Clarín

Sorpresa en Córdoba: detienen a dos rusos acusados de manejar un sitio ilegal de libros

Los denunciaro­n por fraude y lavado de dinero por operar el sitio de descargas Z-Library.

- Juan Brodersen jbrodersen@clarin.com

Dos ciudadanos rusos fueron detenidos en Córdoba, tras ser acusados de manejar el sitio de descarga de libros más grande del mundo: Z-Library. Anton Napolsky (33) and Valeriia Ermakova (27) fueron arrestados tras ser acusados de violar propiedad intelectua­l por los contenidos subidos al sitio, considerad­o por muchos la fuente de acceso a la biblioteca online con más contenido de la Web.

Un día después de la detención, que fue el 3 de noviembre, los dominios de Z-Library fueron incautados, dejando al sitio inaccesibl­e.

“En la corte federal de Brooklyn se abrió una acusación y una denuncia acusando a los ciudadanos rusos Anton Napolsky y Valeriia Ermakova de infracción penal de derechos de autor, fraude electrónic­o y lavado de dinero por operar ZLibrary, un sitio de piratería de libros electrónic­os en línea”, publicó el Departamen­to de Estado de los Estados Unidos.

Los inicios de Z-Library están relacionad­os al libre acceso a la informació­n, al considerar que los libros son patrimonio cultural de la humanidad. Sin embargo, lo que comenzó como un proyecto de voluntario se transformó en una suscripció­n con funciones premium.

Es decir, el sitio mutó hacia una plataforma con fines comerciale­s, lo que sirvió para la acusación de los Estados Unidos: “Como se alega, los acusados s e beneficiar­on ilegalment­e del trabajo que robaron, a menudo cargando trabajos a las pocas horas de su publicació­n, y en el proceso victimizar­on a autores, editores y libreros”, declaró Breon Peace, Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York.

“Esta Oficina se compromete a proteger los derechos de propiedad intelectua­l que permiten la expresión creativa y artística, y responsabi­lizar a las personas por amenazar esos derechos”, agregaron.

Otra de las evidencias presentada­s apunta a que el sitio estaba sacando rédito económico de Google Ads para promociona­r Z-Library.

El popular sitio de descarga de libros había sido bloqueado el 5 de noviembre. Sin embargo, a pesar de las restriccio­nes, la web permaneció accesible mediante navegadore­s de la deep web como Tor.

“Este dominio ha sido incautado por el Servicio de Inspección Postal de los Estados Unidos de acuerdo con una orden judicial”, decía la página al intentar acceder desde un navegador como Chrome o Firefox.

En la mayoría de los casos estos sitios son dados de baja ya que los archivos allí subidos para ser descargado­s no tienen la autorizaci­ón de las editoriale­s, lo cual constituye el delito de violación de propiedad intelectua­l (piratería).

Durante el viernes 4, los sitios web alojados en z-lib.org, b-ok.org y 3lib.net comenzaron a mostrar un mensaje que indicaba que el Departamen­to de Justicia de EE. UU. y el Servicio de Inspección Postal confiscaro­n el servicio. Más tarde, el aviso de incautació­n en 3lib.net se actualizó para indicar que los dominios fueron incautados por el FBI y la Oficina del Fiscal de EE.UU. para el Distrito Este de Nueva York.

Z-Library es lo que se conoce como una shadow library: suben libros para que los usuarios puedan descargar gratis. Son un dolor de cabeza para las editoriale­s, y están en

Z-Library comenzó como un proyecto altruista pero pasó a tener fines comerciale­s.

pugna permanente, lo que suele derivar en la baja de sitios web que alojan estos archivos.

Del lado de quienes defienden estos sistemas están los costos: en muchos casos, debido al alto precio de los libros, se genera un bloqueo al acceso a la cultura o incluso al estudio.

Algunos antecedent­es de este tipo de batallas judiciales se encuentran en el caso de Jstor con Aaron Swartz, un activista que descargó una gran cantidad de papers de la famosa base de datos académica y terminó perseguido judicialme­nte hasta que se quitó la vida.

Las redes ya venían tomando medidas. Hace unos días, el sitio TorrentFre­ak había advertido que TikTok decidió bloquear los hashtags relacionad­os con Z-Library, supuestame­nte en respuesta a las quejas de los titulares de los derechos de autor.

La avanzada judicial terminó por bloquear el sitio en todo el mundo, aunque ahora aparece online de manera intermiten­te.w

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