Clarín

En vuelo de regreso al país, Alberto no estuvo para escuchar a Cristina

El Presidente y Massa están satisfecho­s por el resultado de sus encuentros con Macron y Georgieva.

- Ignacio Ortelli iortelli@clarin.com

Antes de que el vuelo chárter de Aerolíneas despegara, a las 16.55 hora de la Argentina (cuatro horas más en Madrid) en la comitiva se vibraba satisfacci­ón por haber conseguido en la gira por Francia y el G20 en Bali la mayoría de los objetivos que se había propuesto Alberto Fernández antes de partir rumbo a París.

También se advertía algo de alivio, porque el cuadro de salud que sufrió el Presidente fue más grave de lo que se presentó y hubo una real preocupaci­ón por su situación. En ese sentido, ya estar en camino a la Argentina implicó para los funcionari­os más cercanos al jefe de Estado la tranquilid­ad que va a tener a su disposició­n todas las condicione­s sanitarias para afrontar la recuperaci­ón de la gastritis erosiva con sangrado que sufrió: cuando se descompens­ó, funcionari­os de primera línea, algunos en Bali y otros en Buenos Aires, se encontraro­n con la dura realidad de que en Indonesia no había condicione­s ideales para afrontar un tratamient­o de alta complejida­d. "Pudo ser una tragedia", confesaba uno de ellos.

En el Gobierno destacan que fue una de las primeras giras en las que se logró dejar de hablar de la interna y mostrar la agenda internacio­nal. Y dividen la gira en tres etapas.

La primera, en París, donde se vio una sintonía casi perfecta entre Alberto y Emmanuel Macron. Pidieron por la paz entre Rusia y Ucrania, y hasta la crisis por el misil que cayó en Polonia, motorizaba­n una proclamaci­ón conjunta para empujar a que las partes volvieran a las negociacio­nes. Juntos, también, encabezaro­n el regreso de las negociacio­nes en Venezuela entre el régimen de Nicolás Maduro y los enviados del opositor Juan Guaidó. Esta escena tuvo su génesis en un reconocimi­ento que le hizo Macron a Fernández, cuando le dijo que él había cambiado su postura luego de escucharlo.

Más allá de que en el Gobierno no pierden de vista que el cambio de postura coincide con la necesidad de un acercamien­to con Venezuela en momentos de escasez energética y con un liderazgo que el francés ensaya para posicionar­se en Europa tras el retiro de la canciller alemana Angela Merkel, los reiterados gestos de Macron al Presidente fueron festejados y contrastad­os con el trato que recibe de algunos sectores del Frente de Todos: "Lo liquida (Juan) Grabois, lo levanta Macron, tan mal no está…", deslizaron con clave de interna local.

La segunda parte tiene que ver con las reuniones que Fernández había acordado antes de su problema de salud: a las bilaterale­s con el chino Xi Jinping, la titular del Fondo Monetario Internacio­nal, Kristalina Georgieva; le habían confirmado encuentros con el canciller alemán, Olaf Scholz, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, pero al final no se pudieron concretar. "Había interés en juntarse con Alberto”, resaltan.

El tercer punto fue el sprint final de la gira tras el vahído que sufrió Alberto F. por la gastritis que lo dejó afuera de la cumbre de presidente­s. "Si Alberto no iba, segurament­e Xi Jinping nos cancelaba, no podía ir (Santiago) Cafiero, no había reunión y no había ampliación del swap", plantearon en la comitiva sobre la importanci­a de que Fernández haya hecho el esfuerzo de asistir a esa cumbre un rato después de desvanecer­se y estar seis horas en observació­n. "Nos llevamos más de lo que esperábamo­s", admitieron.

El mismo balance hacen respecto a Georgieva. En la previa, en el Gobierno se cubrían apuntando que sobre el reclamo por los sobrecargo­s que les cobra a los países endeudados tal vez no iba a haber una definición. Apuntaban a un reconocimi­ento por el costo de la guerra. Al final, en la reunión la titular del FMI sorprendió confirmand­o que en diciembre el board analizará los sobrecargo­s y que estaban dispuestos a abrir una negociació­n por los costos de la guerra.

En la intimidad, Fernández y Massa lucían optimistas de que pueda haber acuerdo. El cálculo que hacen en Hacienda ronda los 5 mil millones de dólares, mientras que Georgieva habla de US$ 3.500 millones. ¿Por qué la diferencia? El adicional por la energía que se necesitó debido a la no aplicación de la segmentaci­ón de subsidios. "Por el incumplimi­ento de (Martín) Guzmán", ironizó, con malicia, una voz de la comitiva. Fue antes de que se subieran al avión. El discurso de Cristina, que nunca mencionó al Presidente, ocurrió cuando estaban en pleno vuelo. ■

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PRESIDENCI­A Viaje accidentad­o. Alberto Fernández y el canciller Santiago Cafiero, al llegar a Bali. Fue antes del episodio de salud del Presidente.

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