todos sus bienes y se instaló en Venezuela, en busca de un futuro mejor del que tenía acá.
Venezuela era un país pujante, rico por su petróleo, el oro y el coltán (mineral que se utiliza en la microelectrónica), pero (siempre hay un pero...) apareció el gurú Hugo Chávez, que según decía, venía a resolver los problemas de corrupción, pobreza y desigualdad en el país. Pregunto: ¿esto no lo habremos escuchado más de una vez también aquí?
Al morir Chávez, Nicolás Maduro asumió la presidencia tres días después, profundizando las “soluciones” propuestas por Chávez.
La debacle económica aceleró la impopularidad de Maduro y la asunción de un segundo mandato, cuestionado por la oposición y gran parte de la comunidad internacional por considerar que fue fruto de un proceso electoral fraudulento, lo aisló aún más.
La realidad del chavismo hoy día en Venezuela es que la gente tiene que sobrevivir sin saber si ese día tendrá luz, agua, alimentos, servicios de Internet o cualquier otro servicio básico que uno imagine.
La Encovi 2021 indica que la pobreza en ese país actualmente es del 94,5% y la pobreza extrema del 76,6%. Corolario: mi hermano quedó finalmente atrapado sin salida en Venezuela y tal vez lo único que espera de la vida es la muerte.
Cada tanto me recuerda que Argentina no llegó todavía a la misma situación porque el kirchnerismo se equivocó y no controló al Ejército como lo hicieron en Venezuela.
Estos “iluminados gobernantes” tienen la solución a todos los problemas, que si no hubiera sido por ellos no habríamos tenido. Alejandro Rojo sergio.bond@hotmail.com