Unidad para salvar un 2023 que Cristina cree perdido
Con una agenda muy complicada para lo que queda del año, Cristina Kirchner decidió ayer cerrar el frente que más hizo crujir al Gobierno en los últimos meses: la interna del Frente de Todos. En La Plata, la vicepresidenta reunió a todos los grupos relevantes del peronismo bonaerense, el distrito que hace tiempo eligió como refugio político y el lugar donde la vicepresidenta se jugará su destino político el año que viene. Hoy, Cristina cree que esa elección se pierde, y por eso puso tanto énfasis en las horas previas para engrosar la lista de invitados. Hubo presencias incluso de dirigentes cercanos a Alberto Fernández, que fueron tomados por las cámaras de los organizadores, como para que el Presidente lo pueda ver en grabaciones tras su regreso de la gira por Francia, Indonesia y España.
Cristina habló con tono de campaña electoral, una estrategia a la que echan mano los políticos profesionales cuando detectan debilidades propias en terrenos que no manejan tan bien como el de la arenga a los militantes. No se refirió en forma directa al principal conflicto que protagonizó en los últimos días: su pelea con la Corte Suprema por la designación de los representantes del Senado ante el Consejo de la Magistratura.
El martes, cuando termine el partido entre la Argentina y Arabia Saudita, los jueces de la Corte Suprema le tomarán juramento a los 11 miembros del Consejo de la Magistratura que llegarán al cuerpo representando a los abogados, jueces y académicos. Las presidencias del Senado y de Diputados le pidieron ayer al Consejo que se incluyera a los representantes de las dós cámaras en la misma ceremonia, pero la Corte recién empezará a analizar ese pedido a partir de hoy, cuando el Consejo le gire esa solicitud. Nadie en el PalaSenado cio de Tribunales espera que esa simultaneidad ocurra, con lo cual el martes no jurarán los representantes del Poder Legislativo y esos expedientes podrían ser tratados por la Corte en la reunión de acuerdo del jueves 24.
Tampoco se sabe si ese jueves los jueces definirán sobre los títulos de los representantes del Poder Legislativo y en la Corte no adelantan en qué momento le tomarán juramento al estamento político del Consejo. Para no hacerlo se amparan en una frase: “Nosotros no somos parte en este conflicto: somos los árbitros”. La frase cobra sentido si se considera que la postulación de los representantes del
puede quedar envuelta en una controversia judicial, siempre y cuando la oposición cumpla en presentar en los juzgados las denuncias que ya anunció repetidamente en declaraciones a los medios y en posteos en las redes sociales. Parece tonto aclararlo, pero la Corte no toma en cuenta ese tipo de apreciaciones si no tienen un sello de la mesa de entradas de algún juzgado.
Hasta anoche, por ejemplo, Juntos por el Cambio no había presentado ninguna denuncia judicial contra Cristina por incumplir el fallo del 8 de noviembre que ordenó la incorporación de Luis Juez al Consejo de la Magistratura para el mandato que vence hoy mismo. Si Juez no presenta esa denuncia, el desacato de la vice quedará sin registro judicial.
Hasta anoche, la Corte no tenía en sus manos denuncias formales contra los nuevos nombramientos, aunque eso podría suceder si la oposición se decide a salir de su parsimonia y pasar de las burbujeantes declaraciones televisivas para enterrarse en los aburridos expedientes judiciales, que suelen requerir desgastantes horas de trabajo. ■
La Corte se tomará tiempo para analizar los juramentos de los senadores en el Consejo.