La Ley 25.673, 20 años después
Veinte años atrás, el Congreso de la Nación sancionaba la Ley 25.673 que reconocía los derechos sexuales y reproductivos de la población. La norma buscaba que pudieran tomarse decisiones autónomas, libres de discriminación, coacción y violencia. Se dictaron políticas públicas y la información comenzó a circular. Esa norma fue la primera de otras que también ampliaron derechos. En 2006 llegó la ley de Educación Sexual Integral para estudiantes de todos los niveles de instituciones públicas y privadas de todo el país. Y en 2010 y 2012 se votaron leyes precursoras como las de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género. A fines de 2020 llegó la más esperada: la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Y el año pasado la del Cupo Laboral Travesti-Trans. Durante la reciente XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe se acordó el Compromiso de Buenos Aires, que reafirmó la necesidad de proteger los derechos sexuales y reproductivos, incluida la educación sexual integral y el acceso al aborto seguro.
¿Por qué se firmaron estos pedidos? Porque en algunos países de la región estos derechos aún no son ley, porque donde sí lo son tampoco se garantizan en forma igualitaria, y porque podrían revertirse. Está el ejemplo de lo que pasa en Estados Unidos con el aborto. Argentina tiene una enorme ventaja con respecto a Estados Unidos, ya que allá el aborto nunca llegó a ser ley. Lo habilitó un fallo de la Corte en 1973 y ahora su composición conservadora lo dejó sin efecto, entonces cada Estado dispone a su antojo, desprotegiendo a las mujeres, Argentina logró una ley en el Congreso Nacional, con amplio consenso. Pero si la composición cambia y los legisladores antiderechos pasan a ser mayoría podrían derogar el aborto y otras leyes. Los derechos deben ser progresivos, nunca regresivos. Los derechos no pueden sacarse, aunque hay grupos y partidos que se enfocan en despojar de derechos a la población.
¿Qué podría hacer un presidente que no apoye estas leyes? No puede derogarlas, pero puede hacer todo lo que esté a su alcance para limitar sus alcances. Hay varios candidatos que anuncian que cerrarán el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y niegan la violencia y la desigualdad de género.
En Estados Unidos los reclamos por el aborto se inspiran en la “Green Wave”, la Marea Verde argentina que trascendió por el mundo con sus pañuelos de lucha. La Marea Verde puede estar silenciosa, pero ya nunca estará quieta.w